Investigación sobre el coronavirus

Lo que la Genética está aportando en la lucha contra el COVID-19

  • Médico genetista y profesor de la UGR expone las claves de las últimas investigaciones de esta disciplina sobre el nuevo virus 

Lo que la Genética está aportando en la lucha contra el COVID-19

Lo que la Genética está aportando en la lucha contra el COVID-19

La Genética es la ciencia de la herencia y la variabilidad que nos permite comprender, en contra de lo que se piensa habitualmente, por qué los hijos no se parecen a sus padres, y actualmente se ha puesto de moda. Asistimos a una saturación de términos genéticos en medios de comunicación, redes sociales y aun en las propias tertulias familiares. Es, pues, una buena oportunidad para revisar qué está aportando la Genética a esta lucha contra el COVID-19.

El primer caso reconocido fue a principios de diciembre en la ciudad de Wuhan (Hubei, China) y ya el día 31 su Comisión Municipal de Salud y Sanidad informó sobre 27 casos de una neumonía desconocida. El 7 de enero las autoridades sanitarias chinas informaron de un nuevo tipo de coronavirus (Coronavirus SARS-Cov-2) y el día 12 China compartió su genoma completo. He aquí la primera aportación fundamental de la genética: la secuenciación completa del ARN del nuevo virus. El 22 de enero, investigadores de la Universidad de Wuhan publicaron la estructura del genoma y el proteoma del virus, permitiendo conocer su procedencia mediante un árbol filogenético.

Comparando su secuencia se ha podido situar al SARS-Cov-2 dentro de los beta-coronavirus, más próximo a los tipos cuyo reservorio natural es el murciélago que a otros virus conocidos en el ser humano, como SARS-CoV y MERS-CoV. Ello abre las puertas a futuros ensayos clínicos de fármacos que interfieran en sus funciones clave, como puede ser bloqueando el anclaje del virus, mediante sus espículas, a la superficie de las células huésped, tanto en los alveolos pulmonares como en células cardíacas, renales y de la mucosa del tracto digestivo.

La genética es clave para el desarrollo de fármacos que interfieran en las funciones clave del virus, como puede ser bloquear el anclaje del virus

 Es preciso recordar que a medida que el virus se transmite de un huésped a otro se producen mutaciones que pueden activar o inhibir diversas funciones del virus. En los diez primeros genomas estudiados, procedentes de pacientes infectados en el mercado de Wuhan, la concordancia de las secuencias era del 99,98%, indicando que el virus infectante era igual en todos los casos (no había tenido tiempo de mutar).

 El 5 de febrero, dos investigadores de la Universidad de Bolonia publicaron un estudio sobre 53 secuencias genómicas del 2019n-CoV (SARS-CoV-2) en comparación con el virus original de Wuhan y otros coronavirus humanos, confirmando la escasa variabilidad genética a pesar de que los genomas procedían de pacientes de diversos puntos geográficos. Estos datos podrían utilizarse para diseñar un tratamiento a partir de los compuestos anti-beta-coronavirus existentes, frente a una población vírica relativamente homogénea. También esos datos nos permiten visualizar el comportamiento epidemiológico de su propagación, estudiado los genomas víricos de pacientes procedentes de diversas ciudades y países, comparando las mutaciones que se expresan en dichos genomas.

 La Genética se muestra también decisiva en la detección rápida del virus. Existen varios tipos de test, pero los más fiables son los que se basan en la detección de la cadena del ARN vírico mediante la técnica RT-PCR, capaz de detectar su presencia antes de que aparezcan los primeros síntomas. La técnica necesita unas horas de espera, pero actualmente se trabaja en otra basada en la edición genómica (CRISPR-Cas9) que se visualizará como un test de embarazo.

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Por último, me voy a referir al gran argumento para vencer definitivamente al virus: la vacuna. ¿Cómo ayuda la Genética en este sentido? Una vez conocida la secuencia genética completa del virus hay que reconstruirlo en el laboratorio, identificar cuáles son los genes que le otorgan su virulencia y manipularlos (eliminándolos o modificándolos) de manera que se obtenga un virus “atenuado” a partir del cual se pueda desarrollar la vacuna. Los plazos de ejecución, junto con las pruebas de su aplicación en humanos y los diversos ensayos clínicos necesitan alrededor de un año de trabajo, pero ante la amenaza de que el virus se vuelva estacional, como el de la gripe, hay que conseguir su desarrollo lo antes posible.

Quiero acabar haciendo una importante reflexión. La Genética nos ayudará a vencer esta enfermedad en un país que es el único de Europa que no cuenta con tal especialidad vía MIR, a pesar de llevar años demandándola. También la enseñanza de la Genética Clínica en las Facultades de Medicina es escasa y poco reglada (una excepción es la Universidad de Granada). Si a ello le sumamos los recortes en investigación y desarrollo, tendremos el escenario listo para cualquier otra desgracia sanitaria. A  ver si los políticos se enteran antes.

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