Natural de Huéneja, localidad de la provincia de Granada, el párroco Patricio Larrosa no tenía en mente lo que le iba a deparar su misión en Honduras allá por los años 90. Perteneciente a la diócesis de Guadix-Baza, Larrosa creció en tierras granadinas antes de partir hacia el continente americano. Tras descubrir la situación de muchos hondureños que conoció durante los primeros meses en el país, tomó la firme decisión de no volver a España. 

Su compromiso con los más necesitados fue más allá de cruzar un océano y medio mundo para acabar en Honduras. La misión de Larrosa se prolongó durante años, décadas y miles de historias vividas lejos de casa. Fue en 1996 cuando nació ACOES, Asociación Colaboración y Esfuerzo con el simple objetivo de recoger material escolar para unos niños. La organización fue creciendo poco a poco: "los niños me decían que querían estudiar pero no podían por los pocos recursos de sus familias", recuerda el párroco. Fue entonces cuando se puso como meta conseguir darle prosperidad a jóvenes sin recursos en Honduras con una educación a favor de la solidaridad. 

"Nosotros os ayudaremos a vosotros y vosotros ayudaréis a otros niños cuando crezcáis"

La labor de Larrosa y de su asociación se fue expandiendo con los años: "comenzamos construyendo una guardería y acabamos haciendo varias escuelas". Tal es la importancia de ACOES en Honduras que en la actualidad atienden a más de 11.500 niños. Gracias al incansable trabajo de la asociación con los más pequeños, "muchos han acabado matriculándose en la universidad, con una carrera, trabajo, formando familias y siendo personas productivas dentro de la sociedad hondureña, sin necesidad de irse a Estados Unidos para triunfar", afirma orgulloso el cura. 

España es uno de los países que más colabora con la Asociación y muchos de los alumnos acaban viajando a la Península a estudiar. Por todo el país hay diversas fundaciones estrechamente ligadas a ACOES, sobre todo en la provincia de Granada y Almería. Aquí se llevan a cabo tareas para promover la visibilidad de los más necesitados y campañas de sensibilización en los colegios españoles. Además, periódicamente se envían contenedores repletos de material escolar y ropa para los jóvenes hondureños. Precisamente este 22 de febrero partirán desde Motril y Dúrcal miles de donaciones voluntarias hacia Honduras.

"Lo importante es conseguir hacerles ver a los niños que son capaces"

Con cerca de 200 voluntarios, ACOES acoge ayuda desinteresada de personas de todo el mundo. El gobierno hondureño ha colaborado mucho con la asociación, pero la organización ha salido adelante "gracias al trabajo incansable de todos los voluntarios del país que se esfuerzan sin percibir ninguna remuneración económica". El párroco reconoce que juntos forman una familia y realizan un trabajo entre todos para ayudarse mutuamente. 

Larrosa saluda al Rey de España

El Premio Derechos Humanos fue entregado al cura granadino por el Rey de España el pasado martes. Dicho galardón enmarca una labor encomiable por parte de esta asociación durante casi 25 años de existencia. El monarca aprovechó para felicitar a los que "se implican de una manera personal y concreta con la mejora de la vida de sus semejantes". Felipe VI expresó también su "admiración y gratitud por la labor que desempeñan de manera tan ejemplar".

Dicho premio viene a "reconocer el trabajo que realizan a diario en Honduras todas las personas que colaboran con la asociación, así como los que ayudan desde fuera del país hondureño" dijo el párroco. "Es un motivo de ánimo para toda la labor de planta baja que realiza nuestra organización".

Patricio Larrosa anima a colaborar con la Asociación a todo aquel que esté interesado y recuerda que hay sitio para todos: "desde personas con más de 80 años que han dedicado toda su vida a ayudar a los demás como para los más jóvenes". Para los interesados, la página web de ACOES incluye toda la información necesaria para echar una mano a Larrosa y a la labor de los voluntarios.