Granada compite con China en la producción de la stevia

Le llaman el azúcar del siglo XXI y es la gran esperanza para diabéticos y obesos de todo el mundo, pero también para muchos agricultores de la provincia de Granada. La stevia, un edulcorante natural sin calorías que está revolucionando el mercado de la alimentación, se extrae de una planta subtropical que hasta ahora sólo se ha podido cultivar en Sudamérica (es oriunda de Paraguay) y en China. Con el fin de convertirse en los primeros productores de stevia de Europa, dos emprendedores de la Universidad de Granada se han lanzado a su cultivo y reproducción en la provincia. Esta misma semana acaban de recibir desde Colombia más de 15.000 plantines.

Gracias a un convenio que han firmado con la Diputación de Granada, que ve en esta planta un filón para su explotación agrícola en la provincia, los responsables de la empresa SteviGran disponen de carta blanca para producir la stevia en los antiguos viveros que la institución tiene entre Armilla y Ogíjares. Allí estaba el viernes José Luis Rosúa Campos, antiguo decano de la Facultad de Ciencias Ambientales de la UGR y director de gestión de SteviGran, evaluando si la última ola de calor podía dar al traste con el sistema que ha ideado para que la planta se adapte al clima mediterráneo. "Esta planta es subtropical, así que vamos a ver cómo se comporta con nuestro clima y hacer una selección de las variedades que mejor se adapten", explica.

Los plantines debían haber llegado a Granada el mes pasado, pero la Unión Europea todavía es reticente y exige fuertes controles fitosanitarios para su importación. Aunque en España aún no es muy conocida (sólo la consume un 5%), en Francia el 25% de los que compran edulcorantes elige la stevia, en Alemania el 40% y en EEUU y Japón, superan el 60%.

Sin embargo, todavía está por demostrar que su cultivo sea posible en tierras granadinas, donde los inviernos son muy fríos. "Además, su producción se realiza por esquejes y necesita mucha atención para la siembra y el corte -informa Rosúa-, pero aquí la mano de obra es cara y sólo es rentable si conseguimos la automatización de todo el sistema".

De la stevia (Morita II es la que han traído a Granada), cuya planta alcanza una altura similar a la de la hierbabuena, se corta la mata, se deja secar y se separa la hoja, que es la materia prima para producir el glicósido de steviol. Luego se cuece la hoja seca y se extrae una miel, que deriva en un polvo, que es 300 veces más dulce que el azúcar, pero no engorda.

La planta dura unos cinco años en el campo y da una media de cuatro cosechas anuales, así que Rosúa espera que en Granada dé al menos dos, una a finales de junio y otra al terminar septiembre.

"Una mata debe producir unos 75 gramos de hoja seca si está en buen estado, lo que singifica que, de una hectárea, donde podemos llegar a cultivar 60.000 plantas, se puede obtener unos 5.000 kilogramos de hoja", calcula este catedrático en Biología. Si todo sale bien, el negocio es bueno, porque un kilo de hoja de stevia se vende en el mercado a euro o euro y medio, según la calidad, lo que significa que de una hectárea se podrían obtener, mínimo, 5.000 euros (hay que quitarle los gastos de producción).

¿Y por qué no se ha intentado cultivar antes en Europa? "Por que sólo interesa con una sistematización del cultivo", insiste Rosúa. Únicamente una empresa alemana se ha lanzado a producirla in vitro, pero todavía no ha pegado el salto para el cultivo. Rosúa, junto al catedrático de Química Orgánica de la UGR, Andrés García Granados, lleva cuatro años trabajando en el sistema completo.

SteviGran quiere demostrar que la stevia puede ser rentable en Granada si se hace con un acolchonado del terreno, con un riego por goteo, un segado con máquinas que ya ha patentado, un secado de la rama y una separación de la hoja también mecanizada y, lo más importante, con una reproducción in vitro.

De los 15.000 plantines que han comprado, 5.000 los van a cultivar en convencional en los viveros de la Diputación en Armilla, otros 5.000 en ecológico en Láchar y, por último, 5.000 más que se quedará la Diputación para su distribución en macetas entre los colegios y agricultores de la zona, para su promoción.

Cada plantín que ha comprado SteviGran a Colombia le ha costado 25 céntimos de euro, una inversión para la que ha contado con fondos del CEI BioTIC, pero que sólo utilizará una vez. "En Padul tenemos una biofábrica para poder producirlos nosotros mismos y no depender de importaciones", añade Rosúa.

El proyecto está más atado de lo que parece. Tienen abierto un proceso de negociación con Marruecos, Dubai y Portugal para exportar la stevia en cuanto consigan adaptar la planta al clima mediterráneo y, hasta que el mercado nacional no despegue, buscar su venta en Europa.

"El mercado español, de momento, no acompaña, pero en Granada contamos con la tecnología suficiente para hacer de esto un buen negocio de futuro", dice.