Granada

El Fandi, a hombros en una encerrona con interés

  • Seis toros de distintas ganaderías dieron juego variado, con los Garcigrande y Victorino muy exigentes

Lo peor que puede pasarle a un torero cuando se encierra en solitario con seis toros es que todos salgan lo mismo, y para colmo sean malos, eso es lo más aburrido del mundo, pero nada más lejos de la realidad en la comprometida encerrona goyesca de David Fandila El Fandi ayer en Granada, cuarto festejo del abono que puso fin a las corridas de a pie de la presente Feria Taurina del Corpus.

David se encerraba por quinta vez en su carrera con seis toros, siendo la última en Almería para celebrar sus diez años de alternativa en 2010, pero en esta ocasión lo hacía con toros de distintas ganaderías y nadie sabía lo que podía salir por la puerta de chiqueros, todo era expectación. Para el torero no era fácil, la situación económica y encerrarse en solitario es un compromiso para los tiempos que corren. El tendido respondió con dos tercios de plaza y desde luego no salió defraudado. Hubo toros para todos los gustos y estilos, el que gusta del toreo reposado y tranquilo lo tuvo, pero también el que se inclina por la vibración que transmite un toro con peligro tuvo su oportunidad. Pues bien, ese tipo de toro fue el segundo de Garcigrande y el cuarto de Victorino, pues el temido Miura no lo fue tanto y sacó nobleza en una justa transmisión, al igual que el de Jandilla, que se dejó. Lo peor fue el toro de San Mateo, inválido, pero el que cerró plaza, de Hermanos García Jiménez tuvo un aceptable juego, e incluso algún sector del público pidió su indulto, menos mal que no arreció la petición, porque no era para eso ni mucho menos, bueno sí, pero sin pasarse ni mayores pretensiones. En definitiva, hubo de todo, y cuando hay variedad e incluso emoción en el ruedo, las cosas después saldrán como salgan, pero el festejo tiene interés, seguro.

Tampoco David, que salió a hombros tras cotar seis orejas, desdibujó la tarde. El Fandi saldó el compromiso con tota, aunque no en todos los toros pudo estar relajado ni ofrecer el recital que acostumbra, sencillamente algunos toros no lo dejaron. Pero el granadino es un torero de recursos y por mucho que espere uno, El Fandi nos da la sorpresa seguro. Día a día nos muestra su solvencia y el porqué de tantos seguidores. Ayer fue la silla, además con el Miura, de talle antiguo, que también utilizó Morante el año pasado y El Fandi volvió a hacerlo en un par de banderillas en el sexto. Pero ahí no terminaron las sorpresas, el último también fue picado por David. Si alguien creía que El Fandi vino a cubrir el expediente ante sus paisanos se equivocó, David puso el alma y todo su empeño por hacer las cosas bien para que el público se divirtiera, aunque no siempre fue posible pero se ganó el respeto de los asistentes.

Ni que decir tiene que donde peor lo pasó El Fandi fue en el segundo y cuarto, ambos pidieron el carné de identidad, y de relajarse nada. El de Garcigrande, el segundo, fue un toro muy exigente que no quería ponérselo fácil a su matador. Ya en banderillas dijo aquí estoy yo y le apretó, pero El Fandi no se arrugó. El astado pedía mando y no dejaba relajarse en ningún momento a David, por lo que el resultado fue una faena vibrante, sobre todo por el pitón derecho. Más suave al natural, pero concesiones las justas.

Otra perla fue el Victorino. Ni la merienda fue capaz de dejar somnoliento al tendido, todo lo conrario. El toro fue de los de tragón para El Fandi, además lo cogió en los doblones al comienzo de faena y el tobillo izquierdo le molestó el resto de la tarde. El peligro del toro no era de los sordos, sino evidente. Cada vez que El Fandi de ponía el animal le arreaba, no estaba dispuesto a que nadie quebrantara su sitio. El matador no se confió ni un segundo y confió abreviar para no arriesgar más de los debido, sabía que el lucimiento era imposible.

Otro de los temidos a priori era el Miura, tercero, pero al final resultó noble pero justo y El Fandi fue cogiendo confianza e incluso alguna tanda tuvo ligazón y el conjunto resultó aseado. También estuvo a gusto en el sexto, un toro que le permitió hacer de todo. Lo picó, le puso cuatro pares de banderillas, uno sentado, un quite por lopecinas y se hartó de torearlo. El toro se rindió ante el dominio de David, que se adornó y dio variedad ante un público entregado.

El primero fue noble pero con poca chispa, y sin forzar la embestida logró ligar las tandas a base de medir los tiempos. El resultado, una faena aseada. El de San Mateo sencillamente fue un inválido que no tenía un pase y de poca presencia, pero la presidenta, Ana Belén Álvarez, no vio necesario sacar el pañuelo verde, sus motivos tendrá, pero está claro que la mayoría del tendido n o lo vio así y protestó toda la faena. El Fandi abrevió para impedir llegar a mayores.

David Fandila estuvo muy poderoso y variado toda la tarde en banderillas, tercio que domina a la perfección.

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