Granada despide a Fuensanta Martín Cáceres, sumiller pionera y dueña de la Bodeguilla de al lado
Granada
Comenzó a trabajar en los 80
De formación autodidacta, fue pionera en el estudio de vinos y en la hostelería
"Los años de la dictadura fueron nefastos para todo, también para el vino"
Fuensanta Martín Cáceres, primera mujer sumiller de Granada y propietaria de La Bodeguilla Casa Fuensanta, ha sido despedida en la mañana de este domingo en el cementerio de San José. Martín Cáceres empezó su andadura detrás de una barra con 14 años en el barrio del Realejo y en 1992 fundó La Bodeguilla de al lado. También era dueña de Petra Vinos y Más. Ambos establecimientos son muy populares entre granadinos y visitantes.
Petra Vinos, además de tienda, se concibió como un lugar de encuentro y actividades culturales. La Bodeguilla, por su parte, se caracteriza por una gran selección de vinos, embutidos o salazones y un ambiente de tasca tradicional. Estos dos establecimientos contaban con la impronta de su propietaria, Martín Cáceres, una mujer pionera en el mundo de los vinos que definía su taberna más como "una casa" más que como un bar.
Comenzó a trabajar muy joven, cuando no era lo habitual encontrar a una mujer detrás de una barra. En los años 80 montó junto a su hermana Ana una barra en las fiestas de la Asociación de Vecinos del Realejo. Tras varios años de empleada en locales, sobre todo pubs, Fuensanta fundó su bodega en 1992, con lo que se convirtió en pionera en regentar un local de estas características en Granada. Definió su establecimiento como "un lugar para la mujer" y trabajó por ofrecer un espacio de ocio seguro.
En 2009 consiguió el título de sumiller por la Escuela de Hostelería de Barcelona, con lo que se convirtió en la primera mujer en Granada en conseguir este grado. "Soy autodidacta -contaba sobre su formación tras obtener la certificación de sumiller-. Afortunadamente, el hecho de trabajar sola me ha permitido organizarme, encontrar tiempo para estudiar y leer acerca del vino, asistir a ferias o visitar bodegas. En el año 94 hice un curso en el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada, con el profesor Mataix. Pero, sobre todo, la Asociación de Sumilleres ha sido muy importante".
El hilo de fondo habitual en su bar era el flamenco, en el que abundaban también las referencias a García Lorca. Detrás de la puerta, el artículo diez de la Constitución, sobre los derechos y deberes fundamentales. El local, con la estética de las tabernas antiguas, de dimensiones reducidas y con el vino como protagonista. En 2015 la sumiller abrió una tienda junto a su bodega, Petra, en homenaje a su madre y por su abuela en lo que quería ser una defensa de todas las mujeres. "Las mujeres de mi casa y de mi alrededor son el espejo en el que me miro y son quienes me van dando la ayuda necesaria durante toda mi vida. De ellas he aprendido todo lo bueno y sin ellas no estaría donde estoy", aseguraba a este periódico tras conseguir el título de sumiller en 2009.
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