Frascuelo y su inmortal paseíllo
"Pobre Salvaó, tanto luchá pa esto", dijo llorando su rival Lagartijo ante el cadáver del torero granadino. Si algún día suprimen las corridas, espero que no nos derriben la escultura de FrascueloDicen que Lagartijo llegó a matar 5.200 toros, por los 4.000 que lo hizo nuestro paisano desde que tomó la alternativa en 1867 · A pesar de las elevadas cifras, apenas tuvieron cogidas peligrosas
La vida del valiente torero granadino, nacido en Churriana de la Vega, va unida al arte y a la fama del Primer Califa de los toros que fue el cordobés Rafael Molina Lagartijo. Ambos rivalizaron en cientos de corridas por toda España; representante Frascuelo de la escuela rondeña, más seria, más sobria, frente a la más alegre y vistosa escuela sevillana que representaba Lagartijo. La España del toro quedaba así dividida entre los años 1868 y 1889 para asistir a los "mano a mano" entre ambos maestros, porque arte y valentía no les faltaba a ningún de los dos.
Dicen que Lagartijo llegó a matar 5.200 toros, por los 4.000 que lo hizo nuestro paisano desde que tomó la alternativa en 1867 de manos de Curro Cúchares y con Francisco Arjona Currito de testigo; aun así apenas tuvieron cogidas peligrosas, si exceptuamos las tres más graves que sufrió el granadino: la del toro Guindaleto en 1877, la de Peluquero en 1887 y la de Galeote poco después. Lo curioso es que Frascuelo no murió en la arena, pero sí en la calle El Arenal de Madrid y de una vulgar pulmonía. España entera se vistió de luto y avisado Lagartijo del triste suceso, se desplazó desde Córdoba para musitar entre lágrimas y ante el cadáver de su amigo: "¡Pobre Salvaó; tanto luchá pa esto!"
Salvador Sánchez (1842-1898), se fue de Churriana siendo niño; empezó su afición al calor de su hermano Francisco Frascuelo, que era el que en realidad ostentaba el sobrenombre; aunque luego Salvador se lo apropió y con él ha pasado a la historia, puesto que cuando andurreaba de jovencillo en las capeas rurales se apodaba El Papelista, tal vez por su trabajo en un almacén de papeles pintados.
Los retratos lo presentan con talle elegante, de rostro fino, moreno y algo agitanado. Gustaba codearse con gente de la aristocracia y cercana a la Corte. No sabemos cuán estrecha era su amistad con la Infanta Isabel de Borbón La Chata, pero el caso es que no dejaba de visitarla con frecuencia, siendo además muy amigo de su hermano, el futuro Alfonso XII, con el que colaboró en el proceso de restauración borbónica. Todo lo contrario que Lagartijo, declarado ferviente republicano.
Debió ser generoso el torero granadino cuando las crónicas lo asocian a La Chata que en tantas ocasiones demostró su acercamiento a los más necesitados, siendo por ello muy querida por el pueblo. En más de una ocasión toreó Frascuelo en Granada a beneficio de los pobres; tal vez sea la más nombrada aquélla del 3 de abril de 1880 en la que compartió cartel con Lagartijo y Cara Ancha; o aquella otra en la que él solo se encerró con seis toros del Duque de Veragua comprados a su costa, y cuyos beneficios fueron para los pobres de Granada y Churriana.
Otro rasgo de su humanidad fue la amistad que contrajo con el famoso perro Paco del castizo Madrid de finales del XIX; aquel popular perro negro que ladraba animando las corridas de toros y que fue estoqueado por un mal torero en plena corrida. Algunos creían que el perro era del torero granadino porque le acompañaba con frecuencia hasta la puerta del hotel.
Ahí está Frascuelo, cerca de la Plaza de Toros de Granada, haciendo su inmortal paseíllo gracias al arte del profesor Ramiro Megías, el mismo escultor que hizo el caballo del Ayuntamiento y la Fuente de las Granadas en el Paseo del Salón. Esta escultura de Frascuelo fue donada para Granada por Acisa y Concentra. Dios se lo pague. Si algún día le da al personal por suprimir las corridas de toros, espero que no nos derriben el homenaje al valiente y generoso torero granadino, aunque sea por lo que tiene la escultura de obra de arte popular, por el hambre que a los pobres alivió y por las alegrías que a La Chata le dio.
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