Hércules trabajó en Granada

ES una pena que ya no se estudie con entusiasmo a los clásicos; que no se sepa quién es Homero, Fidias o Hércules cuando a éste la historia lo tiene por un héroe, un esforzado trabajador, infatigable y fuerte, que jamás pidió una baja por enfermedad ni le ayudó ningún sindicato.

Era hijo de Júpiter y de una muchacha llamada Alcmena; el dios astutamente la engañó de noche, se hizo pasar por su marido y la dejó embarazada. Nació Hércules.

Fue condenado a trabajar sin parar. Se cuentan hasta doce los durísimos trabajos que le encargaron: matar un león, una hidra, traer vivos un jabalí, un toro, unas yeguas, al perro Cerbero que guardaba el infierno… y no sé cuantas aventuras más. Viajó por mil sitios, estuvo en Cádiz, en Jerez, en Sevilla, en Córdoba, en Ronda, en Úbeda, en Vélez Blanco; y por fin lo vemos en Granada. Amaba tanto a Andalucía que se quedó colocado hasta en el escudo de su bandera.

En Granada lo encontramos en buenos empleos. Hace 500 años se vino al Castillo de la Calahorra, cerca de Guadix; allí lo tenemos en un altorrelieve de la jamba izquierda de la Portada del Salón de los Marqueses del Zenete, peleando con la Hidra y apoyado en su clava.

Colocar a este forzudo de guardia de seguridad no era mala idea, pues evitaba la entrada del enemigo, del mal, de la desgracia, puesto que era un símbolo de la virtud frente al vicio, de la salvación frente al pecado.

Carlos V se quedó impresionado con la Alhambra y levantó allí dos monumentos de características diferentes: la Fuente y el Palacio; bueno, pues en los dos coloca la figura alegórica de Hércules.

Trabajó en la Alhambra

Junto a la Puerta de la Justicia se construye una fuente abrevadero, proyectada por Pedro Machuca, realizada por Nicolo da Corte en octubre de 1545 y retocada después en 1624 por Alonso de Mena con motivo de la venida a Granada de Felipe IV. En este Pilar, llamado entonces Fuente de las Cornetas, hubo una escena que recogía a Hércules matando a la Hidra de Lerna; era su segundo trabajo y quería representar a las victorias de Carlos V frente a sus enemigos, o el Bien sobre el Mal. En otro tondo está Alejandro Magno sobre su caballo Bucéfalo.

En el Palacio le buscó Machuca otro empleo. Allí lo colocó en la fachada principal en unos tondos en los que Hércules lucha contra el león de Nemea y contra el toro de Creta. De nuevo el héroe quiere ser una representación simbólica del poder del emperador de los cristianos. Poder político y religioso, porque algunos han querido ver en Hércules la propia imagen de Cristo, hijo de un Dios, como lo era Hércules y con poderes sobrenaturales y milagrosos.

En uno de los edificios más céntricos de Granada, en la Chancillería de Plaza Nueva, fue colocado en varios puestos, sobre todo en los cuarterones de las puertas. Hoy todavía vive en la calle Pavaneras, en la Casa de los Tiros; allí aparece de nuevo Hércules nada menos que en la fachada principal. Lo vemos vestido de guerrero clásico acompañado del perro de tres cabezas. En el último de sus trabajos se le encomendó que trajera al can Cerbero, el guardián de los infiernos. En la fachada de esta hermosa casa que yo tanto quiero se rodea de Teseo, Mercurio, Jasón y Héctor. Seguro que es más famosa hoy la delantera del Madrid.

¿Cuántos de nuestros jóvenes conocerán a estos personajes que viven hace 500 años en la calle Pavaneras? No preguntemos. Porque a lo mejor son más famosos el Mariñas y la Belén Esteban que Séneca o Darwin; y es que para muchos hoy es más elogiada la patulea de los "héroes" de la televisión basura que nuestros maestros.

Mientras Hércules trabajaba incansable día y noche, sin trienios ni pensión, otros ganan millones con sólo acostarse con fulanico de tal. Hay que saber buscar trabajo.