Cronología del fenómeno Recorrido histórico desde 2002

Granada y el botellón: una relación amor-odio

  • Desde hace años la ciudad se ha convertido en el lugar preferido por los jóvenes para las concentraciones masivas · Las fiesta de la Primavera y la de Cruces ponen cada año en jaque al Ayuntamiento, que ha decidido aplicar la 'ley seca'

La historia de Granada y el botellón se podría calificar como una relación 'amor-odio'. La capital ha pasado de invitar a los jóvenes para que vengan a divertirse a, definitivamente, 'blindar' la urbe y prohibir la ingesta de alcohol en cualquier rincón, incluido, el recinto que en el 2006 se habilitó para tal actividad.

Las concentraciones de jóvenes en Granada no son nuevas. El carácter eminentemente universitario de la ciudad ha sido una de las claves que han propiciado los botellones simples de todos los sábados y los macrobotellones organizados como el de la Huerta del Rasillo de 2006.

Hay dos fechas repetitivas en la historia de Granada y el botellón, el Día de la Primavera y el de la Cruz. Cada año, el botellón renace en febrero y muere en mayo. Durante el resto del año poco se sabe. Lo curioso de todo el recorrido es ver cómo la gestión de este fenómeno ha ido variando dependiendo de los intereses de quién gobernaba en la ciudad.

Primeros años

Corría el año 2002 cuando José Torres Hurtado era delegado del Gobierno en Andalucía y entonces recordaba al Ayuntamiento de Sevilla que la regulación de la movida juvenil era de su competencia. Durante esa época, Granada se encontraba bajo el mandato del tripartito, que tampoco supo gestionar qué hacer y dónde ubicar estas concentraciones. Fue una época conflictiva en la que los vecinos se enfrentaron al que era primer edil, José Moratalla, por su gestión.

Alcaldía del PP

Torres Hurtado gana la Alcaldía en 2003 y comienza una etapa conflictiva y llena de incongruencias. Ya en 2004 comenzaron los problemas serios, pero ese mismo año, el alcalde llegó a decir a los jóvenes de su partido: "Bienvenidos a Granada y disfrutad del botellón, que está bien ordenado". El dispositivo policial no pudo contener ese año a las más de 13.000 personas que se dieron cita en Granada para celebrar la Fiesta de la Primavera. El Paseo de los Tristes, el Albaicín y otras zonas sufrieron las consecuencias de estas macrorreuniones, que acumularon muchas toneladas de basura. La historia se repitió el Día

de la Cruz del mismo año.

una ciudad 'invadida'

Llega 2005 y la ciudad fue tomada por los jóvenes. El Día de la Cruz se convirtió en el día del alcohol. El río de gente fue tal que la Policía Local tuvo que cortar el tráfico en los principales ejes del centro de la ciudad, donde, según cálculos policiales se congregaron unas 100.000 personas.

El alcalde ve que tiene un problema y asegura que "los alcaldes están sin armas si no se tramita una ley antibotellón", y pide la creación de la normativa. Durante este periodo el grupo socialista propone crear un foro de debate sobre el botellón a través de una moción que fue rechazada en pleno. El rechazo a la medida volvía a dejar al Ayuntamiento solo ante un problema que costaba casi 100.000 euros mensuales. Finalmente, en noviembre de 2005 la Junta presenta el anteproyecto de ley para controlar el botellón que se aprobará meses más tarde.

Huerta del Rasillo

2006 será recordado por el año de la Huerta del Rasillo. "La mecha del botellón de la Primavera prende en toda España". El miedo a una llegada masiva de jóvenes hace que la Universidad cierre dependencias como Fuentenueva. Finalmente, las tres administraciones tienen que coordinarse para tomar medidas organizativas en el Rasillo y, bajo el control municipal, 34.000 jóvenes toman el solar habilitado en esa zona. Esa semana el grupo socialista pidió un pleno especial para abordar la situación. Las cruces se volvieron a concentrar en el Rasillo y un amplio dispositivo policial evitó que los botelloneros tomaran la ciudad como años anteriores.

Prohibiciones

Los dos últimos años se diferencian en la actitud municipal en que en 2007 Torres Hurtado era candidato y en 2008, un alcalde reforzado en las urnas. En 2007 llegó a prometer a los vecinos que sacaría el botellódromo de la zona de Hipercor pero, lejos de eso, el 30 de abril, 2.500 jóvenes estrenan el recinto. Este año se prohíbe la Fiesta de la Primavera.

Y llegamos a 2008. Y a pesar de la ley andaluza, el alcalde prohíbe beber el próximo Día de la Cruz en el recinto habilitado. Con dos sentencias en contra, la ciudad tiene que soportar una nueva convocatoria masiva para la Fiesta de la Primavera. El alcalde aplica la 'ley seca' y ahora no quiere ni oír hablar de botellón para el mes de mayo. El futuro de lo que ocurra y de cómo se gestione está en el aire. La necesidad de organizar medidas -entre todas las partes implicadas- para afrontar estas convocatorias masivas se presentan urgentes; sobre todo porque el año que viene en estas fechas toda esta historia se volverá a repetir.

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