Fontecruz, un vergel minimalista
El último establecimiento que se suma a la oferta de hoteles de cinco estrellas de la ciudad nace con la intención de que su exclusividad no suponga una traba para su apertura a la ciudad de Granada
En el epicentro del corazón de Granada, en mitad de la Gran Vía, ha surgido un nuevo refugio que reune exclusividad, silencio y diseño minimalista. Es lugar de descanso en pleno núcleo neurálgico y rodeado del bullicio de una de las principales arterias de la ciudad que sin embargo ha sabido aislarse, a un paso de casi todo pero tranquilo. El Fontecruz, como los grandes, como los divos, nace ya precedido del artículo para sumarse a la oferta de hoteles de cinco estrellas de la ciudad.
Ayer abrió las puertas de sus habitaciones a los medios de comunicación, aunque las estancias se estrenaron hace unos meses. El hotel citó a los periodistas locales porque nace con la intención "de abrirse a la ciudad" -en palabras de Jaime Ella, director comercial de la cadena Fontecruz- , de que los granadinos disfruten también de instalaciones. Por ese motivo, sin perder ni un ápice de la elegancia sobria de su decoración ni de la delicadeza en el trato de sus empleados, el nuevo establecimiento ofrecerá, por ejemplo, menús para comer en su restaurante por sólo 15 euros.
Es sólo una muestra de la intencionalidad del Fontecruz, que también abrirá su spa a los que no están alojados en sus habitaciones por unas cantidades muy asequibles: 24 euros entre semana y 30 euros los fines de semana, aunque la carta de masajes no se incluye en este precio.
Además del spa y el restaurante, otro de los servicios de este hotel que se ha creado con la intención de convertirse en un clásico de la vida diaria de la ciudad es su bar de la terraza. La directora general de la cadena, Nuria Martínez, afirmó ayer que el objetivo es que se convierta en un lugar de referencia para los que quieran disfrutar de la noche granadina más "exclusiva". La espectacular panorámica de la azotea abarca desde las cúpulas de la Catedral pasando por las cumbres de Sierra Nevada y, sobre todo, una perspectiva trasversal de la Alhambra poco habitual para los que no tienen la suerte de tener un ático en la Gran Vía. "Muchos granadinos han venido ya a la terraza porque sentían curiosidad por contemplar las vistas", cuenta la directora general.
Lo que quizás no lleguen a ver muchos granadinos serán sus habitaciones. El precio no resulta tan asequible para los bolsillos zarandeados por la crisis: entre 120 y 225 euros. Esa es la tarifa media, porque la broma de alquilar el exclusivo apartamento que conforma la suit principal asciende a 625 euros la noche.
Los que puedan abonar esa cantidad podrán disfrutar también de un conjunto de dos habitaciones de matrimonio y un salón con su terraza particular. La habitación principal cuenta con una sorprendente distribución diáfana y una serie de claraboyas con singulares vistas a la Alhambra.
La decoración de la suit, igual que la del resto de las habitaciones, ha apostado por un diseño minimalista, que mezcla la calided de la tapicería y la moqueta con la frialdad de los tonos dando un toque austero al conjunto. Dotada del confort propio de un hotel de cinco estrellas, el estilo se caracteriza por la discreción y la sobriedad que dan a la atmósfera un aire masculino. Los detalles no buscan llamar la atención de forma histriónica sino hacer agradable la estancia pasando desapercibidos. Todo está pensado para que el hotel sirva de campamento de operaciones, de lujo pero funcional, desde el que asaltar la urbe.
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