La Goleta navega con aires renovados

Lo tenían todo. Una ubicación magnífica frente a la playa de Cotobro, unas vistas impresionantes, un lugar donde disfrutar con la extraordinaria proximidad al mar de una magnífica puesta de sol, una zona tranquila… El Hotel Playa Cotobro, inaugurado hace un año y tres meses, es un cuatro estrellas con un diseño moderno, diáfano y cálido en las habitaciones localizado en Almuñécar. Los que se han alojado allí destacan la posibilidad de disfrutar al máximo de la playa en un ambiente de paz, ya que por la noche tan sólo se oye el murmullo de las olas.

Pero le faltaba algo: un establecimiento donde practicar el buen yantar, que estuviera a la altura del resto de instalaciones. Y lo han conseguido. La nueva gestión del restaurante La Goleta corre a cargo de Félix Martín y Juan Ignacio Martínez, hijo de Juan, el director del hotel. De la supervisión de la carta se encarga a partir de ahora el reconocido restaurador Juanma Milena, que regenta su propio restaurante en Alhendín. Este maestro en conjugar valores culinarios se ha encargado de diseñar la carta de La Goleta y también ha dirigido unas jornadas marineras que se han celebrado durante este fin de semana y que han supuesto la carta de presentación para los comensales de un lugar que quiere convertirse en referente gastronómico de la Costa Tropical.

La presentación de dichas jornadas se realizó en el granadino Hotel Saray y a ella acudieron la delegada de Turismo, Sandra García, Juanma Milena, el crítico gastronómico Pablo Amate, además de los emprendedores que ponen en marcha La Goleta y el director del hotel.

El restaurante ha apostado por una cocina mediterránea, donde el pescado y el marisco serán las estrellas, pero sobre todo pretende ser un local "donde el público venga a comer y a comer bien", explica Félix Martín.

Las jornadas gastronómicas que acaban de finalizar hacen presagiar un buen futuro para esta nueva goleta que ha comenzado a navegar con el viento a favor. Las jornadas que Milena ha diseñado se muestran acordes con su trayectoria gastronómica al conjugar la base de la comida tradicional con la cocina de autor.

La velada del sábado comenzó en la magnífica terraza con una copa de bienvenida en la que se podía elegir entre cerveza, manzanilla o vino. Un buen plato de jamón ibérico hizo que los comensales se distrajeran unos momentos de la vista que tenían ante sus ojos: la luz del atardecer único de Cotobro. A continuación, las luces del hotel se iban iluminando en un espacio que, según explicó Martín, quieren potenciar con una barra fuera y un DJ. Las termas romanas, que se han respetado y que se pueden admirar desde el suelo de cristal, le aportan al espacio un valor añadido.

Las primeras conversaciones tuvieron lugar en el espacio exterior, donde también se encuentra una coqueta piscina, y fueron el preludio de una noche inolvidable. El ambiente cordial estuvo aderezado con la amabilidad y cortesía de los gerentes del nuevo restaurante, que están pendientes de todo.

David Collado, el cocinero fijo de La Goleta, mientras, se aplicaba para ofrecer el festín de platos que estaban incluidos en el menú: pastel de cabracho con muselina de pimientos rojos, un delicioso ajoblanco granaíno con pasas y gambones elaborado con gran maestría, un revuelto de gulas y gambas como para quitar el sentido, sopa fría de melón, lomito de merluza en salsa verde con almejas, voulevant de pescado, marisco y espárragos verdes y el broche de oro lo ponía un postre sorprendente: sopa fría de chirimoya con mango salteado a la pimienta negra. Todo ello regado con Viña Herminia Tinto, Rioja Campillo Marqués de Irún (Rueda) Blanco, Faustino V Blanco y cava Rovellats Brut Nature. A mediodía, los dos últimos platos eran sustituidos por arroz caldoso con bogavante y crema de castañas con helado de turrón.

De esta manera, Cotobro regresa con fuerza al espacio de la gastronomía local de calidad tras el vacío que dejó 'Jacquie Cotobro', al marcharse a la vecina localidad de Nerja.