Frutos secos y miel, olores y sabores de toda la vida

Juan del Castillo en la tienda de frutos secos que regenta.
Juan del Castillo en la tienda de frutos secos que regenta.

28 de enero 2009 - 01:00

Más de 60 años han pasado desde que abrió sus puertas esta pequeña tienda en la calle Puentezuelas. Alaminos, miel y frutos secos, es uno de esos lugares que conservan la esencia de toda la vida, sin renunciar por ello a nuevos productos que la diferencian de otras similares. El olor a frutos secos se mezcla con las hierbas, la miel o los tés aromatizados.

Por su ubicación, cerca de la Facultad de Traducción e Interpretación, y su año de inauguración, 1945, los clientes de toda la vida se mezclan con la juventud de los que llegan a la ciudad por primera vez.

Entre el ruido de la pala cuando se sumerge en los sacos de semillas, el dependiente utiliza una de esas balanzas a las que aún no ha llegado la tecnología y mira los precios en un listado escrito a mano. Juan del Castillo, que regenta el negocio, conoce a la mayoría de los que se acercan hasta allí y les da ese trato personalizado que lo diferencian de otro tipo de comercios. Junto a su esposa atiende a cada uno dedicándole a cada caso el tiempo que necesita y aconsejándoles cuál es el mejor producto para cada uno.

Del Castillo es consciente de que es "complicado" competir en precios y por ello su seña de identidad es la calidad y la diferenciación con productos difíciles de encontrar. La leche de coco, algarroba tostada o harina de garbanzo se unen a las teteras forjadas o las lámparas de sal, en un espacio pequeño pero lleno de matices.

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