"Granada derrocha demasiados esfuerzos en competir contra sí misma"

amós milton garcía orozco. Empresario y granadino por vocación, lleva sus negocios por todo el mundo Se define como un "libertario" que cree en la autosatisfacción y el equilibrio

Amós Milton, en la presentación de su novela.
Amós Milton, en la presentación de su novela.

07 de febrero 2016 - 01:00

NUNCA creí ser un bicho raro porque me guste pisar varios charcos a la vez. Es la esencia de la vida, y cuanto más pises y te mojes, más independiente llegas a ser. Pues hasta en eso he tenido prodigiosos maestros. El primero de ellos, Amós. No lo veo hace años. Miento. Hace poco lo vi. Donde hay que estar. Apenas cinco minutos. Me dio un abrazo y me dijo: "Adelante, socio". Nada más. Una semana después nos hermanamos en el alma. No me dejó estar. Pero lo entendí. Se hace duro perder, una madre para mí, un padre para él, en siete días. Pero eso, bien o mal, era lo que nos guardaba la historia.

Yo, me conocéis, soy más cobarde. Necesito tocar, ver que todo está bien, que el mundo no se mueve, y que si se mueve, lo controlamos. Él no. Se atreve con todo. Para muestra, varios botones: El abogado de Indias, novela histórica a medio camino entre Sevilla, la Carmen granaína, la joven Constanza de Sanlúcar, Elena o Heleno de Céspedes, y Cervantes. Organics, restaurante de alimentación exclusivamente ecológica, del que es propietario en Barcelona. El grupo Aire, en compañía de unos empresarios netamente granadinos, propietaria de una cadena de baños árabes que comenzaron en un palacete sevillano, al que siguieron instalaciones en Almería, Barcelona, Nueva York, y próximamente Chicago, San Francisco, Londres, París y probablemente Roma. Hoy son uno de los grupos empresariales de ocio que mejor abandera la Marca España en el extranjero. Finalmente, el despacho de Recogidas 45. Desde ahí curtimos mil y una estrategias procesales. Bueno, quizás fueran menos. Y no todas estrictamente procesales. Quedará en el silencio de aquellas paredes. Preciosa experiencia en compañía de muchos amigos del alma.

-Me acuerdo del inicio de Aire, Amós. Cuando en otras ciudades os recibían con los brazos abiertos, aquí os llamaban vendecopas en el ámbito municipal… fuisteis más o menos desterrados, como el Cid... difícil ser profeta en tu tierra…

-Desterrados no. Es difícil abandonar una tierra como esta. El cariño que le profesamos está muy por encima de políticos y dirigentes. Es tierra de encuentros y a mi hace muchos años que me encontró. Otra cosa es hacer Granada. En ese sentido, digamos que poco a poco fuimos buscando otros lugares y que esos lugares nos recibieron con mayor alegría y menor complejidad administrativa a la hora de levantar un negocio… al fin y al cabo, lo que hacíamos era ni más ni menos que construir ciudad… vendecopas… ¿es que acaso prefieren lo que hay ahora? Granada es la ciudad de la Alhambra, de la Universidad, y últimamente, también de la salud; pero, para nuestra vergüenza, también ahora es la ciudad del botellón.

-Te lo juro que me resulta complicado encasillarte. ¿Cómo te definirías a ti mismo?

-He sido un libertario que ha tratado de encontrar un balance entre el hedonismo y el ascetismo que anida en cada uno de nosotros. Creo firmemente que la autosatisfacción y el equilibrio de cada individuo es el único camino para alcanzar el bienestar y la paz social.

-Háblame de Granada, de la que conociste, de la que has vivido, de la que me consta que has sufrido...

-Granada es una pasión de ciudad. Tengo mi casa aquí y nunca la venderé porque es una ciudad en la que cuando vengo, respiro frescura. Eso sí: lamentablemente, como sede donde construir un negocio, es una ciudad endogámica, competitiva sí, pero derrocha demasiados esfuerzos en competir contra sí misma y no deja demasiados arrestos para competir con los demás. De ahí nuestro lento y progresivo deterioro, solo solventado por una historia y una cultura que aún puede más que nuestros esfuerzos por anquilosarnos.

Con parsimonia. Sonríe, aunque no creáis que siempre. Convivir como a diario hacen empresarios con el miedo a fracasar, no es fácil, y en absoluto mejora el ánimo y la conciencia. Responsable de mucho, culpable de más. Es la tristeza de quienes arriesgaron por triunfar. Amós, por desgracia o más bien por suerte, lo ha aprendido y lo sabe como nadie. Y también a levantar cabeza. Y a seguir. Siempre a seguir.

-Y el proyecto de los baños árabes, parece un sueño... Viajar a Nueva York, al corazón del barrio de Tribeca, entrar en un lujosísimo establecimiento de ocio y relax propiedad de unos granadinos, y compartir discreta estancia con Alicia Keys, Mariah Carey, Kenau Reeves u otros mitos del celuloide... sé que de pequeño este sería uno de tus sueño y al final, lo has hecho realidad. ¿Hasta dónde el límite de soñar?

-Pues no lo sé, Pablo, ni creo que quiera descubrirlo. Sería poner puertas al campo. Steve Jobs dijo que todos disponemos de un tiempo limitado y no lo debemos despreciar viviendo el sueño de otra persona. No sé si triunfé, pero tampoco me preocupa. Lo que sí sé es que, para bien o para mal, viví mi sueño, el que yo quería, en compañía de quienes quería y quiero.

-Siempre pensé que lo tuyo sería escribir un libro de viajes: la Patagonia, los viñedos de Mendoza, Nueva York, el Himalaya..... y nos sorprendes con un libro de aventuras en una Andalucía de nobles y villanos...

-Es que fue el libro el que me pidió que lo escribiera y no yo a él. Fue ese abogado de Indias el que cuchicheaba en mi oreja pidiéndome que contara sus historia, una historia, Pablo, que como también sabes está salpicada de viajes, de Granada y de aventuras.

-¿Qué te queda por hacer? ¿Volverías a hacer algo aquí?

-Después de haber nacido Carmen, mi hija, hace siete meses, me siento con muchas ganas de vivirla y disfrutarla ahora que con 47 años me he ganado el derecho de disponer de un poco de tiempo libre. Pero sí, tengo una lista de cosas por hacer antes de sentarme a mirar atrás, una lista de proyectos que supera ya los 400 items de entrada y sí, alguno de ello tengo que desarrollarlo en Granada. Soy cabezón y al final, a pesar de todos, lo haré aquí. Espero ir tachándolos poco a poco...

-Una última pregunta. Tu hija, tu madre, el valor de tu familia. Háblame de ella, porque yo sé que para tí, sin ellos, se hace difícil entender tu historia....

-Cuando viajas tanto como yo, te preguntas muchas veces dónde está tu casa, y al final, te das cuenta que estará donde tu corazón palpite, y el mío siempre lo hace donde se encuentre mi familia. Hace solo dos días escuché las primeras palabras de mi hija y me dí cuenta que era la voz más dulce que nunca escuché. Ahora sé que aunque Carmen estuviera en otra galaxia, de allí sería yo. Allí tendría mi corazón y mi hogar.

Un abrazo, Amós. Hasta dentro de otros cuatro o cinco años, en que volveremos a cruzarnos como si nada hubiera pasado. Sólo la esperanza de que cuando el tiempo nos aparque y como dices, nos pida relevo, tiempo tendremos de detenernos, de pausar, y sin prisas, con el Rec de la vida encendido, revisar nuestro progresos humanos a la par que nuestras golferías. Siempre quedará el Carmen de los solteros, ¿verdad? Amós Milton García Orozco, abogado, escritor, empresario, pero, como digo siempre, mejor persona que todo lo anterior.

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