Granada entra en calor
Entre 18.000 y 20.000 jóvenes se acercaron ayer hasta el botellódromo situado en el entorno de Hipercor para dar la bienvenida a la primavera Los comercios del entorno no dejaron de recibir durante todo el día clientes que buscaban hielo, vasos y botellas
Camisetas de colores, gafas con forma de cerveza, sombreros, carritos de la compra repletos de bebida, bocadillos y mucho alcohol. Como cada año la capital fue invadida por miles de jóvenes procedentes de diversos puntos de España para celebrar la Fiesta de la Primavera. Un multitudinario evento querido por los comerciantes, amado por los estudiantes y detestado por el resto, que entiende la celebración como una excusa para beber alcohol.
Desde las 13:00 horas del mediodía el entorno del Hipercor, donde se ubica el botellódromo, empezó a llenarse paulatinamente de jóvenes, bolsa en mano, carrito, cesta o cubo dispuestos a comer algún aperitivo antes de empezar la fiesta. Los bares de los alrededores permanecieron durante horas desbordados, en especial los de la calle Gonzalo Gallas donde los asistentes a la fiesta vieron un buen sitio para tapear algo antes de beber.
Los comercios de la zona también hicieron su particular agosto en un día en que tal y como explicó Teresa Pérez, que tiene un establecimiento de golosinas y bebidas en la calle Santa Adela "llegamos a hacer una caja de 2.000 euros frente a los 300 que solemos ganar habitualmente". En los supermercados de la zona, más de lo mismo, el Mercadona de Camino de Ronda fue durante todo el día un ir y venir de gente con palés de ron Almirante en cada esquina: una de las bebidas más exitosas del botellón, de ahí el resonado lema: "Ron Almirante, colocón al instante" que corean los jóvenes.
Uno de los temores previos a la celebración de la fiesta fue la posibilidad de lluvia (después de varias semanas de temporal) que finalmente culminó con un día soleado que invitaba a ir de fiesta. A eso de las 14:30 el entorno de la Pirámide de Hipercor, uno de los puntos de encuentro del botellón estaba a rebosar. Allí, Marta García y Paco Villalobos, dos jóvenes granadinos esperaban junto a otros ocho amigos el inicio de la fiesta para la que se habían preparado muy bien. En un carrito de la compra llevaban bocadillos, diez botellas de vino, un barreño para hacer sangría, vodka, Coca Cola, cerveza y en definitiva "un poco de todo". Sus edades oscilaban entre los 20 y los 18 años aunque también había una joven de 17 a la que le quedaba un mes para cumplir los 18, según relató.
El control de los menores fue una de las principales órdenes que recibieron los agentes locales. Sin embargo, tal y como reconocían estos jóvenes "con tanta gente es muy difícil de controlar". Por su parte, los propietarios de los establecimientos, que tienen prohibido vender alcohol a menores de edad, como Teresa Martínez, reconocieron que estaban pidiendo el DNI "a todo aquel que entraba a comprar".
Los asistentes procedían de diversos puntos de España. En el epicentro del botellón, cuando todavía se podía andar, un grupo de jóvenes narraba que habían venido desde Jumilla, Murcia, para asistir a la Fiesta de la Primavera. Un amigo que está estudiando en la Universidad de Granada les había comentado las dimensiones de la fiesta "y no hizo falta nada más para animarnos a coger el coche y venir hasta aquí".
Según Rocío Martínez, de 19 años, es una fiesta positiva para Granada "pues hace famosa la ciudad y se crea muy buen ambiente entre la gente". El amigo al que habían venido a visitar, Alejandro Navarro, relató que ya había asistido el pasado año y lo pasó realmente bien.
En otro punto del botellódromo otro grupo de jóvenes bebía rebujito, vodka y tal como explicó Juan Puerta, "la gran innovación, el tumbabarcos"; una bebida que les había enseñado otro joven compuesta por vodka, Sunny deLight y zumo de melocotón. Este grupo relató que era la primera vez que venían y tenían muchas ganas de pasarlo bien, eso sí, "si la cosa se pone fea nos largamos".
Cantes, bailes y camisetas con frases diseñadas a juego para la ocasión, son algunas de las características de esta fiesta. Por eso, Juan Heredia, estudiante de Bachillerato semipresencial que asistió junto a sus compañeros de clase regaló a todos unas grandes gafas de colores muy vistosas" en un día en que tenían una intención clara: "Pasarlo bien y divertirnos".
Aunque la gran mayoría optó por visitar el botellódromo, también hubo quien prefirió planes alternativos. A mediodía mientras miles de personas se encaminaban hacia el entorno de Hipercor, la cafetería en Aparejadores fue una auténtica fiesta. Numerosos jóvenes repartidos entre mesas de plástico y de madera aprovecharon el sol y los tercios a 1,20 euros con tapa. Un plan que empezó allí y que en principio también acabaría allí, aunque algunos vaticinaban que su tarde acabaría en el botellódromo. Según explicó Paloma, que estudia Relaciones Laborales "hoy en Aparejadores hay mucha más gente que otros días". "Los que somos de Granada preferimos venir por esta zona mientras que la gente de fuera se amontona en el Hipercor. Por otra parte, Antonio Rubia, que estudia LADE relató que suele venir mucho por "esta terraza, con buenos precios, buen tiempo y menos gente".
También te puede interesar
Lo último
Contenido ofrecido por Aguasvira
Contenido ofrecido por CEU en Andalucía