Granada se abre a nuevos mercados y la industria farmacéutica gana peso

No están las cosas como para tirar cohetes, pero si se busca bien a lo mejor se encuentra algún motivo para la esperanza. En los últimos once años, las empresas granadinas se han abierto a nuevos mercados (Hong Kong, Estados Unidos o México) y aunque sigue el agroalimentario sigue siendo el sector líder, la oferta empieza a diversificarse, gracias en buena parte a la incidencia del PTS y a las industrias farmacéuticas allí instaladas.

Son algunas de las conclusiones a las que llega el estudio sobre la competitividad exterior de la provincia de Granada que ha elaborado el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Granada Miguel Rodríguez, en colaboración con los profesores Marcos García Velasco y Elías Melchor yque ha sido editado por la Fundación Caja Rural, en cuya sede central se dio ayer a conocer.

El vaso medio vacío: la competitividad es un factor clave que no se ha atendido hasta hace bien poco, Granada es una provincia con una economía pequeña (significa un 1,5% del PIB nacional y el 11% del andaluz) y sus sectores punteros ofrecen servicios que no son susceptibles de ser comercializados. No tiene vocación exportadora.

El vaso medio lleno: algunas empresas sí que tienen esa vocación, especialmente en el sector agroalimentario y químico. Cinco están funcionando muy bien en el exterior y se aprecia una tendencia a dirigir los productos no sólo a la zona euro, que es la apertura más lógica, sino a ganar nuevos mercados.

El estudio abarca el periodo comprendido entre los años 1999 y 2010, en el cual, en líneas generales, la situación del sector exterior granadino ha tenido un comportamiento negativo. En 2008 las exportaciones superaban a las importaciones y dos años después ocurría todo lo contrario. El déficit vino provocado fundamentalmente por la partida de combustibles.

Los productos más exportados son los agropecuarios (hortalizas, legumbres, aceite), sustancias químicas, el papel y sus manufacturas. A todo esto se ha unido en los últimos años, como se ha mencionado, el sector farmacéutico.

En cuanto al número de empresas exportadoras, en 2009 había 40, que son siete menos que en el año 2000. Sin embargo, la importancia de esas sociedades en el conjunto nacional, y sobre todo regional, ha aumentado.

El profesor González se refirió en su intervención a los clientes a los que las empresas granadinas dirigen sus productos, haciendo hincapié en que es mejor diversificarlos que tenerlos muy concentrados. Y ahí también hay buenas noticias porque en el año 1999 los diez primeros clientes suponían el 84% de las exportaciones y ahora significan sólo el 68%. Eso, unido a la exportación a nuevos mercados, permite ser algo optimistas.

Sin embargo, también incidió en que ahora son menos las empresas que exportan: 40 en 2009 frente a las 47 que había en 2000. El 40% de esas exportaciones las protagonizan cinco empresas, lo cual, vino a decir, no es muy positivo.

El catedrático también habló de diversos factores que influyen sobre las exportaciones, como las infraestructuras. Según el estudio, en autovías Granada tiene una dotación similar a la media nacional y en puertos, aeropuertos y ferrocarriles está por debajo. Acotó que en el transporte por carretera sigue habiendo una carencia importante (la A-7) pero que en vez de mirar tanto ese "lunar" habría que fijarse más "en lo que tenemos y si sabemos usarlo". Mencionó, en ese sentido, que Granada está conectada por autovía con Madrid, Sevilla y Málaga y hay dos ramales que la conectan con el Arco Mediterráneo, uno por Almería y otro por Murcia.

También observó "claroscuros" en el capital social de la provincia, entendido como los servicios como la educación o la sanidad. Esta última, advirtió, también está por debajo de la media nacional. Lo mismo que sucede con el capital humano. "Seguimos teniendo un número de personas sin estudios superior a la media y sin embargo estamos por debajo en personas con estudios universitarios", resaltó.

Por lo demás, Miguel González hizo hincapié en la importancia de la competitividad, algo que, recordó, algunos economistas ya venían advirtiendo "mucho antes de que el ministerio cambiara de nombre y pasara a ser de Economía y Competitividad". Lamentó que este interés no fuera generalizado en su momento. "Si la financiación que aquí se destinó a comprar suelo o a vivienda se hubiera destinado al a competitividad, posiblemente no estaríamos donde estamos. Alemania detectó esto en el año 2003 y sólo hay que comparar".