Huelga en hostelería en los días claves de los mundiales de Baloncesto y Tiro

El paro está convocado para el 29 de agosto y los días 4, 10 y 11 de septiembre, coincidiendo con la máxima ocupación hotelera

Los días de la huelga se prevé una gran afluencia de público por la celebración de eventos deportivos.
Los días de la huelga se prevé una gran afluencia de público por la celebración de eventos deportivos.
Guadalupe S. Maldonado Granada

08 de julio 2014 - 01:00

Habrá huelga en hostelería. Ayer la patronal y los sindicatos quemaron uno de los últimos cartuchos oficiales antes del paro convocado para finales de agosto y principios de septiembre. Después de que el encuentro en el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales (Sercla) terminara sin avenencia, CCOO y UGT confirmaron que el sector parará el 29 de agosto y los días 4, 10 y 11 de septiembre.

El propósito de la huelga es presionar para renovar el convenio colectivo en términos más benévolos para los trabajadores de lo que plantea la patronal. Así que, para presionar como es debido, los sindicatos han mirado muy bien el calendario. Después de hacer una intentona de huelga en Semana Santa, que finalmente tuvo que abortarse por falta de tiempo, CCOO y UGT han convocado la huelga en Hostelería para los días clave del Mundial de Baloncesto y el Campeonato Mundial de Tiro Olímpico, además de una salida de la Vuelta Ciclista. Según reconoció ayer la responsable de Hostelería de CCOO de Granada, Elvira Martínez, los días elegidos para la huelga son los de "máxima ocupación de reservas" por estos eventos deportivos.

Los sindicatos aseguraron ayer que si el encuentro en el Sercla no llegó a buen puerto fue por la insistencia de la patronal de mantener sus "pretensiones de adaptar la reforma laboral al convenio colectivo", negándose a ceder en su postura. "Después de siete meses negociando, no pueden venir al Sercla con lo mismo", aseguró Martínez, que recordó que la Federación de Hostelería y Turismo de Granada pide una rebaja salarial del 10%, la retirada del plus de antigüedad o de días de descanso, aumentar un 20% la distribución irregular de la jornada, la eliminación de los cinco días que se generan por trabajar en festivos, así como rebajar en un 25% el precio estipulado para festivos en el actual convenio.

Por su parte, los sindicatos han llevado al Sercla una propuesta que pasa por renovar el convenio manteniendo las condiciones de trabajo actuales, congelando el salario para 2014 y subiéndolo un 2% para 2015 y 2016. "Queremos prorrogar el convenio, congelar el salario y asegurar la paz social. Son cosas que se están firmado en otras comunidades autónomas y provincias", apuntó Martínez. No ha habido acuerdo, evidentemente.

El secretario general de la Federación de Servicios para la Movilidad y el Consumo de UGT de Granada, Antonio Jesús Zarza, recordó que no es la primera vez que las partes se sientan a negociar, sino que llevan desde febrero intentando llegar a un acuerdo con la patronal, "que se niega en todo momento a ello". El argumento de los sindicatos es que esta postura resulta insalvable atendiendo a los datos turísticos de 2014. "No es de recibo que un sector que no está sufriendo la crisis, cuyo datos del mes de junio indican que el número de pernoctaciones ha ascendido un 20%, quiera esclavizar a 15.000 trabajadores, obligándoles a trabajar 45 días más al año, reduciendo sus vacaciones y descansos semanales y reduciendo su salario".

Por su parte, la Federación de Hostelería negó ayer que sus pretensiones sean abusivas y aseguró que de lo que se trata -y por ello iniciaron las negociaciones- es de "adaptar el convenio a la realidad social y laboral del sector", aplicando los preceptos de la Reforma Laboral. El secretario general de la Federación de Hostelería, Antonio García, reconoció que ninguna de las partes se ha movido desde que comenzaron las negociaciones, pero indicó que su intención es evitar con un convenio "realista" los constantes descuelgues salariales y de condiciones de trabajo que están realizando las empresas del sector, que pese a las cifras de viajeros y pernoctaciones sigue sufriendo un grave problema de rentabilidad. "Los sindicatos no quieren ni oír hablar de flexibilidad, y así no es fácil llegar a acuerdos", apuntó García.

En cualquier caso, tanto los representantes de los trabajadores como de la Federación de Hostelería se mostraron ayer abiertos a continuar con las negociaciones. La parte social aseguró que el único requisito es "mantener las condiciones laborales mínimas que permitan a las plantillas vivir con dignidad", mientras que la patronal, que reconoció que "el margen de movimiento es estrecho", indicó que aún se está "en condiciones de negociar" para evitar una huelga que haría "un daño descomunal" al sector y al destino.

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