La Fundación se enroca hasta que no se defina su papel en el Centro Lorca

Suspenden el acto simbólico del 5 de junio y se convoca un Consejo Rector a mediados de mes

Rosa Aguilar, Ida Vitale, García-Lorca y Paco Cuenca, en la Romanilla el pasado miércoles.
Rosa Aguilar, Ida Vitale, García-Lorca y Paco Cuenca, en la Romanilla el pasado miércoles. / Álex Cámara
G. Cappa

Granada, 02 de junio 2017 - 02:34

La Fundación Lorca volvió ayer a demostrar su condición de duro negociador y supedita cualquier gesto a las administraciones a que se apruebe la auditoría y a que se clarifique su papel en el Consejo Rector del Centro de la Romanilla. "El legado tendrá que ir llegando en un proceso porque la conformación de la gestión futura requiere meses de trabajo", indicó ayer el alcalde de Granada, Paco Cuenca, antes de desplazarse a Madrid para una reunión en el Ministerio de Cultura en la que también participaron la Junta de Andalucía, la Diputación y la Fundación Lorca. En el encuentro las administraciones establecieron una hoja de ruta que para desbloquear la actual situación y llegaron a un acuerdo para que, en torno a mediados de junio, se celebre una reunión del Consejo Rector del Consorcio en el que se sienten las bases para asegurar la viabilidad del funcionamiento futuro del Centro. En esta reunión también se examinará la última auditoría realizada y debe servir para materializar distintos aspectos administrativos pendientes, según la nota remitida tras el encuentro.

El objetivo de este encuentro era definir también un acto simbólico el próximo lunes 5 de junio, en el que las instituciones que conforman el Centro Lorca tenían previsto escenificar el acuerdo para la llegada de los más de 5.000 documentos lorquianos con un guiño para cerrar dos años de desencuentros.

El papel de la Fundación en el Consorcio, otro de los temas a negociar

La fecha la anunció la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, tras una reunión con el secretario de Estado de Cultura, Fernando Benzo, en la que se fijó el 5 de junio para la llegada de los documentos. Cuando era ya materialmente imposible el traslado del legado se pensó en un acto emblemático para escenificar el acuerdo al que se refirió el alcalde antes de la reunión, señalando que se estaba trabajando para una "acción simbólica" de cara al día de nacimiento del poeta. Sin embargo, la Fundación Lorca se mostró inflexible en la reunión celebrada en Madrid y supeditó cualquier iniciativa en este sentido a que se apruebe la auditoría presentada por la propia institución en la que se dan por justificadas todas las subvenciones recibidas para la construcción del centro. También se debe liquidar la encomienda de gestión a la institución que preside Laura García- Lorca, para lo que es necesario en primer término aprobar las cuentas, algo que ya está avanzado una vez solventado el escollo de los 2,8 millones de un expediente de reintegro de la Junta que está en "vías de solución" según fuentes de la Consejería de Cultura. El siguiente paso será determinar el papel de la Fundación Lorca, a lo que se refirió Laura García-Lorca en el acto del miércoles, donde señaló que se está cerca de un acuerdo "para retomar la idea inicial del proyecto tal y como se concibió desde el principio".

Esta génesis implicaba que la Fundación Lorca integraba el Consejo Rector del Centro Lorca -del que fue excluido en 2015 con los nuevos estatutos- y la familia del poeta tenía la capacidad de dar el visto nuevo al director del centro y un mayor poder en la toma de decisiones, ya que en la actualidad su presencia se limita a la coordinación de actividades, un trabajo que con los desencuentros de los últimos años ha recaído en los técnicos municipales Jesús Ortega y Miguel Canales.

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