Granada

Granada festeja la hispanidadUna orgullosa muestra de pasado

  • La capital conmemora el 12 de octubre con el homenaje a los Reyes Católicos en un día donde hubo más turistas que vítores y exaltación a los símbolos nacionales en la calle

Con un ambiente más festivo que reivindicativo, Granada brilló para celebrar el 12 de Octubre, el Día de la Hispanidad. Un sol de justicia acompañó a la comitiva y a los curiosos que se arremolinaron, en una cantidad similar a la de cada año, en las calles por las que discurrió el cortejo cívico-militar. Una concurrencia marcada por la gran cantidad de turistas, muchos de ellos de rasgos asiáticos, y bastantes venidos de otros puntos de España como Toledo o Valencia.

El ambiente fue tranquilo, al igual que el año pasado a pesar de estar la sociedad española en pleno vendaval por la crisis catalana. No muchos minutos antes del inicio del acto, conforme los miembros de la corporación municipal llegaban al Ayuntamiento a cuentagotas, el ritmo en la ciudad era casi el de un día normal, con los comercios abiertos y mucho trasiego de personas. El único síntoma de que algo iba a suceder era el corte de la calle Reyes Católicos, donde un hombre, chándal marrón, portaba una bandera española mientras por un aparato sonaban canciones como El Emigrante, de Juanito Valderrama. Puntuales aparecieron a las 11:15 horas los militares participantes en el desfile, que fueron una escuadra de gastadores, una sección de honores y unidad de música, las dos primeras pertenecientes al Grupo de Transporte III/21 y la tercera a la Academia de Infantería, todos ellos pertenecientes al Madoc. A ellos se les sumó la presencia de los oficiales de enlace de Brasil, México y Chile.

El alcalde de Granada, Francisco Cuenca, recibió poco después al Teniente General del Madoc, José Carrasco, quien pasó revista al destacamento dispuesto en la Plaza del Carmen acompañado por el regidor de la capital. Respeto y aplausos en la céntrica plaza, sin vítores hacia ninguno de los símbolos del Estado. Pasadas las once y media, el cortejo se puso en la calle como estila la tradición: porteros, pertiguero, maceros, la escolta militar del estandarte real, formada por un cabo y cuatro gastadores, y en el centro, la concejal que portó el pendón de Castilla del siglo XV, en esta ocasión la socialista Raquel Ruz, titular del área de Movilidad. Tras ella, el resto de la corporación bajo mazas y en dos filas, donde ser volvieron a ausentar los representantes de Izquierda Unida, Vamos Granada y la concejal no adscrita, Pilar Rivas. Antes de iniciar el camino hacia la capilla real, sonaron los himnos de Granada y Andalucía, tocados por la banda municipal, y por último, el de España, interpretado por la banda militar.

La procesión discurrió entre un calor que empezaba a apretar y los muchos extranjeros que se vieron sorprendidos por el acto, que preguntaban de qué se trataba. "Es el Día de España", resumía una mujer de mediana edad a otra más joven con un marcado acento francés a la altura de la estatua de Isabel la Católica. En ese momento pasaban por delante los alcaldes de Pinos Puente y Santa Fe, localidades que jugaron su papel para la llegada de Colón a América.

En la Capilla Real aguardaba la concejal de Ciudadanos, María del Mar Sánchez, la encargada de tremolar el estandarte real ante los Reyes Católicos y la imagen de Cristo en cinco genuflexiones como indica el protocolo.Visiblemente emocionada, la edil cumplió con la tradición ante la corporación municipal y las autoridades eclesiásticas. Allí se encontró con la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López Calahorro, la consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, y otros concejales que participaron en la misa previa al desfile como el popular Juan García Montero.

De vuelta a la Plaza del Carmen, el gentío aumentó, sobre todo en la Gran Vía. Hasta ese momento se habían visto pocas banderas españolas por parte de los asistentes, pero para el regreso de la corporación a la sede del Ayuntamiento se vio, sobre todo a niños, portar la enseña nacional con unas banderitas que repartió el Partido Popular. En la iniciativa, que repartió 5.000 rojigualdas partició el propio Sebastián Pérez, presidente provincial y candidato a la alcaldía de la capital.

El acto finalizó de nuevo en la Plaza de Carmen, previa ofrenda floral en el monumento a Isabel la Católica. La extrema corrección de la primera hora de la mañana se tornó en varios vivas lanzados por un ciudadano. Hubo para todos: para España, la Virgen del Pilar, el Rey, las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil. Aplausos del público y el desfile militar del destacamento que participó en el cortejo abandonó el lugar para dirigirse de nuevo al Madoc.

Por dentro, en la trastienda que no se suele ver de cara al público, los munícipes hacían turno para fotografiarse con los estandartes, hacer algún corrillo para comentar los últimos vaivenes de la política municipal sin la pólvora del día a día. Rompan filas y marchen a comer. A los pocos minutos, como si no hubiera pasado nada. 526 años de tradición van ya.

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