campaña de navidad
  • Estos comercios viven una anómala campaña de Navidad marcada por las pérdidas sufridas a lo largo del año

Jugueterías en Granada: Con la ilusión no se juega

Trajín de paquetes en el Supermercado del Juguete. Trajín de paquetes en el Supermercado del Juguete.

Trajín de paquetes en el Supermercado del Juguete. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Escrito por

· Arantxa Asensio

Redactora

Cualquier otro año, un reportaje como éste comenzaría con el éxito arrollador de este y aquel juguete, con los indicadores de gasto medio por familia o niño o con los consejos de Consumo para afrontar las intensas jornadas de compras que se avecinan. Pero la pandemia lo ha trastocado todo. Y aunque el Covid a buen seguro que respetará a Sus Majestades, lo cierto es que ellos también tendrán que adaptarse. Las jugueterías, eslabón clave para que las cartas a Melchor, Gaspar y Baltasar lleguen a su destino, sufren el envite de la crisis económica y los efectos del confinamiento perimetral y las restricciones de horarios y aforo en los comercios en pleno punto crítico del año, la campaña de Navidad. “Seguimos en la lucha, pero está siendo flojo”. Blas Molina, propietario de Lycka, resume así la situación que vive el comercio dedicado a la venta de juguetes en estas semanas.

Como el resto de negocios granadinos, se asumen las normas, pero aquí la situación se agrava por cuanto que las jugueterías se juegan prácticamente todo el año en unas semanas. En estos meses se concentra el 80% del negocio, indica el responsable de Toy Planet Bib Rambla de Puentezuelas, Eduardo Valverde. Lo extremadamente sensible de la situación propició que la patronal del juguete lanzara una campaña en la que instó a la Administración a considerar a estos negocios como servicio esencial.

“Catastrófico”. Es la sentencia que lanzan las propietarias de Viel Pass, otro comercio del centro. Belén y Vega Román apuntan que aunque las mañanas tienen algo más de movimiento desde que se permitió la reapertura, las tardes están muertas. A las seis cierran el resto de establecimientos, y aunque las jugueterías pueden atender hasta las ocho de la tarde “no hay mucha gente”.

Vega y Belén Román, de Viel Pass. Vega y Belén Román, de Viel Pass.

Vega y Belén Román, de Viel Pass. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Eduardo Valverde reconoce que el goteo de clientes en la mañana festiva de ayer lunes es “la excepción que confirma la regla”. Es uno de los tres trabajadores de Toy Planet Bib Rambla de Puentezuelas, negocio que se mantiene (aunque en distinta ubicación) desde 1952. Cada campaña navideña suponía la contratación de otros tres empleados, un refuerzo necesario para días de trabajo muy intenso. Este año no se ha contratado a nadie. Sobre la actitud de los clientes, Valderde indica que ha notado apoyo al comercio local y también “reticencia” a comprar “en Amazon”. Eso sí, el gasto ha disminuido. Aunque en esta época el desembolso en juguetes se hará, éste será más moderado, en opinión del juguetero. “La gente está tomando conciencia de lo que viene”, una nueva crisis económica, apunta.

Eduardo Valverde, de Toy Planet. Eduardo Valverde, de Toy Planet.

Eduardo Valverde, de Toy Planet. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Desde marzo Valverde también atiende desde su teléfono móvil (619 345 892, en horario de nueve de la mañana a diez de la noche de lunes a domingo), al que se puede solicitar información o hacer pedidos mediante Whatsapp. Este canal sirvió para hacer frente el confinamiento de marzo y en los 20 días de cierre de noviembre ha vuelto a ser un canal de comunicación y ventas con sus clientes. Lo más probable, apunta, es que se mantenga abierto durante todo el año. Eso sí, pese a todo, las ventas se han resentido un 30% con respecto al año pasado, calcula. “Todos estos juguetes se han pedido en mayo, en junio... y hay que pagarlos a fin de año”, reflexiona sobre la situación de este sector.

En Lycka, un coqueto establecimiento con ocho años de vida también en el centro, Blas Molina apunta a que el descenso en las ventas ha sido un batacazo considerable. “De reojo” ha calculado la mitad de negocio que el pasado año por estas mismas fechas. También han apostado por las ventas online y atienden el reparto tanto a Granada como a su Cinturón. Muchos clientes, residentes en municipios del Área Metropolitana, tienen en el click click la única vía de acceso a productos como los que se ofertan en el negocio de Molina.Para la campaña de Navidad lo usual en años anteriores era ampliar el contrato de una empleada de media jornada a jornada completa. Este año está de baja y es Molina el que “sacando horas de donde no las hay” atiende el negocio. “Espero que la gente se conciencie y adelante las compras”, reflexiona sobre las semanas que quedan por delante.

Una de las señas de identidad del pequeño comercio es el trato a los clientes, una cuestión que puede verse seriamente comprometida con las restricciones de aforo y horarios. “Ese concepto de Navidad con las tiendas abarrotadas no va a poder ser. La primera semana de enero son días en los que esto está a rebosar. Y no va a ser posible este año”, adelanta Molina. Por ello, anima a adelantar en lo posible las compras o a usar los canales online. “No sabemos cómo va a evolucionar la pandemia, ni cómo serán las restricciones en unas semanas”, señala.

Blas Molina, de Lycka. Blas Molina, de Lycka.

Blas Molina, de Lycka. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Esa incertidumbre se une a la incomprensión sobre las medidas tomadas en relación a estos comercios por la Junta. “La situación de Granada requería de medidas drásticas, pero no se entiende... todos hacemos un esfuerzo, pero necesitamos que nos expliquen las medidas, que nos hagan partícipes” de la toma de decisiones, señala este propietario, que ha podido negociar con el dueño del local una rebaja en el alquiler. “Si salimos es con el apoyo de la gente”, zanja.

El cierre de los establecimientos de juguetería en Granada desde el 10 al 30 de noviembre complicó la compra anticipada en la campaña navideña, lo que, de rebote, tiene como consecuencia que en estos próximos días sea previsible una mayor afluencia en estos negocios, algo que, a causa de las limitaciones de aforo, posiblemente provocará colas a las puertas de los negocios y complicaciones para la atención de los clientes. Será la guinda a un año que Vega Román, propietaria con su hermana Belén de Viel Pass, califica de “catastrófico”. “Hemos estado muchos meses cerrados y los que hemos estado abiertos no había gente”, señala Belén, que recuerda que “cuando abrimos –tras el confinamiento de marzo– en julio y agosto más o menos fue como el año pasado, pero septiembre y octubre... no”. “Y noviembre ni te cuento”, añade Vega. Pese a la dificultad mantienen la contratación prevista para la campaña de Reyes, más que por las ventas para intentar atender lo mejor y lo más rápido posible y evitar que haya colas o que se den situaciones en las que no se pueda cumplir con el aforo.

Antonio Jiménez, del Supermercado del Juguete. Antonio Jiménez, del Supermercado del Juguete.

Antonio Jiménez, del Supermercado del Juguete. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

En el Supermercado del Juguete, frente a La Magdalena, Antonio Jiménez envuelve con soltura en el mostrador. Reconoce que la campaña es “atípica”, pero en cuanto pudieron abrir “había ganas” entre los clientes de entrar y gestionar los pedidos que llegarán la noche de Reyes. Jiménez, uno de los tres propietarios del negocio que abrieron sus padres en los años 60, apunta a que las ventas han caído un 35% con respecto al pasado año, debido sobre todo a la incidencia de los meses en los que tuvieron que permanecer cerrados. Sobre las próximas semanas, se muestra cauto. “No va a dar tiempo” a recuperar el terreno perdido. En su negocio el 80% de las ventas se hacen de forma presencial, por lo que el estado de alarma de marzo resultó un golpe muy duro, “fatal, porque los pagos había que seguir haciéndolos”. En noviembre lo ha llevado “algo mejor”. La experiencia les permitió abrir inmediatamente otros canales de comunicación con su clientela, a través del teléfono y del Whatsapp.

¿Y qué es lo que se lleva este año? Legos, Superzings, Baby Yoda... Para las hermanas Román el éxito de esta Navidad son los juegos de mesa y los puzles (señal de cómo ha cambiado la rutina). También hay un mensaje. “Los Reyes Magos seguro que llegan, si no es con una cosa será con otra”.

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