Granada sitúa a De la Chica, Aguilera y Argüelles en la cúpula del PSOE-A

El PSOE de Granada tendrá cinco representantes en la nueva ejecutiva regional del partido. José Antonio Griñán ha confiado en Clara Aguilera, que será la secretaria del área de Acción Ciudadana; Antonio Argüelles, que estará al mando de la secretaría de Turismo, y los vocales Gregorio Cámara, catedrático de Derecho Constitucional que asumirá una vocalía, probablemente adscrita a la secretaría de Ideas y Programas, y Concepción Ramírez, portavoz del grupo socialista en Albolote, que también ejercerá de vocal.

El quinto componente es Francisco Álvarez de la Chica, que accede como miembro nato por el puesto que ocupará: portavoz del grupo socialista en el Parlamento de Andalucía.

De la anterior ejecutiva salen Juan Manuel Fernández, que hasta ahora era secretario de Política Municipal; Ángel Gallego, que abandona la secretaría de Empleo; Miguel Castellano, que estuvo al frente de Turismo y Comercio; y la vocal Mercedes González.

Hasta ahí los datos puros y duros, datos que, como de costumbre, se prestan al análisis y a la interpretación. Porque cuando termina un congreso, a los políticos les gusta resaltar el debate de ideas que se ha producido y las expectativas de futuro que ha creado. Los periodistas, en cambio, prefieren enfocar la cosa como si fuera un partido de fútbol y hablan de ganadores y perdedores, de ascensos y descensos, de satisfechos y molestos.

Ayer finalizó en Almería el XII Congreso Regional del PSOE andaluz y, si hay que hacer caso a los delegados consultados por este periódico, nadie salió disgustado, no hubo caras largas ni valoraciones negativas. Eso, teniendo en cuenta que allí había 76 representantes del socialismo, es difícil, pero puede ser que sucediera.

Es innegable que Clara Aguilera tiene motivos para sentirse contenta. En la anterior ejecutiva era vocal y ahora está al frente de una secretaría de nueva creación cuyas competencias no están aún del todo delimitadas (probablemente eso empezará a perfilarse en la primera reunión de la ejecutiva, prevista para hoy) pero en la que Griñán tiene depositadas muchas esperanzas porque espera que sea la que movilice a la sociedad andaluza contra la política de recortes del Gobierno central.

También debe estarlo Antonio Argüelles, que pronto abandonará su cargo de delegado provincial de Economía pero que seguirá en la primera línea política, ahora en un cargo orgánico y al frente de un área de evidente peso económico, como es la turística.

En cuanto a Francisco Álvarez de la Chica, si la portavocía es un premio o un castigo es algo que dependerá del cristal con que se mire. Es cierto que había tales expectativas hacia su persona que muchos contaban con que, aunque no saliera de Almería como número dos, al menos sí se llevara una secretaría de las consideradas importantes.

Sin embargo, es innegable que el de portavoz es un puesto de mucha más proyección social y ciudadana (y si no que se lo pregunten a Mario Jiménez, que lo ostentaba hasta ahora) y con menos desgaste que, por ejemplo, el de secretario de Organización, en la práctica el fontanero jefe del partido, lo cual en un momento como éste, con críticos en varias provincias que cada vez expresan más abiertamente su hostilidad con Griñán, no sería una tarea ni fácil ni divertida.

Por lo demás, decir que Juan Manuel Fernández es uno de los perdedores del congreso, o afirmar que se le deja fuera de la ejecutiva por su fallida intentona de disputarle la secretaría provincial a Teresa Jiménez, puede que sea una conclusión precipitada y errónea.

Aunque es innegable que su aventura no le gustó a Griñán, Fernández, según varios compañeros de partido, ya había manifestado antes del cónclave de Almería que no quería seguir en la estructura orgánica del partido en Andalucía porque tendría que compatibilizar ese puesto con el de senador en Granada y los consiguientes viajes a Madrid. Además, será uno de los componentes del comité federal.