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EMASAGRA, referente en la lucha contra el cambio climático

  • La empresa municipal, en su apuesta por la economía circular, da una nueva vida a los recursos que obtiene a partir del agua residual

Dos imágenes de la Biofactoría Sur de Granada.

Dos imágenes de la Biofactoría Sur de Granada.

A pesar de ser un derecho reconocido, todavía nos queda mucho camino por recorrer para que el sexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible “Agua y saneamiento para todos” se convierta en una realidad en el mundo. Con motivo del Día Mundial del Saneamiento, Naciones Unidas nos recuerda que existe 3.600 millones de personas que carecen de acceso a sistemas de saneamiento, un salvavidas que evita la transmisión de enfermedades y facilita la salubridad de los espacios. Hoy, además, los episodios climáticos extremos, como inundaciones y sequías, y el aumento del nivel del mar que provoca el calentamiento global, se han convertido en una grave amenaza para los diferentes elementos de los sistemas de saneamiento -las tuberías, los tanques y las plantas de tratamiento-. Ante ello, estamos obligados a dotar a los territorios de sistemas más resilientes adaptados a la nueva situación climática. Y Emasagra lo hace.

La urgencia de apostar por la reutilización

Además, para reducir la presión de un recurso natural básico y esencial para la vida humana, como es el agua, es necesario potenciar por su regeneración, esto es, el tratamiento avanzado para depurar las aguas residuales hasta conseguir una calidad que permita reutilizarla en: riego de calles, de zonas verdes, de producción agrícola o en procesos industriales, entre otros usos.Actualmente, en España se reutiliza menos del 10% del agua tratada (según datos de la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento (AEAS)). A pesar de tener la tasa de regeneración más alta de Europa, estos índices se sitúan muy por debajo de otras regiones con estrés hídrico, como Israel o el estado de California.

Biofactoría Sur, ejemplo de economía circular

Emasagra, la empresa municipal de Abastecimiento y Saneamiento de Granada, participada por el grupo Agbar e Hidralia, para hacer frente al desafío climático y hacer más sostenible todo el proceso, lleva años apostando por la economía circular y ha convertido la su depuradora de aguas residuales en una Biofactoría de energía renovable.Este modelo, que ha sido premiado por Naciones Unidas, ha implicado un cambio total en el enfoque de la depuración de agua residual, generando nuevos recursos de calidad a partir de los residuos y de esta forma tener también un impacto positivo en el medio ambiente.

Biofactoría Sur de Granada. Biofactoría Sur de Granada.

Biofactoría Sur de Granada.

Gracias a estos principios, en la Biofactoría Sur se ha conseguido que prácticamente el 100% del agua depurada se reutilice para el riego de cultivos leñosos; casi la totalidad de los lodos, arenas y grasas se valoricen como abono en agricultura o jardinería, y se alcance la autosuficiencia energética. Concretamente el pasado mes de abril, la Biofactoría Sur consiguió el 122% de autoabastecimiento energético.Para conseguir un balance energético nulo o positivo en cuento a emisiones a la atmosfera, la Biofactoría Sur, además de mejorar sus infraestructuras de energía renovable, ha implementado nuevas acciones para reducir el consumo energético y a su vez mejorar la eficiencia. Un ejemplo de ello ha sido la instalación de la electrolinera y la adquisición de vehículos eléctricos que se abastecen de la energía generada en la propia Biofactoría.

De los 18,04 millones de m3 de agua tratadas cada año en la Biofactoría Sur de Granada, el 100% es reutilizada para el riego de miles de hectáreas de zonas verdes y especies leñosas, así como para el mantenimiento del caudal mínimo ecológico del Río Genil. El resultado es la contribución a la creación de nuevos espacios verdes que están ayudando a reducir la huella de carbono.Con respecto a los lodos, el año pasado se produjeron un total de 19.369 toneladas métricas de fango, de las cuales el 100% se usaron para aplicación agrícola, con un 13,3% para compost y 88% de aplicación directa. En cuanto al resto de sustancias que no se eliminan en el proceso de depuración, como son las arenas, se usan como materia prima en compost vegetal, alcanzando en 2020 un total de 307 toneladas; al igual que las 24.94 toneladas de grasas generadas en el proceso, consiguiéndose el 100% de valorización de ambos residuos.

Estrategia empresarial

En Emasagra, todas y cada una de las acciones que realizamos tiene un impacto en el medio ambiente y en el día a día de cada uno de los ciudadanos a los que servimos. Por eso trabajamos para que nuestro compromiso con el Desarrollo Sostenible crezca año tras año, y nuestros servicios vayan más allá del abastecimiento de agua, recogida de residuos o mantenimiento de los parques y jardines. Con el fin de hacer realidad la sostenibilidad medioambiental y desarrollar un mayor compromiso social con los colectivos más vulnerables, hemos elaborado un plan estratégico de desarrollo sostenible con unos objetivo claramente delimitados: lucha contra el cambio climático, autosuficiencia energética, garantía del acceso al agua, preservar el recurso natural como fuente de vida o proteger espacios naturales, sin olvidar la solidaridad, la reconstrucción social y económica de Granada y la creación de empleo de calidad, como ejes irrenunciables.

La importancia de no tirar residuos al inodoro

De nada sirve invertir en infraestructuras avanzadas si hacemos un mal uso de la red. Por eso, con motivo del Día Mundial del Saneamiento, hay que recordar la importancia de no tirar residuos por el inodoro, tales como colillas, aceite, productos para el cuidado personal (toallitas higiénicas, pañales de bebés, bastoncillos de algodón, discos desmaquillantes, tampones, etc.), así como medicamentos, un mal hábito con una costosa factura económica y medioambiental. Estos desperdicios son responsables de numerosos problemas en la gestión de las aguas residuales, provocando atascos importantes en las tuberías bajantes de las comunidades de vecinos, así como en infraestructuras públicas como redes de alcantarillado, equipos de bombeo y estaciones depuradoras de aguas residuales. Además, esta práctica produce graves problemas medioambientales por saturación de los colectores de saneamiento provocando vertidos de aguas residuales, llegando a aparecer, en ocasiones, los residuos en nuestros ríos o playas.