Regalo del Papa

Granada, a los pies de Benedicto XVI

  • Los zapatos rojos símbolo del Papa emérito se exhiben en el museo de San Juan de Dios

La vestimenta papal tiene una serie de elementos característicos y únicos que lo diferencian del resto de cardenales, obispos y sacerdotes. Entre las insignias propias está el anillo del Pescador -que lo señala como pastor supremo de la iglesia-, el palio, la sotana blanca o el pectoral (crucifijo). Otro elemento reservado exclusivamente para los papas en la iglesia católica son los zapatos rojos -símbolo de la sangre de los mártires-, que Benedicto XVI recuperó en su Pontificado y que fueron símbolo visual de figura.

 

Ahora, esos zapatos descansarán para siempre en Granada ya que con la renuncia de Benedicto XVI han dejado de caminar. 

 

El pasado viernes llegaron a la ciudad y ya están expuestos en el museo de la Orden de San Juan de Dios de la Casa de los Pisa, donde murió el santo. Un objeto que se suma a las numerosas e históricas reliquias y objetos que acumula el museo, referencia para a Orden en todo el mundo.

 

¿Y cómo han llegado a Granada? Cuando el papa emérito Benedicto XVI anunció que se retiraba se despidió, antes de irse a Castelgandolfo, de los distintos servicios que atienden en el Vaticano. Uno de esos fue la farmacia vaticana, que históricamente gestiona la Orden de San Juan de Dios. "Pasó por allí y le regaló los zapatos al director de la farmacia, el sevillano Rafael Cenizo, por su relación estrecha", explica el director del museo, Francisco Benavides. Una cercana relación que han mantenido también otros papas ya que con el servicio sanitario, dada la avanzada edad de los pontífices, suele haber más conexión que con otras labores.

 

Y Cenizo, una vez recibido el regalo, decidió mandarlo al museo de Granada, donde se exhibe todo lo relacionado con San Juan de Dios e innumerables piezas de valor que la Orden ha ido atesorando durante tantos años de historia. "Los hermanos de San Juan de Dios suelen cambiar de sitio y no acumulan muchas cosas, por lo que los regalos que reciben los suelen enviar al museo por lo que significa para la Orden ya que aquí, en esta casa, murió San Juan de Dios", explicó Benavides.

 

Los zapatos llegaron el viernes de mano del provincial de la Orden, que los trajo directamente de Roma, donde había estado en una reunión.

 

Como dato curioso, son un número 8 italiano que supone un 42 en la numeración española. Y su material no podía ser mejor. Según Benavides, están realizados en piel de primera calidad tanto por fuera como en el interior. "Un guante", matiza. "Se nota que son hechos a mano por su suavidad, las costuras en hilo del mismo color y el bordado de BXVI en el lateral. La suela es de material antideslizante para evitar resbalones", explica.

 

Fueron elaborados artesanalmente por Adriano Stefanelli en Roma y en el interior de estos aparece serigrafiado el nombre de Antonio Stefanelli en recuerdo de su padre y creador del taller de zapatería.

 

El calzado estará en la exposición permanente del museo y se ha instalado en la sala de las reliquias, donde se guardan los objetos más especiales, como recuerdos de otros papas. "Los consideramos, este y todos los regalos, exvotos a San Juan de Dios", explica el director del museo.

 

Y son conscientes de que su presencia generará muchas visitas al rozar el "fetichismo" por poder ver de cerca este símbolo de los papas y en concreto de Benedicto XVI, que los recuperó. "Quizás sean los últimos zapatos rojos papales ya que por ejemplo Juan Pablo II no los usó, Benedicto XVI los recuperó y el Papa Francisco no los va a usar por lo que hemos visto, por lo que pueden ser los últimos", apuntó el director del museo.

 

Los zapatos rojos o color vino o cereza tienen su origen en 1566, cuando San Pío V decidió cambiar el color de las vestiduras papales del rojo al blanco. El gorro, la capa y los zapatos son las únicas partes rojas que quedan de la época anterior a ese año. Antes estaban engalanados con una enorme cruz dorada o una hebilla de oro que se usaba para caminar y que incluso eran besados. El Papa Pablo VI conservó los zapatos rojos pero se deshizo de los besos y de las hebillas en los años 60. Los posteriores los han usado a excepción de Juan Pablo II y ahora el Papa Francisco. 

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