Un Gran Hermano emplumado
El programa para reintroducir al halcón peregrino cuenta este año con cuatro pollos que pueden observarse en tiempo real a través de una webcam en 'palabradehalcon.blogspot.com'
La última pareja de halcones peregrinos sobrevoló la capital allá por 2001. Diez años después, se puso en marcha un programa de reintroducción que en su primer año intentó sacar adelante a dos polluelos. Un año después, en 2012, fueron cuatro los ejemplares con los que se trabajó, de los que uno, Albaicín, se asentó en el edificio Memoria de Andalucía, y otro, Zaidín, se ha visto por la ciudad. Doce meses después, le toca el turno a otros cuatro pollos, de 32 y 33 días, que, si todo va bien, en un mes comenzarán a sacarse "el carné de piloto", según explicó ayer el presidente de Granada con los Halcones, Francisco Montoro. Él, junto a un nutrido grupo de medio centenar de voluntarios y gracias a la colaboración de dos cetreros, Gonzalo Cano y Rafael Martín -que han cedido las crías de halcón que se intentarán reintroducir este año-, y de la Delegación de Medio Ambiente de la Junta en Granada, mantienen un año más el proyecto de cría, reintroducción y seguimiento de estas aves en Granada, una provincia en la que se estima que hay medio centenar de parejas.
Los pollos de halcón peregrino este año se han trasladado a San Juan de Dios, en el centro de Granada. En la azotea se ha colocado una caseta donde se les proporciona cobijo y comida sin que en ningún momento haya contacto con sus cuidadores. "Gracias a su instinto filopático esperamos que se queden en la ciudad", explicó Montoro. Los cuatro son machos -ya se encargarán de atraer a las hembras ya que en esta especie son ellos los que defienden su territorio y ellas las que se 'mudan' para seguir a sus parejas- y se puede seguir su evolución a través de la webcam instalada en la caseta en el blog palabradehalcon.blogspot.com. Allí, como en un pequeño Gran Hermano, se les puede observar sin los riesgos que conlleva el contacto con los humanos. El objetivo es sacar adelante la pollada, aunque Montoro es consciente de que, al igual que ocurre en el medio natural, es probable que sólo la mitad sobreviva. Cuando aprendan a volar, se iniciará su seguimiento y se constataran los beneficios que, según asegura, aportan estas aves. "Por ejemplo, han desaparecido los estorninos en Bib Rambla y plaza Trinidad" y ayudan a controlar las poblaciones de otras especies. Ahora se espera la llegada de dos nuevos pollos gracias a la colaboración de la Asociación Española de Cetrería y Conservación de Aves Rapaces.
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