Investigadoras de la Universidad de Granada (UGR), pertenecientes al Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento, han diseñado una prueba que permite detectar la disfagia, una alteración que afecta al ocho por ciento de la población mundial y les impide tragar al comer.
La disfagia afecta especialmente a las personas mayores –entre el 30 y el 40% de los ancianos ingresados en hospitales o residencias– y a pacientes con trastornos neurológicos o neurodegenerativos, con enfermedades como Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica, parálisis cerebral o accidentes cerebrovasculares.
Esta dificultad para tragar se debe a que el proceso de mover los alimentos o los líquidos de la boca al estómago requiere más tiempo y esfuerzo en estos pacientes.
A pesar de ello, la disfagia está infradiagnosticada, ya que muchos de estos pacientes presentan alteraciones cognitivas y no pueden responder a los procesos de evaluación funcional.
Las investigadoras de la UGR han diseñado y validado un test de detección temprana de la disfagia orofaríngea, denominado EdisfO, para pacientes con estado cognitivo preservado (esto es, sin problemas cognitivos), pero que también ha demostrado ser válido en pacientes con estado cognitivo afectado.
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