La Diputación acusa a la ex directora del Guerrero de trabajar para otros intereses
La marcha del legado Tras no alcanzar un acuerdo con CajaGranada, la familia del artista confirma que los cuadros irán a su almacén
Pérez Cotarelo asegura que perdió la confianza en la ex directora del centro hace 3 años y culpa a la familia del artista de la falta de acuerdo · No puede contar cómo fue la negociación porque se lo "impiden legalmente"
"Podría explicar cómo han sido las negociaciones pero tengo dos cartas que me lo impiden, en las que me amenazan si lo hago. Tengo un dossier que podría daros pero no se puede hablar porque se nos ha impedido. Creo que Guerrero debe estar revolviéndose en la tumba". Con estas palabras, la diputada de Cultura, Asunción Pérez Cotarelo, explicaba en la mañana de ayer por qué se mordía la lengua a la hora de valorar los motivos que llevaron la ruptura de las negociaciones entre el ente provincial y los herederos de José Guerrero para la permanencia de la obra del artista en el edificio de la calle Oficios.
Motivos que, en todo caso, parecen ser lo mismos que han propiciado la ruptura de las conversaciones entre la familia del artista y CajaGranada, interesada en que la obra del granadino formase parte del Museo de la Memoria. Aquí tampoco se ha producido el anhelado acuerdo y, de forma irremediable, las 60 obras de arte que aún permanecen en el Centro Guerrero de la Diputación abandonarán su espacio antes del 31 de diciembre.
La familia del creador hizo público ayer un comunicado en el que asegura que el único motivo por el que han rechazado la oferta de la entidad financiera es que la propuesta no garantizaba una de las premisas básicas de su posición: "la autonomía en la programación expositiva que permitiera dar continuidad al Centro Guerrero tal y como lo entendemos".
"Como propietarios de la obra y herederos del pintor, su oferta era muy tentadora y, como tal, nos ha resultado difícil de rechazar. Nos parece evidente, no obstante, que dar cabida al Centro Guerrero tal y como lo concebimos (con su programación y su espíritu innovadores -'guerreros', nunca mejor dicho-) en otro Centro Cultural más amplio, con sus propias directrices culturales , es complicado", defendía ayer.
Sin embargo, parece que este no es el único motivo del desencuentro y que el auténtico caballo de batalla es otro. Porque CajaGranada indicó el pasado jueves que, en el marco de las conversaciones mantenidas, los herederos del pintor, aún habiendo compartido con la caja el concepto del proyecto, pusieron de manifiesto "reiteradamente" su "preocupación e interés en asegurar una concreta dirección técnica del mismo, continuista con la existente hasta ahora y, en su caso, avalada por asesores externos", algo que CajaGranada entiende como un condicionante que puede mermar los recursos necesarios para el éxito del propio proyecto cultural y que, además, podría afectar al ejercicio de las competencias propias de los futuros órganos de gobierno y administración del proyecto.
Queda claro, por lo tanto, que la continuidad de la ex directora del Centro Guerrero, Yolanda Romero, que fue cesada por la Diputación en septiembre, era una exigencia de la familia a la hora de negociar la creación de una futura fundación. Al respecto, Pérez Cotarelo aseguró ayer que Romero "es una trabajadora fantástica" y por ello contaba con la libre asignación y toda la confianza. Una confianza que, en palabras de la diputada, la responsable "se ha saltado desde hace tres años". "Cuando su confianza se pierde yo entiendo que no está trabajando por esta institución, sino por otros intereses y tengo todo el derecho a cambiarla", concluyó la diputada.
Sin embargo, Romero aseguró ayer a este periódico que la familia Guerrero propuso sacar a concurso la plaza de dirección, ya que pretendía que se aplicase a la fundación el Código de Buenas Prácticas del Ministerio de Cultura para "garantizar su estabilidad, autonomía y profesionalidad". En esta línea, la ex directora del Guerrero señaló que su propio interés también era la aplicación de esta normativa, al tiempo que insistió en que ella "no iba a poner ninguna traba durante las negociaciones" ya que su deseo era "que el legado se quedase en Granada, tanto en un sitio como en otro". Sin embargo, el fin del Centro Guerrero ha llegado tras casi dos años desencuentros y aunque asegura que tanto a ella como al personal que ha trabajado en el proyecto le encantaría que las obras continuasen en la tierra natal del artista, "si no puede ser en las condiciones óptimas, pues no".
Sólo diez años han permanecido los fondos del artista en el edificio de la calle Oficios, una década que Tony Guerrero califica de "extraordinarios", "llenos de color y del espíritu" de su padre. Unos años que, tal y como reconoce, "ahora sí llegan a su fin". "Los cuadros y el legado que han formado el núcleo del Centro José Guerrero irán ahora a nuestro almacén", puntualizó. Así, pasado año y medio, la familia da por concluido todo esfuerzo "después de una gran inversión en tiempo, en preocupaciones y también, por qué no admitirlo, en gastos de todo tipo", según indican.
No obstante, Tony Guerrero agradeció la manifestación de apoyo organizada por la plataforma Por el Centro José Guerrero, así como el impulso de estudiantes, profesores y aficionados al arte que le trasladaron, tanto a él como a su hermana Lisa, fallecida, "lo importante que había sido el Centro Guerrero en su trayectoria artística". Precisamente por ese apoyo, según recuerda, la familia decidió hacer un esfuerzo para darle continuidad al proyecto a pesar de que el objetivo de la Diputación de crear una Fundación Granadina de Arte Contemporáneo en la que se incluyeran los fondos, desató el conflicto. Sin embargo, la familia Guerrero rechazó las propuestas que el ente provincial hizo para facilitar la constitución de una Fundación José Guerrero abierta al resto de las instituciones.
Tampoco han tenido éxito las conversaciones de la familia con CajaGranada, lo que, en opinión de la diputada de Cultura, "demuestra una vez más que los intereses están muy por encima del legado, que se va de aquí por voluntad propia". Además, bajo su punto de vista, posiblemente "todo esto viene por el desconocimiento que Tony Guerrero, que vive en Estados Unidos, tiene de cómo funcionan en España las instituciones públicas",
Y es que la diputada, tal y como ha argumentado desde hace casi dos años, cree que la defensa de los intereses públicos no puede verse afectado en ese caso: "Yo no puedo derrochar dinero público para favorecer a una fundación privada. No se puede estar con el dinero público y demonizar a quienes lo manejan porque gestionar el dinero de todos es incompatible con las exigencias de la familia Guerrero".
Muy distinta es la valoración que el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada, Juan García Montero, hace de este asunto, ya que respalda y entiende los argumentos de la familia. Además, tal y como aseguró hace unos meses, establece el mantenimiento de los cuadros del pintor José Guerrero en Granada como una promesa electoral del PP, con el convencimiento de que su partido gobernarán la Diputación tras las elecciones municipales de la próxima primavera, y resolverán el problema.
De hecho, después de que la familia Guerrero rechazara su propuesta de depositar el legado en el Manuel de Falla, el edil pidió que los fondos permaneciesen en el Guerrero hasta las elecciones, algo que será imposible porque los herederos ya han confirmado el traslado de las 60 obras. Por su parte, fuentes de la Consejería de Cultura indicaron ayer que analizaran la situación aunque de momento no harán valoración alguna.
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