Granada aprovecha el día festivo para disfrutar de la feria y llenar el Recinto Ferial

Granada/Sesenta días después del Domingo de Resurrección, el calendario marcaba el día ‘D’ para los granadinos. Las obligaciones lectivas y profesionales daban un respiro a los habitantes de Granada que, la tarde anterior al 30 de mayo, día del Corpus Christi, acudieron en masa a celebrar la remarcada festividad local al Recinto Ferial.

Sin parar de entrar gente, la portada es el punto de encuentro antes de cruzar los arcos para acceder al ferial. Sergio Lozano espera a sus amigos sentado en una de las fuentes que hay a los pies de La Puerta de los Granados. Ha venido en metro, pero sus amigos “todavía no han llegado porque estaba lleno y no han podido entrar”. Debido a la huelga de autobuses, el metro de Granada estaba colapsado y las paradas dejaban a los pasajeros esperando sin posibilidad de acceder.

Cuando llegan, es el momento de partir, todos siguen el mismo recorrido. Engalanados con sus mejores trajes, las chicas suben la cuesta que precede a las casetas vestidas de gitana y en sus cabezas sobresale una flor de color rojo. Los chicos intercalan camisetas, polos y camisas a partes iguales. Antonio González se distingue del resto portando un llamativo sombrero. Es uno de los jinetes que cortan las calles del ferial a lomos de Sombra, su caballo, que luce adornos de cascabeles en el lomo y repican al paso elegante del animal.

Muchos granadinos disfrutaron la tarde de ayer para acercarse por primera vez a la feria de Granada. Ingrid Gijón trabaja en la Facultad de Teología y se ocupó de sus obligaciones laborales hasta mediodía. “No hemos podido ir a ver La Tarasca porque estábamos trabajando”, comentaba acompañada de sus amigas y sus hijos. Quería aprovechar su primer día de feria “para que los niños lo den todo en los columpios”, aunque dejaban en un segundo plano el acceder a las casetas “solo si nos vemos con fuerzas”.

A pasitos cortos y con cuidado para no chocarse, cualquier lugar es bueno para tomarse una foto. La elección de una caseta se torna complicada cuando las colas asoman por la puerta. La música se escucha igual dentro que fuera y, a falta de espacio, buenos son bailes.

Mónica de Marcay espera frente a su caseta, A los 17. Después de toda la semana trabajando en su carpa, “el ambiente está a tope, se nota mucho que la gente no trabaja”. Algo que puede jugar a favor o en contra de los granadinos, ya que según ella “hoy lo dan todo y mañana están cansados”. En su caseta se reúne gente de todas las edades, “desde los 80 hasta los 18 años”. Mónica declara estar en medio de ese rango y asegura, entre risas, “aguantar mucho todavía”.

Sin embargo, las reinas de la feria son Belén Muro y sus tres amigas. Las cuatro están jubiladas y ayer fueron a la feria en “nuestro primer día y único, para despedirla por todo lo alto”. Estuvieron en muchas casetas bailando, “en esta y en aquella”, señala Belén apuntando a la de Caja Rural y a la del Ayuntamiento. Después de bailar sevillanas, flamenco y hasta reguetón, “ahora nos vamos a dar un paseíto para ver el ambiente”. Todo esto, con un vistazo al reloj para estar atentas a las 23:00, cuando ‘Los Yakis’ actuaban en la caseta municipal.

La tarde noche del miércoles fue, sin duda, la que más afluencia tuvo en la semana de la Feria del Corpus, marcada, sobre todo, por el jueves festivo que ya espera para acoger la resaca, emocional y literal, de la noche de ayer.