crisis económica Solidaridad

Cuarenta mil familias granadinas viven con la pensión de los abuelos

  • El porcentaje de jubilados que ayudan económicamente a sus hijos se ha triplicado en un año · El 52,5% de las personas mayores de clase alta, media-alta y media se encuentran en esta situación

Si las desgracias nunca vienen solas es porque les gusta llegar en tropel. En román paladino, a una cosa se le suma otra y así sucesivamente. Es algo difuso, vale, pero es como se podría resumir este rodillo de vidas que se ha dado en llamar crisis económica que, llegado al caso, podría convertirse en el caballo negro del tercer jinete del Apocalipsis, que se llama Hambre. La gente no tiene trabajo, lo que les lleva a no tener dinero en los bolsillos ni en un banco que lo mismo está en trámites de ser rescatado. Eso les lleva a impagar las deudas que puedan tener (empezando por lo más básico como puede ser algún recibo de servicios) a, acuciado por la necesidad, dejar de pagar un alquiler o una hipoteca. Pero antes de llegar a ese punto, suele haber un lugar intermedio en el que este granadino que se ve en esta situación grita pidiendo ayuda a los únicos que pueden echarle un cable: su familia. La solidaridad de las redes familiares se está poniendo a prueba por culpa de las penurias y ya son casi 40.000 granadinos los que tienen que pedir sostén económico a sus padres ya jubilados.

El estudio, elaborado por la empresa Simple Lógica para la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España -cuya sede en Granada está en la zaidinera calle Palencia-, demuestra hasta qué punto de la necesidad está naciendo la virtud de ayudar. Si el año pasado era el 15% de los pensionistas jubilados los que ayudaban económica a sus familias, en la actualidad ese porcentaje ha subido ya al 40,4%. Prácticamente se ha triplicado en un par de años los jubilados que, con su escueta pensión -la cuantía media de una pensión por jubilación en la provincia es de 797 euros, según los datos de la Seguridad Social-, tienen que echar una mano a aquellos a los que ya han criado, han dado unos estudios pero a los que no pueden ayudar más que tapando algún agujero. Si se tiene en cuenta que el estudio constata que dos de cada cinco jubilados mayores de 65 años ayudan económicamente a sus hijos por una situación de necesidad y si se cruza ese dato con la cantidad de pensionistas por jubilación, se concluye que 39.870 jubilados granadinos de un total de 98.694 -según los datos de la Seguridad Social a fecha de 1 de agosto- están en esa situación. El inmenso aumento que se está dando en este fenómeno se comprueba al ver que, hace un par de años, eran unos 15.000 los jubilados que tenían que echar una mano en forma de euros a sus hijos.

Es más, el estudio elaborado por la asociación demuestra que de esos casi 40.000 jubilados que tienen que echar una mano a sus hijos para poder salir adelante día tras día, el 43% vive acompañado. El informe destaca que "el regreso obligado de adultos al hogar de sus progenitores contribuye sin duda como causa, al menos parcialmente, de este fenómeno". Además, "más de la mitad de personas mayores de clase social alta, media-alta y media (52,5%) ayudan económicamente a familiares".

Hay más datos que demuestran cómo han cambiado las cosas en poco más de dos años. Así, en 2010, desde la UDPJ se señalaba que un 12,5% de los jubilados recibían ayuda de sus familiares, lo que en Granada venía a suponer que unas 12.000 personas que vivían de su pensión tenían que pedir, en un momento dado, ayuda económica a sus hijos. Esa proporción también se ha invertido, ya que en la actualidad, la cantidad de personas mayores que se ven en la necesidad de pedir ayuda económica se ha reducido hasta el 7,5%, unos 7.400 jubilados en la provincia.

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