Tradiciones

Cruces de Granada: una fiesta como las de antes

Cruces de Granada: una fiesta como las de antes

Cruces de Granada: una fiesta como las de antes / Jorge Molina | PS

Llevaba mucho tiempo pidiéndose y este año el Ayuntamiento de Granada lo ha hecho realidad. Granada vivirá unas fiestas de las cruces como las de antes, o por lo menos lo más parecidas. Dos días de fiesta, más cruces, más barras,... Y se puede decir que se recupera la fiesta porque esto va a ser lo más similar a la fiesta que se recuerda de antes de la 'ley seca' ya que quizás nunca se vuelva a las barras en las calles y plazas del Centro, pero por el resto, sí en cuanto a días de fiesta y número de cruces. 

Los granadinos disfrutan de las cruces en el centro de la capital Los granadinos disfrutan de las cruces en el centro de la capital

Los granadinos disfrutan de las cruces en el centro de la capital / Jorge Molina | PS

Este año la fiesta comienza oficialmente este martes a las 12:00 horas aunque el ambiente está desde el mismo día 1 ya que las cruces están ya montadas. Otros lugares privados ha adelantado también un día la fiesta.

Después de la pandemia, las ganas por disfrutar de todas las fiestas y tradiciones hacen que estas jornadas sean muy esperadas. De hecho, el Ayuntamiento ha preparado una completa programación y el despliegue de seguridad será el mayor para estas fiestas: hay que asegurarse de que todo sale bien y que no se revivan imágenes de antaño que hicieron precisamente que se pusiera coto a la fiesta hace ya más de 15 años. Para evitarlo, la Policía Local realizará especial vigilancia de las cruces con barra, de que no se produzcan botellones en los 'puntos calientes'. Incluso se ha activado un plan para realizar controles de aforos a las zonas del Centro, Albaicín y Realejo, las más visitadas estos días para ver las cruces, y poder controlar las aglomeraciones previstas de personas.

El gobierno de Paco Cuenca ya anunció el año pasado, tras apenas 10 horas de cruces que supieron a poco, que para este 2023 se estudiaría aumentarla. Y lo hicieron declarando además el 3 de mayo festivo local por primera vez, lo que hará que la jornada del miércoles sea más numerosa en cuanto a participación.

Vecinos saturados, macrobotellones y apenas cruces en los años más complicados para la fiesta

El momento de abrir la mano ha llegado con más jornadas de fiesta, lo que ha animado a solicitar más cruces y barras. Las barras ha sido el gran problema de las cruces. Llegó un momento en que la afluencia de gente y las barras en calles y plazas hicieron inviable la fiesta, con la ciudad desbordada, a lo que se unió los años del botellódromo el desfase de miles de jóvenes reunidos junto a Hipercor. No se podía cortar esa inercia y hubo incluso quienes se rebelaron no montando cruces ni barras porque no podían gestionar lo que se organizaba de gente. El año 2005 fue el punto de inflexión. Con el montaje de cruces más bajo de la historia, apenas 15, la ciudad se vio desbordada por el botellón. La fiesta ya no eran las cruces sino reunirse para beber alcohol, por lo que decenas de autobuses llegaban a la ciudad desde otras provincias con jóvenes dispuestos a darlo todo en las fiestas. No se permitirían las barras y solo se podía montar la cruz, por lo que se reducía la fiesta a visitar las instalaciones. El Campo del Príncipe llegó a vallarse, los vecinos de Plaza de Toros se vieron sorprendidos por un megabotellón y hasta la Junta pidió al entonces alcalde José Torres Hurtado que tomara medidas. 

Esas medidas fueron la 'ley seca' en 2007, estableciéndose el botellódromo como único lugar habilitado para beber. De las 17 cruces que se habilitaron en el 2005 la ciudad pasó a albergar 40, gracias a que los vecinos encontraron algo de seguridad en la nueva normativa. En el año 2009 se mantuvo la normativa anti alcohol debido a los buenos resultados con la eliminación de las barras y la limitación de la música, que prohibía superar los 70 decibelios hasta las 23.00 y hasta los 60 una vez superada esta hora en el caso de que se instalaran equipos de música. En este momento sí existía una salvedad para la instalación de barras en aquellas cruces que se montaran en patios o recintos cerrados, una medida adoptada por parte de la Concejalía de Cultura liderada por Juan García Montero en aquel momento.

En el 2010 el espíritu original de las cruces quedó completamente reinstalado con la prohibición de barras durante cuarto año consecutivo. En el año 2011 la normalidad ya era que el alcohol no fuera una aliciente. De un total de 63 cruces, sólo 9 fueron habilitadas con barras para servir bebidas. Los años consecutivos se desarrollaron con cierta normalidad, hasta que en el 2017 se autorizaron algunas terrazas además de las ya restringidas barras junto a las cruces, que en este año fueron 15. Para evitar los tiempos pasados de botellones y fiestas improvisadas la policía reforzó los operativos disponibles y se establecieron multas de hasta 300 euros para evitar el botellón. La pandemia puso en jaque la celebración que los granadinos vivieron desde la decoración de sus balcones en 2020 y bajo las restricciones en 2021.

El año pasado, con las ganas de celebrar la vida y participar en las fiestas con una pandemia todavía presente pero ya más tranquilidad sanitaria, la fiesta supo a poco con solo diez horas de fiesta. La gente pedía más y el alcalde Paco Cuenca anunció que había llegado el momento de repensar la fiesta por la madurez alcanzada por los granadinos. 

Ahora, toca demostrar que se puede volver a disfrutar de esta fiesta en la calle, con las barras y con control. Y aunque en las plazas del Centro y Albaicín todavía no se permiten, sí que lo hacen en otros barrios o en colegios y recintos cerrados del casco histórico. Hay 51 cruces y 21 barras. Toca disfrutar y seguir haciendo de esta una tradición granadina ejemplo de diversión pero con responsabilidad. El futuro de la fiesta sigue estando en juego y volver atrás sería fácil pero dañino para la imagen de las cruces y la ciudad.

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