Diseños de moda sin fronteras

Para Mónica Gómez Márquez la moda es un mundo que le atrae desde que era una niña. De hecho, reconoce que "ser diseñadora es algo que llevaba en la sangre" desde que nació porque "es vocacional".

Ella, que lleva casi desde hace 20 años dedicada al diseño, dio hace cuatro años un paso más dentro de su carrera profesional para exponer sus obras de arte hechas en tela en la Feria de la Moda de Madrid que tiene lugar todos los años en la capital de España.

Con 33 años, esta diseñadora granadina decidió abandonar su ciudad natal para abrirse nuevos horizontes en Madrid, una ciudad que le ha reportado muchas alegrías. Dejó atrás su pequeña y modesta boutique en Granada para dar el gran salto a Madrid y crear su primera franquicia, una tienda showroom "un espacio en el que muestras todo lo que has creado: vestidos de segunda novia, de gala, de coctel y de diario", aclara la diseñadora.

Mónica no tardó mucho en destacar en su profesión. Empezó en una pequeña tienda y en poco tiempo llegó a ser responsable del departamento de diseño y jefa de compras. Ahora, tras su cuarto año a su paso por Ifema (la pasarela de moda que cumple su 55 edición) se plantea la posibilidad de ampliar su trayectoria y presentar sus diseños en otras ferias a nivel internacional. "Esta feria ha sido una buena oportunidad para conocer nuevos clientes, ampliar tejido empresarial y también relacionarte con nuevos proveedores que te abren propuestas de negocio a nivel internacional", explica Gómez. De hecho, Mónica ya tiene en mente asistir con sus diseños a a la feria de Berlín e, incluso, viajar a la fría Rusia. "Madrid ha sido el primer escalón para subir y ahora quiero presentar mis modelos a nivel europeo e internacional".

Sus diseños han gustado mucho en la Feria de la Moda de Madrid, por lo que está "muy contenta". Sobre todo porque reconoce que estar presente en el sector y mantenerse es muy difícil, aunque ella ha sabido hacerse un hueco. Tanto es así, que su firma MOMA costume (en honor a su nombre, Mónica Márquez) se codea en algunas tiendas multimarca con marcas tan afamadas como Valenciaga o Armani, Adolfo Domínguez, Chanel o Dior. "Es un lujazo encontrarse en un perchero firmas de este tipo y que además, sean tu competencia", afirma contenta.

Antes de tener que cerrar su boutique en Granada "por falta de tiempo", a su tienda se dirigían a comprar mujeres del mundo de la política y del espectáculo que confían en su marca para no arriesgarse a quedar mal en cualquier evento importante. Y es que, aunque entre sus diseños se pueden encontrar modelos tanto de diario como de gala, afirma que toda la ropa está dirigida a mujeres de clase media-alta. "He recuperado cortes de diseñadores antiguos como Dior o Valenciaga y los he adaptado a la mujer actual de un nivel medio alto como altas ejecutivas. Son mujeres que quieren ir muy bien vestidas al trabajo y que están cansadas del típico traje de chaqueta", explica.

Si se tuvieran que escoger dos palabras para definir el estilo que tiene Mónica a la hora de diseñar serían la clase y el buen gusto. A pesar de dedicarse al mundo de la moda, ella no confecciona nada que vaya a quedar anticuado en unos años, sino algo que "la mujer pueda tener por mucho tiempo en su fondo de armario". Por eso, la palabra clave para hablar de sus diseños es la funcionalidad. "Yo no confecciono para la moda, sino algo que a la mujer le favorezca, que le guste y que le quede bien. Una mujer que sepa llevar el vestido no que el vestido le lleve a ella", expresa.

Una mujer que aparte de pertenecer a una clase alta, tenga estilo y sea elegante. "Me dirijo a una mujer que se ponga lo que se ponga, sabe llevarlo todo: el vestido, los vaqueros o lo que sea".

Mónica decidió arriesgarse para dedicarse a aquello que más le gustaba, la moda. Ahora, tras cuatro años en Madrid, tiene en mente un nuevo objetivo: lanzarse al mercado internacional.