Jóvenes rebeldes, un desafío familiar
La asociación granadina 3sesenta trata problemas generados en casa como la violencia filioparental o el aislamiento de los adolescentes en las redes sociales
Pedir ayuda, no sentirse solo, recibir apoyo o reconocer los errores en la educación de los hijos. Estas son algunas de las cuestiones que los padres deben tener en cuenta para que la convivencia familiar no se complique y se deteriore sin saber cómo se ha llegado a este punto. La asociación 3sesenta se presenta como una solución a los problemas actuales de las familias. Dentro del colectivo entienden que los conflictos internos creados en la actualidad son una consecuencia de los cambios sociales que han sucedido en los últimos años.
En opinión de Manuel Rodríguez Gámez, educador social de la asociación "los jóvenes cada vez se sumergen más en el mundo de las tecnologías, casi perdiendo el gusto a relacionarse con el entorno y los padres no saben cómo solucionar la situación, sintiendo más frustración día a día. En 3sesenta planteamos soluciones de una forma afectiva y cercana, acercándonos al entorno con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las familias". Este es uno de sus objetivos, pero no solo enfocan su trabajo a aliviar la convivencia de los jóvenes con sus progenitores, sino que atienden todo un abanico de situaciones conflictivas que pueden ocurrir en la rutina familiar.
Manuel cuenta que en cierta ocasión atendieron el caso de un hombre con 42 años que necesitaba apoyo psicológico por llevar una vida familiar muy estresante. "Nos contó que llevaba una rutina muy estable en su trabajo y sentía que la vida se le escapaba. Además cuidaba de su madre, con alzheimer y de su hermano con discapacidad mental. Es muy normal este tipo de situaciones. Estas personas sólo necesitan un poco de apoyo y guiarles emocionalmente para que sepan cómo gestionar sus emociones. Darles un poco de perspectiva", apunta.
La 'burbuja' de la sobreprotección, el entorno familiar y social o las conductas desafiantes hacia los padres no son una novedad en la vivienda familiar. "No son casos puntuales, son un fenómeno surgido como resultado del aislamiento social de los adolescentes y la nueva sociedad del siglo XXI. No somos como antes, ahora algunos niños presentan un carácter más desafiante con los padres, incluso perdiéndoles el respeto, y otros se cierran en su adicción a las tecnologías, de modo que no se relacionan y cambian su carácter. En otros casos, recurren a la violencia filioparental, que está cada vez más arraigada. Esto no es algo anecdótico, sino que responde a todos los cambios sociales que han acontecido en los últimos años", explica este educador social, que desde antes de abrir su sede en la avenida Barcelona ya tenía casos que atendían a estas conductas actuales.
El caso de las familias monoparentales o familias reconstituidas cada vez está más extendido en la sociedad, y afecta a la crianza de los más pequeños de la familia. "Los niños de 7 u 8 años ya se ven con autoridad para 'subirse a las barbas' de los padres, y estos no se imponen y pierden el mando. La secuencia de estas conductas si no se reconducen pueden hacer que el niño se empodere y cree situaciones violentas y agresivas en la vivienda", manifiesta Manuel.
Dentro de la asociación 3sesenta trabaja un grupo diverso de ocho empleados derivados del sector de los servicios sociales, además de abogados, educadores sociales y animadores, que desde principios del año 2012 cumplen la función de aliviar los posibles problemas en las familias granadinas. Abel de Diego Pino, Rafael Callejón, Verónica Contreras o Purificación Trujillo pertenecen a este conjunto, y han percibido que los problemas de la sociedad actual son fruto de los nuevos actores que han irrumpido en la sociedad. ¿Los cambios? La introducción de las nuevas tecnologías, los datos de la escasa natalidad o el rápido aprendizaje estético de los jóvenes.
"Ahora son todo lo contrario a la anterior cultura del esfuerzo, aquella que lucha por conseguir los objetivos, y eso crea frustación en la vida familiar. Además, los padres suelen tener un hijo único, y la sensibilidad que vuelcan hacia ellos, a veces se vuelve en contra por la necesidad del proteccionismo, que casi quieren vivir la vida de sus hijos por ellos mismos, y eso deriva en que el joven no se preocupe por esforzarse en crear un futuro, viendo la vida pasar y viviendo de sus padres", explica Manuel, que ya ha recibido casos donde el adolescente presenta estas características.
Sus herramientas son las terapias en grupo, el apoyo emocional, pautas de cómo gestionar los desafíos educativos de casa, o una apuesta por la conexión con los jóvenes, y la "educación de calle". "Preferimos relacionarnos con el entorno del adolescente y ofrecerle la ayuda partiendo desde su propia visión de la vida", detalla Manuel.
La asociación 3sesenta tiene claro que su trabajo no es algo novedoso, pero según este trabajador "antes los problemas estaban ligados a familias desestructuradas o niños marginados, muy asociados a trastornos mentales. Y ahora ha explotado un nuevo fenómeno de problemas de convivencia que tienen que ver con los cambios en la sociedad de la comunicación".
La asociación 3sesenta cumple dos fines: el trabajo de información e intervención y la parte de prevenir y preparar a los padres ante tales problemas. En este sentido, la atención dada la derivan en cinco aspectos que definen como los más llamativos. Desmotivación y fracaso escolar; aislamiento social y problemas de relaciones sociales; jóvenes que no se preocupan por su futuro; conductas rebeldes y desafiantes y violencia filioparental.
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