Los nervios empiezan a aflorar en el PSOE. Nervios positivos de cosquilleos en la barriga. Los escrutinios empiezan a poner la noche de color de rosa en la sede granadina de Torre de la Pólvora, donde entre la tensión del directo de TVE y los ya clásicos whatsaps e informaciones que vuelan en las noches electorales se va dibujando una victoria importante de los socialistas en todo el país y también en la provincia.

En la sala José Luis Rodríguez Zapatero, donde se encuentran los periodistas,aparece de vez en cuando algún representante socialista al que le aparece una sonrisa tímida y de prudencia ante lo que puede ser una noche histórica. Una reedición del 82 en formato fin del bipartidismo y pactos tras prácticamente una década de calvario socialista hasta la moción de Pedro Sánchez hace diez meses.

Los socialistas se relamen no sólo por lo que puede ser un triunfo reparador a nivel nacional y en Granada tras unas elecciones andaluzas negras. La provincia se volvería a vestir de rojo en unas generales tras el periplo azul, pero es que además la alegría es doble por el previsible batacazo del rival histórico, del PP. Así a diez minutos andando aquí, a una parada de Metro, se masca la tragedia en la sede popular de Andrés Segovia donde las protagonistas son las caras largas.

Mientras tanto, la cúpula del PSOE granadino sigue atentamente en su despacho el avance de los escrutinios y de vez en cuando van saliendo para reprimir la emoción. Una emoción que se desbordará más tarde con el discurso del secretario general de los socialistas granadinos, Pepe Entrena, que a buen seguro no saldrá tan serio en las fotografías como en la aciaga noche del 2-D.

Habrán hecho bien en poner en la nevera el champán los socialistas que, si al principio de la noche electoral estaban tranquilos pero prudentes, muy pronto van a dejar de morderse las uñas para empezar a repartir abrazos .