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Mercado inmobiliario

Granada, una de las tres capitales de España donde es más barato alquilar que comprar una casa

Dos mujeres observan varios anuncios en una inmobiliaria.

Dos mujeres observan varios anuncios en una inmobiliaria. / G. H.

En Granada sale más barato alquilar, que comprar. La capital es una de las tres ciudades a nivel nacional donde las familias necesitan menos ingresos para rentar una vivienda de dos dormitorios que para comprar. De esta forma, según se extrae de un estudio del portal inmobiliario Idealista, en la ciudad son necesarios 27.519 euros netos de ingresos para convertirse en propietario, mientras que para optar por el alquiler se necesita 26.778 euros (y no sobrepasar el 30% de tasa de esfuerzo aconsejada por los expertos), lo que arroja una diferencia de 741.

En esta situación se encuentran únicamente, además de la capital, San Sebastián (una diferencia de 6.404 euros), Palma de Mallorca (5.650), las dos ciudades que, además, son la segunda y primera que más ahorro previo exigen a sus vecinos para convertirse en propietarios.

Siguiendo con el tema del colchón económico, Granada es una de las capitales de provincia andaluzas que más ahorro exige a las familias para comprar una vivienda de dos dormitorios, concretamente 55.478 euros, una cifra por encima de la media nacional (43.467 euros) y que incluso se sitúa por delante de otras ciudades de mayor extensión y peso como Sevilla, donde se necesitan 48.205 euros (7.273 menos) para convertirse en propietario. 

Las cifras dan buena muestra de cómo se encuentra el mercado inmobiliario en la comunidad autónoma, pues solo Málaga (65.124 euros) obliga a las familias a acumular más dinero antes de dar el paso de comprar una vivienda. La ciudad de la Alhambra se encuentra así en segundo lugar este particular ranking, con Cádiz (53.135) ocupando el tercer lugar, y con una diferencia del 131% respecto a la última posición, que ocupa Jaén con un 23.936 euros. 

Llegados a este punto resulta llamativo también cómo Sevilla exige menos ingresos a sus vecinos para comprar una vivienda (23.911), pero por contra es necesario más dinero para alquilarla (31.719), lo que arroja una diferencia de más de 7.800 entre las dos variables. 

Un escenario que, según el portavoz de Idealista, Francisco Iñareta, tiene su razón de ser en el "perverso efecto de la Ley de Vivienda en el mercado inmobiliario" que ha provocado que "los ingresos necesarios para comprar una vivienda siguiendo las recomendaciones financieras (no destinar más del 30%) son mucho más bajos que para alquilar el mismo inmueble", pero, eso sí, aportando "una cantidad elevada de ahorros". 

Esa nueva normativa establecía límites a la hora de fijar los precios de los alquileres, algo que cobraba especial fuerza en las llamadas "zonas tensionadas", como sería el caso de la capital granadina. Sin embargo, las viviendas temporales, es decir, aquellas que tienen un contrato de alquiler inferior al año, quedarían exentas de regulación, por lo que muchos propietarios optaron por esta vía. 

Un reciente estudio del mismo portal web mostraba cómo en los últimos 90 días el stock de alquiler temporal en Granada ha subido un 139%, mientras que en términos interanuales, el aumento ha sido del 232%, el mayor aumento entre las capitales autonómicas y el segundo mayor de todo el territorio nacional, solo por detrás del 425% que registra Lugo. 

De hecho, aunque toda Andalucía ha experimentado un aumento en el tercer trimestre de este año en comparación con el anterior, resulta llamativo cómo las mayores subidas se dan en ciudades como Huelva (292%) o Almería (178%), mientras que otras como Sevilla o Cádiz, más turísticas, se encuentran por debajo del 100%, con una subida del 93 y el 55% respectivamente. Eso sí, estas dos capitales son las que cuentan con mayor porcentaje en Andalucía de viviendas turísticas sobre el total, con un 15 y un 17%, mientras que en el caso de Granada este tipo de alquiler supone apenas un 4%, la proporción más baja de la comunidad autónoma. 

Iñareta también afirma que la escalada generada por la alta demanda se está traduciendo en un "esfuerzo cada vez mayor de los inquilinos limitando cada vez más su capacidad de ahorro, lo que supone un aumento de las familias que se ven condenadas a vivir de alquiler".

Y señala que la mejor manera de romper esta tendencia endiablada pasa por "un cambio en las políticas que logre aumentar significativamente la oferta de viviendas en alquiler, relajando la tensión sobre las mismas y logrando una tendencia bajista en los precios que incremente la capacidad de ahorro de las familias para hacer frente a la entrada en un futuro”.

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