El Parque Nacional de Sierra Nevada recibió a lo largo de 2017 -último año del que el Ministerio ofrece datos- 780.702 visitantes. Se trata, con los números en la mano, de uno de los principales puntos de atracción turística medioambiental de toda España. Sólo los parques nacionales de Canarias, Picos de Europa y Sierra de Guadarrama superan al macizo que comparten las provincias de Granada y Almería. Y todos esos visitantes se reparten en un área de 85.883 hectáreas y con varios puntos críticos. Uno de ellos es la Hoya de la Mora. "Hay 200.000 visitas al año y ahora, en verano, es la puerta principal al Parque", señala Francisco Peña, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Hoya de la Mora. Su colectivo apenas representa a nueve establecimientos, que resisten, invierno tras invierno, a la "falta de reordenación mínima", que indica Peña "necesita" la zona.

Lugar de destino de cientos de familias que, tras cada nevada, se acercan a disfrutar de los trineos, Peña arguye que el éxito de la zona recreativa está en su carácter "gratuito" y familiar. Ha sido, desde hace décadas, lugar de peregrinaje de fin de semana. De excursiones que tenían como destino ver la nieve y no tanto la práctica deportiva. La afluencia alentó la actividad comercial -fundamentalmente alquiler de material y comidas- en los años 80. Desde entonces, los caseteros conservan sus licencias administrativas que les autorizan a mantener sus establecimientos. La mayor afluencia de visitantes, sin embargo, ha sido un quebradero de cabeza para las administraciones. Los caseteros claman por el abandono de la zona. "Se necesita un puesto de Protección Civil, aseos públicos, transporte público, gestión de los residuos...", enumera Peña, que también recuerda el cierre de la carretera a consecuencia de las intensas nevadas en la pasada primavera. Otro de los frentes abiertos es el de los aparcamientos, insuficientes en el invierno.

En el terreno, por otra parte, se concitan los intereses de los titulares de los terrenos, que se extienden entre los términos municipales de Monachil y Güéjar Sierra. Hay una parte que pertenece a Cetursa Sierra Nevada, otra es de la Universidad de Granada. También es dueña la Administración General del Estado. Cetursa planteó hace años la posibilidad de dotar con medios mecánicos a a la zona para crear un espacio similar al del Mirlo Blanco, recuerda el representante de los caseteros. Esa idea se desestimó. Hace años también se planteó trasladar a los caseteros, con el fin de aprovechar el proyecto de nuevo centro de visitantes que el Ministerio proyectó para el antiguo Parador Nacional. Aquella idea, para la que sonó un presupuesto de 13 millones de euros, indica Peña, tampoco se realizó. Fue en diciembre de 2009 cuando se declaró como de Interés General del Estado el proyecto de construcción de un centro de visitantes. Y ahí sigue.

"Tal y como refleja el Plan de Trabajos e Inversiones del Espacio Natural Sierra Nevada 2018, sí está previsto que el Organismo Autónomo Parques Nacionales dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, proceda a la redacción de un proyecto de obra" para ese centro de visitantes, indicó el pasado mes de mayo el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, José Fiscal, en el Parlamento andaluz. En verano de 2017, el Grupo Parlamentario Socialista presentó una enmienda a la presupuestos generales del Estado para el pasado año con la necesidad de dotar con 700.000 euros la construcción de este centro de visitantes.

Peña destaca la necesidad de que todas las administraciones implicadas pongan solución a las carencias de la zona recreativa y confía en que las conversaciones mantenidas hasta ahora tomen forma de compromiso por escrito este mismo mes de septiembre. "Hemos llamado a todas las puertas", señala "y todos dicen que cuentan con nosotros", tanto Universidad de Granada como Cetursa, Parque Nacional y el Ayuntamiento de Monachil. "Lo único que hemos hecho ha sido trabajar y mantener aquello", incide el representante de los caseteros, que hace hincapié en que es necesario regularización pero que ellos no incumplen ninguna normativa. "Nunca nos han multado por nada y aquí hemos pasado todas las inspecciones, de Trabajo, Sanidad... no nos pueden decir ilegales", apostilla.