Granada

Dimiten tres asesores del Guerrero y acusan a la Diputación de "liquidarlo"

  • Dicen que como el museo "está prácticamente desaparecido", ya no existe la comisión asesora de la que formaron parte de la constitución del centro.

Juan Manuel Bonet, María de Corral y Eduardo Quesada Dorador, miembros de la comisión asesora del Centro Guerrero, han presentado su dimisión a la Diputación de Granada, a la que critican su "empeño en liquidar" el museo que desde hace diez años alberga el legado del pintor, y que ahora abandonará la ciudad.

En una carta abierta dirigida a Antonio Martínez Caler (PSOE), presidente de la Diputación, de la que depende el Centro José Guerrero de Granada, argumentan su decisión en que, una vez que el museo está "prácticamente desaparecido", ya no existe la comisión asesora de la que formaron parte desde la constitución del centro, hace diez años, por nombramiento de la institución provincial.

Los asesores agradecen a Caler la confianza que depositó en ellos pero "deploran" su "empeño por liquidar" el centro, compartido en los últimos años, dicen, por la diputada provincial de Cultura, Asunción Pérez Cotarelo (IU), y su director de área, Jorge López.

La dimisión del comité asesor se produce a escasos días de que las obras del pintor granadino expuestas en el Centro Guerrero desde los últimos diez años abandonen definitivamente Granada -previsiblemente entre el 13 y el 17 de diciembre-, tras el fracaso de las negociaciones entre los herederos y la Diputación para el mantenimiento del legado del artista en su ciudad natal.

Consideran "llamativo" ese empeño en convertir el centro en un organismo "sin una nítida definición técnica o científica, abierto a la posible promoción de personas sin mayor mérito conocido o reconocido que ser amigos o compañeros de militancia".

Para los asesores, resulta "inverosímil" que la Diputación argumente su postura en la defensa del interés del público frente a la familia, que, "si buscara o defendiera intereses privados, habría declinado la propuesta de crear el Centro José Guerrero" que le hizo en su día la institución provincial y habría "vendido las obras que había heredado", agregan en la carta, a la que ha tenido acceso Efe.

Y las habrían vendido "con todo el derecho del mundo, que es el mismo que tienen a defender su interés privado, lo que sin embargo, no han hecho", según los asesores, que recuerdan que, en lugar de eso, la familia cedió el legado para su disfrute público.

"Y estaba dispuesta a ceder más, pero sólo para un centro regido por el Documento de Buenas Prácticas en Museos y Centros de Arte Contemporáneo del Ministerio de Cultura, no para un confuso organismo sin ninguna garantía de funcionamiento basada en ningún antecedente objetivo", señalan los miembros del comité asesor, que critican el "sinfín de desconsideraciones, impertinencias y calumnias" que han sufrido durante este proceso los herederos.

Esas desconsideraciones "hirieron en lo más hondo a la hija del pintor, Lisa, en sus últimos meses de vida", según los asesores, que entienden que José Guerrero estaría "revolviéndose en su tumba".

Reprueban también "el mal trato" que, dicen, ha recibido de la Diputación la ex directora del centro, Yolanda Romero, y, en lo que respecta a ellos, lamentan que "en ningún momento del proceso" que ha desembocado en la próxima marcha de las obras de Granada, la institución provincial les haya pedido su opinión.

"Prácticamente han logrado su objetivo de liquidar el centro, imponiendo su voluntad contra cuantas personas se toman en serio el arte en Granada y fuera de ella", sostienen los asesores.

Confían en la "generosidad" de la familia y lamentan que hasta ahora "no se hayan lanzado al rescate del centro otras instituciones o entidades", tratándose de un bien público "gravemente amenazado".

El origen del desencuentro entre la familia y la Diputación fue la pretensión de este organismo de crear una Fundación Granadina de Arte Contemporáneo en la que se incluyeran los fondos del Centro Guerrero, a lo que los herederos se opusieron al considerar que debilitaría la identidad del centro.

Desde entonces, la Diputación hizo varias propuestas que la familia, partidaria de la constitución de una Fundación José Guerrero abierta al resto de las instituciones, rechazó.

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