Cuidado con los robos al descuido
Los carteristas aprovechan las aglomeraciones La Policía aconseja llevar los bolsos cerrados y no dejar el carrito del bebé ni las compras sin vigilancia
Hace una tarde fría y apetece tomar algo calentito. Hemos realizado unas compras navideñas en el centro y vamos cargados de bolsas. Entramos en una cafetería, elegimos la mesa y colgamos el bolso en el respaldo de la silla, a modo de bandolera. Nos descargamos y las compras las dejamos en el suelo, apoyadas en la pata de la mesa, mientras charlamos y disfrutamos de nuestro café. Error. Acabamos de convertirnos en víctimas potenciales de un hurto.
Sin darnos cuenta, estamos poniendo en riesgo el monedero, el teléfono móvil y cualquier otra cosa que llevemos de valor en el bolso. También corren peligro de acabar en manos ajenas los regalos que tanto nos ha costado elegir y que con tanta ilusión hemos comprado. Un descuidero que haya observado la estampa, aprovechará nuestro momento de relajación y nuestro exceso de confianza para actuar y se apropiará de todo lo que pueda al mínimo despiste.
Por eso, para evitar tener que contar y lamentar un episodio similar estos días, la Policía Nacional aconseja extremar las precauciones. "Muchos de los hurtos se podrían evitar, teniendo un poco más de celo en el cuidado de nuestras pertenencias", indica Ignacio Martos, jefe del Grupo de Hurtos de los distritos Norte y Sur de la capital.
La Policía espera un repunte de este tipo de sustracciones en estas fechas, pero recuerda que "la labor policial también se intensifica". De hecho, como resalta el inspector Martos, se ha reforzado la vigilancia en las calles y comercios porque las compras se multiplican y las aglomeraciones son habituales.
Los establecimientos preferidos por los descuideros para hacer de las suyas en la capital son los ubicados en el centro, especialmente en el eje Recogidas-Puerta Real-Reyes Católicos, aunque existen vías comerciales del Zaidín y del barrio de la Plaza de Toros donde también actúan. Los centros comerciales, los supermercados y las grandes superficies atraen asimismo como un imán a este tipo de 'cacos', que buscan, ante todo, dinero, tarjetas y teléfonos móviles.
Pero no sólo de tiendas se va el descuidero, también de bares y restaurantes. "Los descuideros, como su propio nombre indica, aprovechan nuestros descuidos, que los tenemos y mucho, por ejemplo, cuando dejamos el bolso sobre un taburete", advierte el responsable policial. Dentro de este tipo de ladrones se incluyen los carteristas, especializados -también como su propio nombre indica- en apropiarse de carteras y monederos de viandantes, y que aprovechan principalmente las aglomeraciones urbanas.
El descuidero, ahora mismo, no está asentado en una misma localidad. Es un delincuente itinerante, pues sabe perfectamente cómo funciona la Policía y es consciente de que, si no cambia de escenario, tarde o temprano va a ser identificado e interceptado. "Se van moviendo de ciudad en ciudad; no suele haber muchos carteristas asentados, salvo los históricos de un municipio", explica el jefe de Hurtos. Muchos de ellos proceden de países del Este y actúan en grupo, mudándose de provincia con cierta frecuencia (muchas veces semanal) para evitar acabar fichados por la Policía.
Antes de meter la mano sigilosamente en bolsos o bolsillos, estos delincuentes suelen confundirse entre la multitud. Se adentran en manifestaciones o se mezclan entre la gente que se agolpa en los pasos de cebra. También eligen lugares de mucho tránsito, como las puertas de los hospitales, las paradas o las estaciones de trenes o autobuses.
"La gran mayoría de los carteristas están pasando últimamente desapercibidos ", reconoce Martos, al tiempo que advierte del especial cuidado que debe tener el ciudadano en los próximos días, tanto si acude a una plaza pública a tomarse las uvas como si piensa ser uno de los espectadores de la Cabalgata de Reyes, la noche del 5 de enero, en sus tramos más concurridos.
En cuanto al perfil, hay tanto hombres como mujeres. Por lo general, no suelen ir mal arreglados y hay incluso gente de edad avanzada. "Los hombres suelen tener de 35 años en adelante, mientras que las mujeres suelen ser más jóvenes", precisa el inspector, cuyo grupo, integrado por nueve personas, ya ha intensificado los controles ante el aumento de trabajo que se espera y que ha motivado, como recuerda, el dispositivo de Comercio Seguro, puesto en marcha a nivel nacional. También lo ha hecho el Grupo del Hurtos del distrito Centro, que según añadió Martos cuenta con doce miembros. En cuanto a la víctima de un hurto, que siempre se da cuenta posteriormente de que lo ha sido, puede ser cualquiera, aunque hay quien actúa especialmente contra ancianos o padres distraídos, que dejan sus bolsas confiados en el carrito del bebé. Ténganlo en cuenta.
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