La Agencia Pública Andaluza de Educación (APAE) aseguró que "estamos trabajando para poder realizar cuanto antes nuevas contrataciones para que puedan empezar los comedores" de 17 centros educativos de la provincia de Granada que ayer estrenaron curso sin poder ofertar este servicio extraescolar.

La Agencia confirmó que los centros son 17 en la provincia y que el motivo de que se quedaran sin servicio de comedor es "la negativa" de las empresas adjudicatarias "a iniciar el servicio en los comedores". Desde Educación se indicó que se desconoce el número de alumnos afectados por esta situación.

Granada no es la única provincia afectada por la renuncia de las empresas de comedor escolar a prestar servicio. En toda Andalucía son 126 centros sin comedor por la renuncia de las concesionarias.  Según un comunicado de la Junta recogido por Europa Press, de esos 126 comedores, "75 están incluidos en la licitación que se inició el pasado mes de junio y previsiblemente estarán adjudicados a mediados del mes de octubre, por lo que una nueva empresa se haría cargo del servicio". "Mientras tanto, se está articulando la contratación de los mismos mediante contratos menores"..

Los 51 comedores escolares restantes -40 de Jaén, 9 de Granada, 1 de Córdoba y 1 de Sevilla- "no se encuentran en esta situación, es decir, no están incluidos en la licitación ya publicada, por lo que se están buscando otras soluciones". "Entre estos comedores están los que la empresa Royal Menú abandonó el curso pasado en la provincia de Jaén y que Col-Servicol asumió", indica la nota.

Esta situación se une a la necesidad de más monitoras para aula matinal y comedor que tienen los centros educativos. Los colegios, en la aplicación de los protocolos de prevención del coronavirus, han habilitado más espacios para preservar los grupos de convivencia escolar. Sin embargo, los mismos colegios que han hecho ese esfuerzo se encuentran con que se les envía el mismo personal de monitoras que el pasado curso (o menos incluso), por lo que se han visto obligados a informar a las familias de la imposibilidad de mantener los grupos estables, una cuestión que es especialmente delicada en el comedor escolar, donde no es posible usar mascarilla.