José Manuel Pérez-Prendes, catedrático de Historia del Derecho
OBITUARIO
El 1 de mayo falleció en Madrid el Profesor Pérez-Prendes. Toda la prensa nacional se ha hecho eco de tan importante y dolorosa noticia (por todos, "Un intelectual completo", en ABC del día 6). Era en efecto un maestro de primer orden. Sus trabajos escritos son muchos y magníficos, pero era con la palabra donde encontraba la perfección. Un docente -un orador- sencillamente extraordinario.
En estas líneas debe subrayarse su breve paso (1973-1976) por la UGR, de cuya Facultad de Derecho llegó incluso a ser Decano. Estuve (con Manolo Cueto, Eduardo Calvo, José Luis Pérez Serrabona, José Antonio Sánchez Galiana, María Luisa Moreno Torres, Luis de la Higuera, Alfonso López-Jurado, Alejandro Gálvez, Almudena Souvirón y otros muchos, por cierto todos ellos con unas carreras profesionales brillantísimas a partir de la licenciatura en 1979) entre quienes tuvimos la suerte, en 1974-1975, en el franquismo terminal, de encontrárnoslo en el primero de los cursos, cuando nosotros contábamos apenas con 17 años y proveníamos de un Bachillerato que en casi todos los casos se había desarrollado en colegios religiosos. De Pérez-Prendes puede decirse que fue quien nos abrió a la modernidad intelectual. Recuerdo que, apenas empezadas las clases, nos sometió a la prueba (en aquel contexto, durísima) de pedirnos por escrito nuestra opinión sobre lo que habían sostenido Carlos Marx y Max Weber acerca de las relaciones entre economía e ideología. Aquello nos sorprendió en nuestra ignorancia adolescente y tuvimos que estudiar muchísimo y en pocos días para salir del paso en condiciones mínimamente dignas.
Tal vez alguno de nosotros maldijera a un profesor tan exigente, pero, vistas las cosas con un poco de distancia, fue lo mejor que nos pudo haber pasado para el desarrollo de nuestra capacidad de pensar. Con 17 años no dispone uno de mucho criterio sobre la calidad de los docentes, pero recuerdo que nosotros, quizá por influencia del propio Pérez-Pendes, sí fuimos cayendo en la cuenta de que nos había tocado la lotería. Su personalísima explicación sobre el Código de Eurico como norma de alcance subjetivo universal en el territorio, aplicable también a los hispano-romanos la sigo teniendo en la cabeza como el primer día y cada vez estoy más convencido de que es históricamente la buena.
En 1977, Pérez-Prendes se trasladó a Madrid, donde comenzó a dar clase en la Facultad de Ciencias Políticas, sucediendo nada menos que a Luis García de Valdeavellano. Y entre 1980 y 1982 tuvo un efímero paso por la Dirección General de Ordenación Universitaria del Ministerio de Educación, que entonces (no había Comunidades Autónomas) era mucho más importante que ahora. En 1983 se reincorporó a lo suyo, la investigación y en la docencia, de nuevo en la Complutense y ya siempre en su Facultad de Derecho hasta su jubilación en 2004. Fueron entonces los alumnos madrileños los que tuvieron la suerte de la que nosotros habíamos gozado antes.Muchísimas gracias, José Manuel querido, en nombre propio y en el de mis compañeros de promoción. Fuiste -y no exagero nada- importantísimo para nosotros.
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