Granada estudia las posibles acciones por la repercusión en el ecosistema del río Genil de la especie invasora del coipú

El Ayuntamiento de Granada ha anunciado este viernes que va a hacer un estudio sobre la repercusión que puede tener el coipú, especie de roedor invasor originario de Sudamérica, tanto en su término municipal como en otros con los que comparte el cauce del río Genil.

Tal y como ha informado Granada Hoy, varios posibles ejemplares de posibles crías de este animal, un roedor histricomorfo propia del sur de Sudamérica, parecido al castor y muchas veces confundido con las nutrias, han podido ser vistas por expertos naturólogos en el cauce del río, en la zona de la localidad de Pinos Genil.

En respuesta a los periodistas, el alcalde en funciones de Granada y edil de Medio Ambiente, Jacobo Calvo, ha informado este viernes de que el Servicio de Salud municipal va a estudiar la afección de esta especie y si requiere además de un trabajo coordinado con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para emprender posibles acciones.

Según Calvo, se trata de un animal exótico que puede encontrarse incluso en ámbitos domésticos y que, como roedor, puede generar circunstancias que, en determinados momentos, pueden resultar "adversas" para la flora y la fauna locales.

Cabe recordar que , debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, regulado por el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.

En este sentido, el edil ha hecho un llamamiento a la responsabilidad de quienes puedan tener este tipo de especies para que, si no pueden mantenerlas en casa, se pongan en contacto con los servicios municipales para buscarles una fórmula de salida adecuada.

Así es esta especie invasora

El coipú habita en diversos tipos de humedales, y su piel es muy apreciada y empleada en peletería, tanto que con ella se hacían los sombreros de los picadores de toros. Por esta razón, se ha convertido también en una especie doméstica, al ser multiplicada en criaderos de todo el mundo, contando ya con múltiples variedades comerciales originadas de mutaciones. Algunos ejemplares de las granjas han logrado escapar y colonizar humedales próximos con singular éxito, expandiendo su población y afectando a nuevos ecosistemas que, a diferencia de los sudamericanos, no evolucionaron con la especie.

Es un perfecto nadador y puede acabar rápidamente con la vegetación de la zona y, como consecuencia, con otras aves y animales que viven en ella. Es por esta razón por la que esta especie está incluido en la lista de las "100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo" de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Los coipós escapados de las granjas peleteras se han establecido en diversas localidades de Europa occidental. En la península ibérica, su introducción proviene de escapes y sueltas desde granjas peleteras de Francia y Cataluña desde principios de los años 1970.

Actualmente, existen poblaciones localizadas en la vertiente atlántica, sobre todo en las zonas del Valle de Arán, en Cataluña; Soba, en Cantabria; la Ribera del Bidasoa, en Guipúzcoa; y en zonas del Baztán, Valcarlos y ejemplares dispersos en la Cuenca del Ebro, en Navarra. También existen algunos núcleos de muy baja densidad en la vertiente mediterránea catalana, concretamente en las zonas de Sant Feliu de Buixalleu y Arbúcies, en el Montseny, en Gerona.

Con la aparición de estos ejemplares en Granada, habría que actualizar las áreas en las que se puede encontrar esta especie invasora.