La economía representa casi todo. Por encima de ella sólo se puede situar la salud y, a veces, es imposible desligarlas. Quizás por que su gran interdependencia, tan necesaria es una economía saneada como un sistema sanitario con capacidad económica. No se recordaba otra ocasión en la que economía y salud se hayan contrapuesto tantas veces para justificar decisiones políticas como a lo largo del último año. La realidad es que a las escenas de pánico y de tragedia absoluta en los hospitales o los cementerios saturados no se pueden desligar tampoco de las otras fotografías que deja la crisis con el cierre y la bajada de persiana de negocios históricos o nuevos que mueren, los carteles de se alquila y se vende en tantos locales, el incremento de las colas del hambre o de las estadísticas que marcan que la economía está en la UCI con la llegada del coronavirus.

En concreto, la de Granada, como cabía esperar por su subordinación al turismo y al ocio, ha sido una de las más arrasadas a nivel nacional. Y eso que ya empezaba a estar fatigada ya antes del Covid dando síntomas de que el periodo de brotes verdes tras pasar lo más duro de la crisis de 2008 estaba cerca de terminarse. Y llegó el coronavirus y emergió la catástrofe. Así, según las estimaciones del Banco de España, Granada es una de las diez provincias españolas cuya economía se ha visto más ralentizada por la crisis del coronavirus, con una caída interanual del PIB en 2020 del 12,6%.

La institución financiera señala que la caída no está siendo igual en todos lados, ya que el desplome económico está siendo más virulento en provincias del arco mediterráneo. A su vez España ha sido uno de los países donde más se está dejando notar la crisis por la influencia destacadísima del turismo. Pero, retornando a la comparativa provincial se ve el retroceso de Granada, que es la segunda de Andalucía más afectada por la caída del PIB, solo por detrás de la turística Málaga, que registra un descenso de la actividad del 17%.

La radiografía del Banco de España deja patente cuales son las provincias que más dependen del turismo y, por tanto, las más castigadas por las tres olas sufridas hasta la fecha: hay diez provincias que superan la caída media española del PIB (-11%), entre ellas Palma de Mallorca (-27%), Las Palmas (-21%), Santa Cruz de Tenerife (-19%), Málaga (-17%), Gerona (-14,2%), Alicante (-13,5%), Granada (-12,6%), Cádiz (-12,4%), Barcelona (-11,7%) y Tarragona (-11,4%).

Cuando la sociedad todavía no había cicatrizado las heridas del fantasma de 2008 y todo el drama posterior, llega el coronavirus que vuelve a situar el desempleo en cifras mareantes. En el caso de Granada, tras un año de olas, cierres perimetrales y restricciones motivadas por el contexto sanitario, al cierre de febrero, Granada registraba 105.958 parados, un 1,53% más que en enero (1.600 desempleados más). El dato asusta, puesto que se trata de la cifra de paro más alta de toda la crisis provocada por el coronavirus, que retrotrae a Granada al nivel de paro del año 2013.

En la comparativa con febrero de 2020, Granada soporta un 27,43% más de paro. Esto quiere decir que más 22.800 granadinos han perdido el trabajo en los últimos doce meses. De nuevo, además, se cumple otra tendencia que es la de Granada yendo peor que su entorno regional y nacional, puesto que en Andalucía el paro ha subido un 24,21% y en España un 23,5%. De hecho, Granada es la tercera provincia andaluza en la que más ha crecido el paro en el último año, solo por detrás de Málaga (33,10%) y Huelva (30,08%).

A los malos datos de empleo hay que sumar que la fórmula del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) sigue activa. Según el Ministerio de Trabajo y Economía Social, al cierre de febrero había en Granada 3.704 empresas y 13.620 trabajadores en esta situación.

Son los indicadores más graves de un año en el que la balanza económica se ha inclinado hacia abajo. Las cuestiones son:¿cuánto tiempo costará salir de esta nueva crisis? ¿Cuántos se habrán quedado por el camino? Y ¿cómo serán las heridas a restañar? Vaya época.

Se avecinan tiempos muy difíciles