La representación sindical de los trabajadores de Inagra S. A. y la dirección de la empresa llegaron ayer a un acuerdo sobre el Convenio Colectivo para los años 2016 al 2021, una vez que ha sido ratificado, por la mayoría de los trabajadores en asamblea, el preacuerdo de convenio colectivo firmado el pasado jueves 27 de septiembre en el seno de la mesa negociadora de dicho convenio. El preacuerdo se produce tras más de tres años de intensas negociaciones entre los trabajadores y la empresa que han permanecido todo este tiempo con el convenio prorrogado desde 2016 cuando debían iniciar las negociaciones con la empresa adjudicataria del servicio de limpieza.

El desbloqueo no ha sido nada fácil. No obstante, el pasado jueves ya se vio la luz al final del túnel tras una reunión que duró más de diez horas y en la que se pactó, entre otras condiciones, una revisión salarial para cada uno de los años de vigencia del convenio equivalente al IPC real. Con un adelanto provisional del 1% a partir del 2019 y pagos de atrasos correspondientes a los años 2016, 2017 y 2018 con una entrega a cuenta de 800 euros en este mes de octubre para el personal fijo a jornada completa y 500 euros para el personal con contrato a jornada parcial, liquidándose el resto pendiente antes del 31/3/2019. Esto, según Inagra supone una importante inyección económica para estos trabajadores y sus familias.

También se ha pactado una revisión salarial equivalente al IPC real hasta el año 2021En sus comienzos la empresa contaba con 272 trabajadores; ahora son más de 560

Por otro lado, recuperan la jornada semanal de 35 horas, volviendo así a sus condiciones laborales que tenían antes de los años de crisis. No obstante, la implantación de las 35 horas semanales irá haciéndose de manera paulatina. Así, durante el año 2019, la jornada efectiva de trabajo será de 35 horas semanales, aunque este año cada trabajador deberá realizar formación online equivalente a 113 horas. Definitivamente, en el 2020 los trabajadores volverán a disponer de sus 35 horas a la semana.

La firma de este convenio viene a dar estabilidad al colectivo de trabajadores, más si se tiene en cuenta que el final de la actual concesión está muy cerca (en el año 2020); suponiendo este acuerdo un reconocimiento claro a la labor que realiza día a día estos empleados en interés de la ciudadanía y del prestigio de la propia ciudad de Granada. Tanto es así, que se ha alcanzado un preacuerdo para un convenio que se mantendrá hasta 2021.

En la actualidad, Inagra cuenta con más de 560 trabajadores de los cuales, en torno 150 tienen jornada parcial. Ya en 2016 se habló de la necesidad de aprobar este nuevo convenio colectivo, una maniobra difícil teniendo en cuenta que sólo dos años antes los trabajadores protagonizaron la huelga en la recogida de basuras más larga que se ha producido en la ciudad (13 días).

La historia que vincula a Inagra con Granada se remonta a hace más de treinta años. Según informa la empresa en su página web, en 1986 nació Ingeniería Ambiental Granadina, S.A. (lnagra, S.A.) constituyéndose por los socios fundadores de la anterior concesionaria de los servicios: la mercantil SERCON, S.A. y por acuerdo plenario. Se originó así un nuevo contrato cuyos servicios comenzaron el 1 de enero de 1986. Se trata de una sociedad anónima que tiene como objeto la explotación de la concesión municipal del servido integral de saneamiento que incluye limpieza varia, recogida y transporte de R.S., y mantenimiento y reposición de contenedores y papeleras), encontrándose en posesión de los certificados ISO de Calidad 9002 y de Medio Ambiente 14001.

En sus inicios contaba con una plantilla de 272 operarios mientras que ahora supera los 560. En la actualidad pertenece a Ferrovial (desde el año 2004) mientras que el Ayuntamiento posee un 20% de participación, teniendo presencia en el consejo de administración, así como en el comité de seguimiento y control de la contrata.

En los últimos años, la empresa ha realizado multitud de campañas de sensibilización logrando que los granadinos se animen a separar y reciclar la basura lo que se evidencia en cada balance anual. Además, ha desarrollado un proyecto pionero en Granada mediante la colocación de sensores en los contenedores de basura útiles para definir las rutas de los camiones ahorrando el número de kilómetros recorridos y, por tanto, la contaminación atmosférica.