Isabel Morcillo y la Castañera de Los Italianos
Murió Maribel Morcillo, la escultora que vinculó su vida al arte y a difundir de la obra del poeta Benítez Carrasco
A los 91 años de edad, el día 5 de abril, fallecía en Granada María Isabel Morcillo, la hija única del pintor Gabriel Morcillo, sobrina de la que fuera profesora de bordado de la Escuela de Artes y Oficios Trinidad Morcillo y nieta de la bordadora proveedora de la Casa Real Paca Raya. Tal vez Granada no localice bien a esta entrañable granadina, generosa y amable, escultora con corazón de artista y manos de ángel. Pero seguro que no hay granadino que no se haya parado a brindar una sonrisa a la popular castañera de trapo que cada invierno ofrece su mercancía tras la puerta de cristal de la heladería Los Italianos en la Gran Vía. Ella, con la gracia de sus manos, fue la autora, como lo fue también de esa lejana cabra del picacho del cerro del Castillejo de Quéntar, cerca del cortijo de Prado Montero. Es la cabra que hoy, inmóvil y desconsolada, se asoma al pantano mirando al cielo y haciendo compañía a la buena de Maribel.
Según ella misma nos contó en su día, se le ocurrió hacer una cabra de cemento sobre un esqueleto metálico y con anclajes de hierro en las cuatro patas. Pero el problema era colocarla allí en lo alto. De eso se encargaron los ingenieros del pantano que fue inaugurado en 1976; hubo que llamar a Paco Repeche, experto barrenero de Quéntar, que horadó como pudo cuatro agujeros en la roca para las cuatro patas; una vez terminada la faena la plantaron con muchísimo esfuerzo disponiendo de una enorme grúa de poleas. Y allí está "ende que la puso la hija de don Grabié", como decía un labriego de Prado Montero. Contaba Isabel Morcillo que al armar la escultura introdujo papeles entre la trama metálica para luego repellarla con cemento, dejando un agujero para que respirara el material. El orificio fue aprovechado por las abejas que instalaron allí su panal. Resultaba entonces que era la única cabra del mundo que en vez de dar leche daba miel. La cabra se mantenía intacta por temor a las abejas y a nadie se le ocurría tocarla.
Tuvimos oportunidad de acercarnos a esta gran señora los tertulianos de la Asociación Literaria Poeta Manuel Benítez Carrasco a la que ella pertenecía y de la que era alma y vida por su enorme amistad con el poeta albaicinero. Nombrada Presidenta de Honor por su enorme acercamiento al poeta al que consideraba como de la familia desde los días en que compartía estrecha amistad con su padre Gabriel Morcillo. Ella, en colaboración con el actual presidente de la Tertulia, Rafael Delgado Calvo-Flores, es coautora de la antología de poemas Los nombres de los árboles, editada por la editorial Natívola en 2009 en uno de los numerosos gestos por difundir la obra de Benítez Carrasco a la que ella se sentía tan unida.
Plumas más acertadas que la mía rendirán el completo y justo homenaje a esta modesta granadina, artista, hija y nieta de artistas que se fue en silencio. Recordemos aquí algún fragmento del poema Niña-mujer que el propio Benítez Carrasco dedicó a Maribel Morcillo cuando apenas era una niña:
Mujer con alma de niña/y que ríe sin saber/ si es niña, mujer o ángel…/Maribel./ …Niña de recogimiento/que adorna su sencillez/con la flor de las sonrisas…/Maribel.
Descansa en paz María Isabel, en la paz que siempre irradiaste; desde aquí acompañamos en el dolor a toda tu familia y a todos tus amigos.
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