Son muchas las veces que nos quejamos del olvido de los nuestros. Sin embargo no hicieron lo mismo los miembros de la Agrupación Lírica Francisco Alonso, nacida al amparo de la Caja de Ahorros, impulsada por Evaristo Pinel y presidida por José Berbel y demás socios fundadores que organizaron un gran homenaje a la memoria del maestro granadino, en la noche del 31 de octubre de 1963.

Ya en vida del propio Alonso, la Asociación de la Prensa, el Ayuntamiento y la Diputación le tributaron un caluroso homenaje en 1922. En este mes de octubre desfilaron por el escenario personajes muy conocidos del mundo de la lírica: la graciosa Laurita Tomás, las sopranos María José González y Lolita Lechuga, el barítono Ángel Barrionuevo y los tenores cómicos Aurelio Cano y Alberto Ramírez. La Agrupación contaba con más de 50 miembros que mantuvieron viva la llama del teatro y la zarzuela en Granada desde 1963 a 1973 con centenares de representaciones en las que brillaron granadinos de la talla de Purita Martínez, aquella que fue primera figura en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, o Luis Villarejo, natural de Santa Fe, tantas veces solista junto a Victoria de la Ángeles.

La desaparición de esta Agrupación, como la del Cuadro Lírico de Radio Granada que fundó el inolvidable Manuel Hernández, el del programa radiofónico Jueves Infantiles, como anteriormente la Agrupación Álvarez Quintero que tantos buenos ratos hizo pasar a los granadinos, es de esas cosas que pasan en la ciudad y luego se lamentan. Y a otra cosa mariposa.

Había nacido Francisco Alonso en la entrada del Paseo del Salón, estudió en los Escolapios y tenía en casa buen ambiente musical. El padre tocaba la guitarra, su madre y su hermana el piano y un hermano el acordeón. Abandonó sus estudios de Medicina y acabó siendo el autor de obras tan populares como La Calesera, La Linda Tapada y La Parranda, entre muchísimas más.

Popularizó el pasodoble de Los Chisperos, La Canción del Gitano y el Canto a Murcia. Muchos saben que a él se debe el también pasodoble de La Bandera (Banderita) y el chotis Pichi de la revista Las Corsarias, que tan divinamente interpretaba Celia Gámez y que tanto se oían en los típicos organillos de Madrid. Autor de Los nardos (Por la calle de Alcalá) y del no menos popular zortzisco Maitechu mía con el que nos deleitaban Plácido Domingo y el Grupo Mocedades. Reproducir toda la obra del granadino sería tedioso.

Al acto homenaje al Maestro Alonso en el Teatro Cervantes asistieron artistas de la talla de la mezzosoprano Selica Pérez Carpio y el gran barítono cordobés de Pozoblanco Marco Redondo, que tuvo la galantería de actuar al final de la velada cantando fragmentos de La Linda Tapada y La Parranda. Asistieron además las autoridades granadinas y los hijos y familiares del compositor homenajeado.

Intervino con su inconfundible voz el periodista y poeta Rafael Gómez Montero y sus compañeros se hicieron eco del acto en la prensa local. Emilio Prieto, en el diario Patria, resaltó el importante papel de la Caja de Ahorros como patrocinadora así como la intervención del coreógrafo Miguel del Castillo y de la Rondalla del inolvidable maestro Molina Zúñiga, al que muchos granadinos debemos nuestras primeras lecciones de guitarra y bandurria.

Alonso fue también presidente de la SGAE en 1947 y más culto y honrado que otros.

No está mal recordar a nuestros granadinos ilustres y echar una mirada cariñosa a su placa de recuerdo en la calle que lleva su nombre a la entrada del Paseo del Salón; aunque más limpica se leería mejor. Yo pondría el estropajo y hasta la arenilla.