Granada

Errores en el monumento a Colón y la reina Isabel

  • Benlliure se equivocó en el pedestal del monumento Aparecen 35 personajes y una sola mujer También hubo erratas en los monumentos del Paseo del Violón

Resulta curioso que se cometan errores al diseñar un monumento público cuando los datos están muy documentados. Ya han surgido las críticas en la prensa local sobre las erratas, falta de tildes, concordancias, etcétera, en los recién inaugurados monumentos al Flamenco y a los viajeros románticos del Paseo del Violón. Monumentos muy merecidos, aunque los románticos no dijeran toda la verdad sobre Granada. Eran muy románticos.

Pero esto no es nuevo. Cuando el ilustre escultor valenciano Mariano Benlliure hizo el monumento a Isabel la Católica y Colón en 1892, para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento, también nos dejó algún error y algunas significativas omisiones en la leyenda del pedestal. Y es extraño porque Benlliure debía conocer quiénes fueron los verdaderos consejeros de Colón y de la reina Isabel y los que realmente aportaron el principal consejo, el dinero, en aquella aventura trasatlántica cuyas capitulaciones y conversaciones entre ambos protagonistas pretende resaltar el escultor.

En el pedestal aparecen reseñados los nombres de 35 personajes casi todos condes, duques y marqueses, incluido el rey Fernando el Católico; relacionados con la Guerra de Granada y con la aventura de Colón; sin embargo no aparecen personajes tan vinculados a la peripecia colombina como el teólogo dominico Diego de Deza, amigo íntimo de Colón y su valedor muy activo ante la reina; como tampoco está el rico genovés Francisco Pinelo, ni Juan Cabrero, el camarero y muy íntimo confidente del rey Fernando que también apostó por el viaje del navegante; ni el secretario Juan de Coloma firmante de las Capitulaciones en Santa Fe el 17 de abril de 1492.

El pobre Colón estaba ya más que desesperado de los portazos de los reyes a su proyecto; la Guerra de Granada era prioritaria; aburrido se marchó de Santa Fe dispuesto a pedir apoyo en Francia; menos mal que en abril de 1492, tomada ya Granada, un alguacil mandado por los reyes lo alcanzó en Pinos Puente y la cosa se arregló, gracias a los decisivos consejos y sobre todo al dinero aportado por el tesorero valenciano Luis de Santángel y el olvidado Francisco Pinelo. Todavía se conserva en Granada la Casa de los Pinelo.

Un dato curioso del pedestal es la aparición de una sola mujer, la Marquesa de Moya, Beatriz de Bobadilla, amiga íntima de la reina Isabel. Fue ella una de las que más influyó en atender las peticiones de Colón. Y ya se sabe. El consejo de una mujer amiga vale más que cien 'juntas examinadoras' como las que pusieron en duda los proyectos de Colón. Por eso la Marquesa de Moya aparece en la parte principal del monumento. No hay que confundirla con Beatriz de Bobadilla, gobernadora de La Gomera, amante que fue de Colón en Córdoba y del rey Fernando un poco antes. Sin embargo no vemos a Beatriz Henríquez, segundo amor del viudo Colón, que, además de darle un hijo (Hernando, ilegítimo), le prestó su hacienda personal para armar las carabelas, aunque luego el orgulloso Virrey Colón nunca la reconoció. Era 'la otra'.

Pero lo más chocante es la confusión de la parte frontal y más visible del pedestal. Se trata de la unión del nombre Fray J. Pérez de Marchena, cuando en realidad fueron dos frailes franciscanos distintos: Fray Juan Pérez y Fray Antonio de Marchena. Personajes decisivos en la aventura colombina. Tal vez Benlliure se informó mal o lo equivocaron las crónicas de Fernández Oviedo y de López de Gómara que unificaron en uno los que eran dos.

Errores o erratas aparte; los pueblos deben recordar a sus personajes monumentales; aunque el 'descubridor' Colón fuera el primer traficante de esclavos del Imperio Español con el católico consentimiento real. Estaba permitido. Pero ese es otro tema…y muy espinoso.

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