Cumbre de la CPE

Granada forja la Europa del futuro

Foto de familia de la reunión de la Comunidad Política Europea en la Alhambra

Foto de familia de la reunión de la Comunidad Política Europea en la Alhambra / Álex Cámara / Europa Press

Dijo el presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez que Granada era el lugar perfecto para organizar las cumbres europeas de la CPE y el Consejo informal de Jefes de Estado y Gobierno de la UE. No solo por su belleza, la historia que guardan sus calles, y una meteorología demasiado benigna para la época que es. Dijo que lo era porque representa lo que pretende ser Europa, un espacio multicultural, abierto, de valores y de convivencia. Por todo ello, la cumbre de la Comunidad Política de Europa ya es un éxito de resultados y de organización, con los líderes de prácticamente toda Europa podría decirse que satisfechos por una intensa jornada de trabajo. La Alhambra ha sido el colofón, el golpe de gracia final, el ribete del regalo, la puntita de reducción de un plato de alta cocina como el que gozaron en la cena oficial presidida por los Reyes de España. Y Granada, no solo aguantó estoicamente las restricciones, sino que seguramente ganó una lección de movilidad: se puede vivir sin coche y vivir con el centro cortado.

El presidente georgiano Irakli Garibashvili paseaba con su esposa por el Palacio de Carlos V señalando las arcadas que lo circundan. Fue de los más impresionados por el lugar. Prácticamente todos los jefes de Estado y Gobierno europeos miraron en algún momento a la grandiosidad del Palacio de Carlos V. Todos menos Emmanuel Macron, el presidente francés, que fue todo el día a trascartón. Fue uno de los últimos en llegar a la cumbre y fue el último en llegar a la cena de gala cuando los equipos de televisión ya se iban. Dentro de la Alhambra pasaron las cosas casi más importantes. La digestión de todo lo que se habló desde media mañana en la cumbre. Faltaron ante los periodistas los Reyes, Felipe VI y Letizia, anfitriones en Granada de toda la Europa civilizada, que no desfilaron ante la prensa porque dentro fue el monarca quien se reunió por primera vez con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Felipe, de esta forma, refuerza la figura internacional que tuvo su padre, Juan Carlos I, en algunos de los conflictos de la década de los 90. Fueron recibiendo a los invitados en el Jardín de los Arrayanes, al son del rumor del agua.

Zelenski se reunió con el Rey y con Pedro Sánchez. El discurso de dignatario ucraniano a su llegada conmovió por la crudeza, por estar en Granada horas después de un sangriento bombardeo ruso en la ciudad de Khersón. Fue la figura de la cumbre, sobre la que giraron todas las miradas y buena parte de las conversaciones. El parapeto de Europa frente a Putin que se llevó de Granada mas apoyo militar del continente en su lucha frente a la invasión rusa. Estuvo en las reuniones pero no en las fotos y mucho menos en la cena de gala. La situación no se presta a ello.

Noche cálida en Granada con un soplo fresco y los dignatarios de gala. Espectáculo flamenco a cargo de Marina Heredia y vistas envidiables al Albaicín maridadas con un menú de estrella del chef Paco Morales en el Parador de Turismo. Si a las cosas importantes se les da un envoltorio de buen gusto y gran belleza, todo fluye, y Europa empieza a fluir hacia los 35 miembros. La foto de familia en el Patio de los Leones puede ser el inicio de la Unión Europea del futuro. Solo el tiempo dirá si se cuelga en los pasillos de Bruselas o Estrasburgo.

Fue el colofón de un día que arrancó pronto para los granadinos. Aunque los jefes de Estado y Gobierno europeos llegaron cerca de mediodía, la jornada arrancó mucho antes con las restricciones al tráfico y de movilidad. Contra pronóstico, la ciudad respondió. Aunque hubo retenciones lógicas en horas punta, sobre todo por los cortes en la rotonda de Armilla en la avenida Fernando de los Ríos, y sobre todo de las arterias de acceso al centro, por ejemplo por los Alminares, y toda la manzana del Palacio de Congresos, centro neurálgico de la cumbre. Sus acompañantes finalmente no pudieron dar el paseo esperado por el Albaicín, donde había prevista una foto en el mirador de San Nicolás. La agenda apretada lo hizo imposible, además de una comida que se alargó.

Fue el día que Granada aprendió a ir sin coche y a planificar quizás sin tanta prisa como es habitual o costumbre en esta ciudad, donde hay que ir en coche a todos sitios. Casi a comprar el pan, dicen las malas lenguas. Muchas familias fueron previsoras y adelantaron la llegada de sus hijos al colegio todo lo posible, por lo que no hubo grandes aglomeraciones de forma generalizada en los centros educativos próximos a la zona de la cumbre. También muchos salieron con tiempo de casa para llegar al trabajo, lo cual, ante la falta de incidencias, hizo que muchos llegaran con una hora de adelanto sobre el horario habitual al tajo. Una hora regalada a las empresas.

Otra revolución para la ciudad fue descubrir cómo moverse sin coche. Si no hubo grandes incidencias de tráfico al final fue porque muchos granadinos optaron por dejar el vehículo en casa y moverse, en muchos casos a pie, sobre todo quienes trabajan cerca del centro, y otros tantos en transporte público. Esa fue la única mácula en un expediente casi perfecto, ya que autobuses y metro estuvieron muy saturados durante prácticamente todo el día, tanto por el incremento de su uso como de las numerosas desviaciones de las rutas habituales, que usaron mayormente Camino de Ronda.

Y por último, la convivencia del mayor despliegue de seguridad jamás vivido en Granada con el ejercicio de derechos fundamentales. Con toda la ciudad sitiada de policías, guardias civiles y militares, hubo tiempo para acoger tres manifestaciones y una concentración de diferente índole e ideología. Lejos del centro, donde más ruido hacen, pero organizadas y sin incidentes. Otro punto a favor de una ciudad que ha demostrado estar preparada para ser mucho más de lo que es, y que es capaz de asumir lo que le venga. Incluidas 51 delegaciones extranjeras y 47 jefes de Estado. Si la imagen se refuerza de puertas afuera, la ciudad tiene a qué agarrarse para reclamar sus mejoras: más trenes, más aviones con el extranjero, y la apuesta definitiva por el acelerador de partículas IFMIF-Dones.

Granada afronta hoy el segundo examen. Como si fuera Selectividad. A partir de las 8:30 se celebra la reunión del Consejo informal de la Unión Europea, que canalizará buena parte de los contenidos que se han discutido este jueves en Granada. El procedimiento será similar al de la CPE, aunque más corto porque son prácticamente la mitad de jefes de Estado que los acogidos este jueves. A las 9:00 comenzará el saludo de Pedro Sánchez a los mandamases de la UE y media hora más tarde arrancará la cumbre, que culminará poco después de mediodía, a las 12:30, con la foto de familia. Las comparecencias de prensa posteriores de balance darán paso a la salida de las delegaciones durante la tarde, en una hora sin determinar, y que poco a poco irán 'despejando' la ciudad de medidas de seguridad, vallas, y dejará que de nuevo los granadinos circulen por sus venas con normalidad. Que esa molestia haya supuesto en un momento dado un paso histórico. Una pica de Granada en Europa.

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