equipamientos | clausuradas las instalaciones del camino de purchil

La Hípica echa el cierre 'ahogada' por una deuda de casi 4 millones

  • Un embargo de Hacienda provoca que la entidad deportiva entre de manera voluntaria en concurso de acreedores La última junta directiva hizo "lo posible y lo imposible" por lograr la viabilidad

La Real Sociedad Hípica de Granada ya es historia. Al menos en cuanto a sus instalaciones se refiere puesto que un embargo por valor de casi 4 millones de euros ha provocado a la larga el cierre de la sede ubicada en el Camino de Purchil, a tres kilómetros del Hospital de la Inmaculada. Una deuda que se debe a la sanción que en su día interpuso Hacienda al referido club por el impago del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) relativo al incremento patrimonial que supuso el traslado desde los terrenos ubicados en el corazón de Los Vergeles -en la capital a los actuales situados en la Vega-, junto al río Genil.

En la actualidad, es un recinto fantasma donde el único recuerdo que queda de los caballos son las voluminosas esculturas de bronce que figuran tras las rejas cerradas con un gran candado.

Desde la Hípica se intentaron todo tipo de gestiones para salvar la viabilidad del proyecto pero tras varios recursos ante el Tribunal Económico-Administrativo de Andalucía, la última sentencia ha dado el 'portazo' a las aspiraciones de la última Junta Directiva que consciente de los graves problemas económicos a los que se enfrentaba intentó lo posible y lo imposible por dar continuidad a la entidad deportiva. De ese modo, se pretendió crear una situación óptima para su marcha hacia adelante pero ya recorrida una buena parte del camino se dio por "inviable".

Así, esta se acogió de manera voluntaria bajo el procedimiento abreviado al concurso de acreedores asumido por el abogado Fernando Mir. Un expediente, que según se puede consultar en el portal de la publicidad concursal, cuya resolución se emite a fecha de 24 de febrero de 2016. A día de hoy, las instalaciones están a la venta a precio de costo por valor de 1,5 millones de euros.

Fue en diciembre de 2008 cuando la nueva Hípica abrió sus puertas a los socios y dos meses más tarde (febrero de 2009) cuando se celebró la inauguración oficial a la que asistió un nutrido grupo del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Granada, con el ya exalcalde José Torres Hurtado a la cabeza.

Las puertas se abrían así hacia una esperanzadora etapa en la que la institución ecuestre daba un salto de gigante. Por aquel entonces, la sociedad contaba con 1.100 asociados, la mayoría de ellos de un nivel social muy elevado. El panorama cambió radicalmente en los últimos años, tanto que de superar el millar se pasó a unos 150 socios.

Con el objetivo de frenar la posible debacle se optó por aumentar en veinte euros la cuota mensual de los asociados, pasando así de 30 a 50 euros. Una medida que provocó la espantada de 300 miembros aproximadamente. Hay que apuntar que una destacada parte de los mismos eran jubilados de avanzada edad que apenas hacían uso de las instalaciones.

El azote de la crisis también incidió de lleno. Con la bonanza económica numerosos constructores y arquitectos apostaron por invertir en la disciplina ecuestre. En concreto, en los animales cuadrúpedos. El estallido de la burbuja inmobiliaria acotó las posibilidades económicas de muchos de ellos con el consiguiente lastre para la supervivencia de los caballos, algunos de los cuales llegaron incluso a ser vendidos cuando no abandonados.

Con ese panorama, el propio club asumió con las cuotas de sus socios el cuidado y mantenimiento de los animales que allí residían y no dependían de nadie. Una inversión contravenida ya que en el plano teórico tendría que haber dependido de los propietarios.

Fuentes consultadas por este periódico aluden también a contratos controvertidos que se firmaron al producirse el traslado. Es el caso, según indican, del convenio para la estabulación (cepillado y alimentación de los caballos) que debería haber realizado la empresa concesionaria en cuestión. Una labor que finalmente llevaron a cabo los mozos de cuadra de la Hípica.

Hay quienes también lamentan que al ocaso de la Real Sociedad Hípica de Granada ha podido contribuir en primer lugar la reubicación del recinto a extramuros de la ciudad y las "fuertes" restricciones de la Ley de Protección Animal.

Junto a la Hípica, el club Serrallo (tenis) y el Tiro Pichón fueron los tres emblemas de la época en cuanto a entidades deportivas y de ocio en Granada. Un modelo que se ha visto 'asediado' con la irrupción de los grandes gimnasios que en la última década han inundado cuantiosos rincones y centros comerciales de la capital. Y es que cabe destacar que en el caso de la Hípica, al margen de las disciplinas ecuestres, había otro tipo de servicios para los usuarios: gimnasio con monitores, piscina, pistas de pádel, baile, campamentos, charlas y conferencias, actividades sociales...

El futuro uso de la Hípica lo marcará el paso del tiempo. La permuta de los terrenos antiguos con los nuevos se articuló gracias a una operación -iniciada a finales de los 90 y que se extendió a lo largo de varios años- en la que entró el promotor Chinchilla Navarro quien ofreció el solar definitivo a cambio de la parcela en el barrio del Zaidín donde construyó dos bloques de viviendas además de una biblioteca, un aparcamiento subterráneo y una plaza pública sobre la el mismo. En el verano de 2007 la vieja Hípica cerró sus puertas para hacer realidad todo lo anterior.

Las instalaciones se levantan sobre una superficie de 100.000 metros cuadrados, 12.000 construidos, con unas condiciones de primer nivel para la práctica de las diferentes disciplinas. De hecho, cuando se inauguraron los responsables del momento aspiraban a convertir la Hípica en un referente de Europa al contar con una pista de competición de 11.200 metros cuadrados. Al margen de su tamaño, destacaba por la incorporación de las últimas innovaciones tecnológicas en el mantenimiento de la arena. Un símbolo de Granada -la Real Sociedad se constituyó en 1870- da así por finalizada una vida cargada de historia y amor por el caballo.

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