El Granada CF de 1973. Sí se puede

A estas alturas de la Liga y con el Granada pendiente de un hilo, tal vez alguien añore aquellas primeras temporadas de los años 70. El aplaudido jugador Porta acababa de recibir el Trofeo 'Pichichi' al máximo goleador de la Liga española en la temporada 71-72. Eran "los años del Pichichi", como los calificó el periodista Ramón Ramos en su documentado libro que nos sirve de fuente. El grito de ¡¡¡Pooooorta!!! ¡¡¡Pooooorta!!! en las gradas de Los Cármenes casi se convirtió en el himno del club; rivalizó con ese otro curioso vocerío amenazante que aseguraba la victoria del equipo cuando saltara al campo el oriundo argentino Juan Echecopar, fallecido por cierto hace un año. Fue una viñeta del queridísimo Martínmorales la que inspiró el grito del graderío "Ya verás, ya verás, cuando juegue Echecopar". La verdad es que costó Dios y ayuda diligenciar la ficha del melenudo jugador. Y aunque triunfó en aquella curiosa liguilla de los suplentes, luego fue más el ruido que las nueces.

El tema de los oriundos en el fútbol de estos años se convirtió en el hazmerreír del fútbol nacional. No se podían fichar salvo que demostraran los sudamericanos ser "oriundos", es decir, haber nacido en España o ser hijos de españoles. Los casos de camelos y falsificaciones eran curiosos. Hubo uno que presentó papeles diciendo que sus padres habían nacido en Celta de Vigo.

Un personaje acaparó especialmente la atención en las páginas de deportes y hasta en el programa radiofónico Hora 25 que dirigía José María García: el presidente Cándido Gómez, Candi. Dueño y señor del club que llevó al Granada a las máximas clasificaciones con su experiencia gestora y la ayuda del entrenador Joseíto. Días de gloria con el 'Pichichi' Porta, pero días de infierno a raíz de los traspasos de tres formidables futbolistas: Barrios, Lasa y De la Cruz que no tuvieron sustitutos de nivel, a pesar del fichaje del uruguayo Montero Castillo y la llegada posterior del argentino Oruezábal. Gritos de "fuera", "fuera" tras un desastroso partido contra el Betis hicieron debilitar el ánimo de Candi que anunció su dimisión en octubre de 1972, reconsiderada unos días después. Cada vez había menos granadinos en la plantilla: Navarro, Aguilera, Lelo…; en el olvido quedaban aquellos que daban la vida por su club: Millán, González, Vicente, Tinas, Almagro, Ortega, Garre, Orihuela, etcétera, no caben todos; se preferían extranjeros. Como dato curioso citamos en el verano de 1973 la inauguración del Trofeo Granada que ganó un equipo yugoslavo, pero que tuvo la curiosa novedad de la aparición de las rayas rojiblancas horizontales en la indumentaria granadina.

Tal vez quede en el recuerdo de los más cercanos a esas fechas la del 14 de enero de 1974 cuando el Granada ganó 1-0 al Real Madrid en el Estadio Santiago Bernabéu. Merece recordar la alineación para que el joven aficionado, que no pudo conocer aquellos días de gloria, se anime y anime a su equipo con la misma euforia que lo hicieron sus padres: Izcoa, Toni, Aguirre-Suárez, Falito; Jaén, Castellanos; Escobar, Lorenzo, Chirri, Montero-Castillo y Quiles. Marcó Lorenzo a pase de Chirri. Sin embargo, no apetece escribir nada del incidente Fernández-Amancio ocurrido en Los Cármenes en 1974 porque se me ha olvidado. Como lo que pasó unos años después en 1976 con el desafortunado entrenador Miguel Muñoz. Pero sí recuerdo el nacimiento de un nuevo Club: el Granada 74.

"Sí se puede"; gritan los campos al borde del abismo. Sí, se puede, es verdad. En otros momentos se pudo. El equipo quedó el sexto en la clasificación general de esa temporada 73-74. Ánimo al Granada C F, velas a Fray Leopoldo y, como se decía en la misa, sursum corda.