El pistoletazo de salida de la campaña electoral de Vox para las elecciones andaluzas a la Junta de Andalucía se dio a las faldas de la Plaza Isabel la Católica. Parecía suponer que con mensajes como “comienza la Toma”, “por España”, la circunscripción nazarí sería el núcleo irradiador de la carrera de Macarena Olona por la presidencia andaluza. Ahora, tras un desarrollo de campaña con claros en la agenda y con pocas palabras a los medios, los actos, la presencia y las dedicatorias directas a Granada se han desinflado en esta provincia.  

Desde el empadronamiento de la candidata alicantina, pasando por el periodo de precampaña, Vox dejó entrever un especial interés por el último bastión de Taifas. El reclamo mediático de identidad granadina y salobreñera por parte de Olona ha sido una constante en los últimos meses. El peso histórico de la provincia, “la cuna de la hispanidad”, ha sido, y sigue siendo, un anclaje protagonista en la construcción de su relato electoral. Las visitas al mar de plástico almeriense y a la Costa Tropical granadina fueron un destino prioritario cuando empezaron a sonar los tambores de elecciones. La apertura de campaña tutelada por la imagen de la reina católica. Pero, desde el primer debate electoral y la publicación de las encuestas que posicionan a Granada y Almería como posibles feudos del partido, los esfuerzos destinados a esta provincia se han ido desvaneciendo un poco. 

Según los recientes resultados de la encuesta que los diarios del Grupo Joly han encargado a DYM, la trinchera de Olona sumaría en torno a 8 escaños entre Granada, Almería y Jaén (tres en la primera y la segunda y dos en tercera). Parece ser entonces que el prematuro interés de Vox por la circunscripción granadina y los esfuerzos dedicada a esta durante la precampaña y los primeros días de la carrera oficial por la presidencia de la Junta, han hecho florecer los brotes verdes que muestran los sondeos. Pero, ¿por qué se ha dado este llamativo interés del partido verde por la provincia granadina?, ¿por qué el aterrizaje exprés de Macarena Olona en Salobreña y no en otra circunscripción?, ¿qué beneficios ha ofrecido esto a Vox? 

La candidata junto a su hijo en Salobreña

Olona, una alicantina de Salobreña

La figura del candidato paracaidista, que se presenta a una circunscripción de la que es foráneo, es algo bastante habitual en España. Normalmente, estos se presentan por las que les aseguren la consecución de su escaño. El caso del senador y ex vicesecretario popular, Javier Maroto, tal vez sea uno de los más sonados, al empadronarse en el municipio de Sotosalbos, Segovia, para conseguir ser designado senador por Castilla y León, al no lograr el escaño por Álava en las generales de 2019.

El caso de Olona es diferente. La ex secretaria general del grupo parlamentario de Vox, ha dejado en ausente su puesto en Madrid, en el Congreso de los Diputados, para aterrizar en la provincia de Granada y sumarse a la carrera electoral por Andalucía. Cabe mencionar también que se trata de una diputada que consiguió su escaño por la provincia en las generales del 10-N. En este caso, sí se correspondió con un aterrizaje como el del mencionado Maroto, pero la diferencia es que la alicantina no llegó a ser censada aún en dicha provincia. 

La cuestión es que los comicios autonómicos son una rara avis en relación con el resto de procesos electorales. En esta situación concreta, la legislación autonómica en materia electoral (art. 4 de la Ley Electoral de Andalucía) y el Estatuto de Autonomía establecen como requisito para el sufragio pasivo que exista “vecindad administrativa en cualquier de los municipios” de la comunidad andaluza. En definitiva y a efectos prácticos, que el candidato esté empadronado en algún lugar entre las cuatro esquinas de Andalucía. 

En este escenario, la candidata ha bajado directamente de Madrid a Granada, no porque exista la posibilidad de perder su puesto (que lo mantendrá en la Cámara Baja hasta después de las elecciones) o se quede fuera del tablero de juego como le pasó a Maroto en Álava. Más bien, el aterrizaje exprés de Olona parece ser más bien un movimiento estratégico por parte de Vox para volver a sorprender en las andaluzas, como ya hizo en 2018, y conseguir un resultado similar al acuerdo de Castilla y León: una coalición de gobierno entre el Partido Popular y Vox. Pero, ¿por qué Vox decidió impulsar ‘el cambio real’ desde Granada y por qué tiene importancia la circunscripción granadina para su relato?

El peso del ‘agravio comparativo’

Sobre estas tablas, parece ser que Vox ha pretendido realizar una cacería de escaños a San Telmo en el eje de Andalucía Oriental. Aunque pueda parecerlo, no es cosa baladí, ya que Olona es la única de los candidatos a presidir la Junta que se presenta en Andalucía Oriental, en las provincias de Granada, Almería y Jaén. No es novedad que estas provincias llevan tiempo exigiendo que sus problemáticas sean atendidas y denunciando, en numerosas ocasiones, el abandono por parte de Sevilla y Madrid. Esto ha llegado incluso al punto de presentar alternativas a las clásicas fuerzas políticas con la emergente plataforma electoral jienense ‘Jaén Merece Más’ , al estilo de ‘Teruel Existe’ o ‘Soria ¡Ya!’, a la que las últimas encuestas le auguran la consecución de un escaño en dicha provincia.

Macarena Olona en una visita al campo granadino de la costa tropical

Presentando a su candidata por la circunscripción granadina, Vox llevó a cabo un movimiento con el cual intensificaba su presencia y convertía como suyas las problemáticas de Andalucía Oriental frente al abandono de Sevilla.  Dotar de especial importancia a Granada en el relato  y que la candidata muestre su ‘identidad’ granadina por doquier, sitúa a Vox en el centro de la Andalucía del agravio comparativo, entre una Jaén descontenta y que busca hacerse oír y una Almería que ya es feudo, que rechaza la inmigración ilegal de los invernaderos y de la que se pueden ocupar los dos escaños que Ciudadanos puede dejar huérfanos. Granada es el núcleo de este eje andaluz, que comparte problemática entre sus miembros y que, tras la posible debacle que pronostican las encuestas del partido de Juan Marín, quedan tres escaños en disputa en la provincia nazarí por los que pelear en el bloque de la derecha. 

Granada, cuna de la Hispanidad

“¡Empieza la cuenta atrás! Desde la Cuna de la Hispanidad. Honrando nuestro pasado. Reivindicando nuestro presente y futuro”. Así anunciaba Olona en su cuenta de Twitter el chupinazo de salida, tras su acto de apertura de la campaña electoral, bajo la imagen de Isabel la Católica. Con este mensaje se hacía oficial la declaración realizada por ella misma en el  Comité Ejecutivo Nacional de su formación, a finales del pasado mes de abril, “Comienza la Toma. Por España”. Con esto se muestra el indudable peso que el relato patrio tiene en su estrategia electoral, ya no solo en términos nacionales, sino también para las elecciones andaluzas. 

Vox se vale de Granada y su historia para construir el corpus de su relato electoral en Andalucía. Ha aprovechado la cuestión de la Toma de Granada, que recientemente ha ocupado un papel relevante en el debate público, para fundir la identidad histórica de los granadinos con su eje discursivo principal; la Patria. La candidatura de Olona se ha valido del peso simbólico de Granada para poner en marcha su relato electoral, ha pretendido identificar la historia y símbolos granadinos con el principal axioma de su discurso. El potencial que le ofrece la Toma, las Capitulaciones, el último reducto de la reconquista para seguir engrasando la maquinaria del relato patrio es inmenso, son conscientes, lo han aprovechado y aun, en parte, lo están aprovechando. 

Ocupando un territorio descabezado

Juanma Moreno, candidato por Málaga; Juan Espadas, por Sevilla; Juan Marín, de nuevo por Sevilla; Teresa Rodriguez, por Cádiz; Inma Nieto, también por Málaga. Es un hecho que Andalucía Oriental, sin contar con la excepción de Málaga, no cuenta con ningún candidato reconocido en su haber. Tres provincias que, además de compartir problemáticas, comparten su situación de falta de líderes reconocidos. Situar el aterrizaje de la candidata de Vox en Granada beneficiaba al partido sustancialmente. Pudiendo centrar la arena de batalla en Sevilla y su entorno, han llevado a su candidata a un escenario huérfano de políticos reconocibles. Las posibilidades que presentaba de destacar en estos lugares y acaparar los focos se multiplicaban. 

Además, llevar la pelea electoral al núcleo irradiador que es Sevilla, o su entorno, habría sido enfrentar a candidatos del mismo bloque en las mismas circunscripciones, perjudicando la posibilidad de rascar algún escaño más que otro en provincias en las que se pueda conseguir sin necesidad de confrontar directamente. Todo ello sin hablar de que, dentro del bloque de derechas, Olona es aún la líder peor valorada según las encuestas. Concentrar la campaña en núcleos donde tu adversario directo es fuerte es un error, y Vox ha sido plenamente consciente. 

Olona cuenta con el apoyo de su partido, el escenario que actualmente se pronostica le ofrece la posibilidad de apropiarse de los escaños que dejaría Ciudadanos, si realmente está moribundo. Vox quiere otra Castilla y León en la comunidad autónoma más poblada de España. Olona quiere la presidencia de la Andalucía que la ‘adoptó’. El 19-J será la prueba del algodón.