Urbanismo

La casa de 'Caníbal' tendrá una nueva vida convertida en hostel

Estado actual del edificio.

Estado actual del edificio. / Jorge Molina / Photographerssports

La casa en la que Carlos, el sastre interpretado por Antonio de la Torre, tenía su residencia en Caníbal (Manuel Martín Cuenca, 2013) dejará de formar parte del paisaje cinematográfico de Granada, ya que actualmente, el edificio, en el entorno de Carrera del Darro, se encuentra en obras para transformarse en un hostel, que pasaría a sumarse a la oferta habitacional del centro de Granada, según consta en el expediente al que ha tenido acceso este periódico. 

El nuevo edificio, situado en Puente Cabrera, formó parte del imaginario plasmado por Martín Cuenca en la película, junto a otro edificio, ya en Carrera al otro lado del puente, convertido en la sastrería de De la Torre. Ambos inmuebles, junto a otras localizaciones de la capital y la provincia, se convirtieron en un punto turístico gracias al éxito de la película. Ahora, el edificio se convertirá en un "establecimiento hotelero y de hostelería sin música", según se lee en el expediente. 

El expediente, con fecha del 23 de diciembre de 2021, autoriza también el cambio de uso, que pasa de un "edificio plurifamiliar", a la ya mencionada pensión, aunque en la planta baja se mantiene el uso de bar-cafetería que ya existe, aunque se amplía a parte de la planta superior. Al mismo tiempo, se reconoce que este nuevo inmueble tendrá el "funcionamiento de albergue ininterrumpido", además de contar con las correspondientes condiciones óptimas de de calificación ambiental. 

Pero más allá de la eliminación del mapa cinematográfico de la ciudad, lo que resulta curioso de este futuro hostel, es su emplazamiento. El nuevo edificio se ubicará dentro del entorno BIC Iglesia de Santa Ana, para lo cual ha sido necesaria la resolución favorable de la delegación territorial de Cultura, la cual está fechada en febrero de 2018, aunque modificada en marzo del mismo año. 

Esta resolución, según se recoge en las páginas del expediente, está adoptada el 12 de febrero de 2018 y modificada el 1 de marzo del mismo año, autoriza la actuación propuesta si bien condicionada a que se dé otra solución al alero, evitando la proyección de luz al exterior. En dicha resolución se especifica que la documentación técnica considerada es la presentada ante dicha Administración con fecha de 28 de julio de 2017 y que está constituida por proyecto firmado como arquitecto por D. Alejandro Muñoz Miranda para obtener la autorización cultural para la “rehabilitación de edificio plurifamiliar en edificio hotelero”.

Al mismo tiempo, debido a la situación espacial del futuro hostel, según se lee en el expediente de Urbanismo, debe realizarse "una excavación arqueológica extendida hasta el 100% de la superficie", la cual corresponde íntegramente a los promotores de la obra y cuyas actuaciones se enmarcarían dentro del PEPRI Alhambra. 

El hecho de situarse en uno de los lugares más emblemáticos y fotografiados de la capital ha hecho que sean muchos los que critiquen esta decisión, asegurando que el futuro hostel, del que aún no se conoce el nombre "formará parte de otro escenario no menos real, el turístico que se impone en la zona", según denunciaba la cuenta de Twitter Granadaoldpics, una de las primeras en dar la voz de alarma sobre este hecho. 

La noticia se produce en un debate sobre el modelo turístico de Granada, aunque extensible al resto del país, y que en el caso de la capital se concreta en datos como el de los pisos turísticos, que en un década se ha cuadriplicado, multiplicándose un 270% en diez años, un crecimiento que solo frenó la pandemia. Unos pisos que, según reconocía Miguel Ángel Fernández Madrid, concejal de Urbanismo en funciones, en una entrevista reciente a este periódico, eran el auténtico problema, pues "repercuten en el comercio y en la seguridad ciudadana".

Una entrevista en la que también reconocía que existía "un acuerdo para que en la Carrera del Darro haya un límite" para la concesión de nuevas licencias hoteleras en Carrera del Darro, un acuerdo que él mismo reconocía "una tensión no resuelta porque Cultura nos exige que el Albaicín sea residencial porque ahí radican los valores de la declaración de la UNESCO pero Turismo va soltando autorizaciones". 

Por último, y a modo de curiosidad, cabe recordar cómo las víctimas de Carlos eran turistas. Ahora, la que fuera su casa también ha devorado parte del patrimonio granadino, esta vez con los turistas convertidos en caníbales, aunque de forma indirecta. 

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