La hija de Encarnación Rubio, desbordada por las muestras de apoyo y solidaridad
Confía en la actuación de la Fiscalía, que analizará por qué ni ella ni su hermana han cobrado indemnización alguna
Sonia Jiménez Rubio, la hija de la mujer atropellada por su marido hasta la muerte en Cúllar Vega el 31 de marzo de 2004, respiraba ayer un poco más tranquila. Después de que este periódico hiciera pública la difícil situación que le ha tocado vivir -ha tenido que pagar las letras del coche empleado por su progenitor en el crimen de su madre y la indemnización que éste debía pagar a un señor mayor que resultó herido al tratar de ayudarla en el atropello-, Sonia ha recibido el respaldo testimonial de algunas instituciones. Ayer mismo recibió una llamada del delegado del Gobierno de la Junta, Jesús Huertas, quien le brindó su apoyo y solidaridad como máximo responsable del Gobierno andaluz en Granada.
En los últimos tres días, la hija mayor de Encarnación Rubio ha recibido también el apoyo de la Diputación Provincial de Granada y el de la Fiscalía Superior de Andalucía, en la que la joven tiene puesta ahora toda su esperanza.
Sonia aseguró ayer a Granada Hoy que confía "plenamente" en el fiscal superior, Jesús García Calderón, quien ha encargado a la fiscal de violencia sobre la mujer que revise la ejecución de la sentencia que condenó a su padre a 26 años de cárcel y a indemnizar a ella y a su hermana con 75.000 euros, cantidad que ninguna de las dos ha percibido. Es más, hasta ahora sólo han tenido que pagar y pagar, como consecuencia de las deudas que han heredado de su progenitor.
La joven, que ha tenido que solicitar préstamos que ascienden a más de 100.000 euros para hacer frente a los pagos, sólo espera que la Justicia la ampare y ella y su hermana puedan algún día cobrar la indemnización fijada para ellas.
"Lo cierto es que si hubiese cobrado aquella indemnización, no me hubiera tenido que hipotecar como lo he hecho; no es lo mismo tener que pagar 300 euros de hipoteca que 800", explica Sonia, que sigue cruzando los dedos "para que no venga nada más" y no se vea obligada a pedir más créditos. Y es que las deudas sobrevenidas le han generado una "intranquilidad" terrible, hasta el punto de que no puede evitar mirar el buzón con recelo.
"No sé como describir el daño tan grande que me han causado", expresa, al recordar la situación que vivió cuando su abogada le comunicó que tenía que abonar los 11.000 euros que debía su padre del coche con el que atropelló a su madre. Y es que el progenitor, al ingresar en prisión preventiva, dejó de pagar todo lo que adeudaba, siéndole reclamado a Sonia, que tuvo que abonarlo para evitar que le embargasen su casa.
Además de la deuda del vehículo, que le causó quizás más daño moral que económico -se pasó varios días llorando de impotencia-, Sonia ha tenido que hacer frente después a otros pagos de su padre, que falleció el verano de 2006 en el hospital tras enfermar gravemente en la prisión de Albolote, donde cumplía condena.
Uno de esos pagos fue la indemnización al anciano que trató de ayudar a su madre durante el atropello. El 3 de mayo de 2007, abonó los 12.000 euros que la Audiencia de Granada fijó como indemnización para él. Sonia quiso dejar claro que la finalidad de contar su historia nunca ha sido económica, sino que sólo ha pretendido dar a conocer la complicada situación en la que pueden quedar los hijos en un caso de violencia machista tan terrible como el acaecido en su familia.
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