Irving, Shakespeare, Aznar y Fulanito de Tal, clientes muy habituales

Los empleados inventaban nombres para justificar la venta masiva e irregular a sus clientes.

G. Ortega / Granada

08 de octubre 2011 - 01:00

Cada entrada tiene un localizador, que se le asigna a la persona que hace la reserva. De esa forma, cuando llega a la Alhambra, se puede comprobar si su nombre coincide con el número del localizador.

Hasta ahí, todo normal. ¿Pero qué ocurre cuando una agencia no autorizada, o un guía, compraba en el BBVA entradas para particulares (primera irregularidad) en un cupo muy superior al de cinco que se le permite a cada comprador (segunda) y tiene que obtener un localizador diferente para cada visitante?

Pues que se inventa nombres. He aquí algunos: Perico de los Palotes, José María Aznar, Jacinto Benavente, William Shakespeare, Washington Irving o Fulanito de Tal. No es ninguna broma: así aparece en el informe pericial encargado por el Juzgado de Instrucción número 6, del que es titular Miguel Ángel del Arco. Todas esas personas (es un decir) se pasaron por allí en alguna ocasión entre los años 2002 y 2005. Alguna repitió.

Otros datos que llaman la atención: a veces el BBVA utilizaba el código de un agente autorizado para vender entradas no ya a agentes que no tenían permiso, sino a particulares, normalmente guías. En el informe aparecen, entre otros, los de Margarita de la Oliva (que se llevó entradas supuestamente destinadas a Ophir Tours), José María Recuerda (a nombre de Cóndor Vacaciones) y Alfonso Ríos (Viajes Gamma Tours).

Para calibrar en qué medida incumplían los empleados las normas del convenio con el Patronato, basta con decir que sólo el 29% de los códigos de agentes coincidían en todo con los nombres asignados por la Alhambra; un 51,82% coincidían sólo en parte y un 19,18%, nada en absoluto. Traducido a números ese último porcentaje: 87 agentes del total de 454 agencias que tenían permiso para vender tickets.

En cuanto a los empleados de banca que anularon entradas previamente reservadas (y parcialmente pagadas) a agencias, el récord lo tiene un bancario de una oficina de Las Gabias, que en el referido periodo hizo esa operación 28.137 veces. El importe total de esas anulaciones asciende a 53.173,40 euros. Otro trabajador del BBVA, éste de la oficina de Isabel la Católica, anuló 25.618. Entre 16 usuarios (empleados) anularon 132.593 entradas, el 63,76% del total.

En cuanto a las entradas a particulares, en esos cuatro años se vendieron 1.029 a agentes no autorizados y otras 482 que estaban reservadas para un cupo especial para colegios, asociaciones o peñas.

Aunque teóricamente sólo se podían vender cinco pases por persona, hubo un día del año 2002 en el que el BBVA vendió a un mismo comprador 865. Fue en una oficina de Las Gabias y quien ingresó el dinero en la cuenta fue el ya conocido Washington Irving, que hizo la compra utilizando 184 nombres diferentes en 186 localizadores.

Tampoco se quedó atrás V. Verano Azul, que con ese nombre se ingresó en la cuenta de una sucursal del banco el dinero correspondiente a 437 entradas, con 88 localizadores diferentes. Fue el 21 de marzo de 2003

El omnipresente Washington Irving (a pesar de que vivió allí) reincidió el 25 de febrero de ese mismo año para pagar 423 entradas con 87 localizadores diferentes.

Las supuestas irregularidades no sólo se cometieron en la provincia de Granada. Aquí fue donde más se dieron, por supuesto, pero también se detectaron bastantes casos en Málaga (desde donde se organizan muchos viajes de ida y vuelta en un día), Madrid, Sevilla, Cádiz, Almería y Córdoba.

stats