Los niños de 3 años del colegio Arco Iris, en Churriana de la Vega, tuvieron ayer que empezar las clases en el lugar que desde la administración les adjudicaron: aulas prefabricadas en un instituto cercano al centro.

Esta fue la respuesta que se encontraron ayer colgada a las puertas del centro después de que los padres de los pequeños se hayan manifestado durante toda la semana e incluso de que lograran el pasado viernes el compromiso del alcalde de la localidad, Vicente Valero, de pagar el coste del traslado de esas aulas prefabricadas al huerto del patio del colegio Arco Iris, donde estaba previsto que los pequeños comenzaran las clases.

La delegada de Educación de la Junta, Ana Gámez, defendió la labor de su área. "Nuestra obligación como administración era escolarizar a los niños de Churriana, y así hemos hecho", alegó.

La delegada aseguró que ellos intentaron que los pequeños no acabaran en el instituto, pero no encontraron ayuda del Ayuntamiento. "El alcalde de Churriana tiene que explicar por qué el viernes estaba dispuesto a cambiar las prefabricadas y a asumir el coste económico de ese cambio, cuando a la Delegación de Educación no se lo ha permitido desde el mes de abril", espetó. Aún así, Gámez aseguró que las dependencias para los niños "están en las mejores condiciones posibles dentro de que no son, desde luego, las más recomendables. Y mientras tanto trabajamos en el proyecto para el nuevo colegio de Churriana". La delegada aseguró que lamentaba "profundamente que juguemos con la educación de nuestros niños, porque debería ser un terreno libre de la confrontación política entre instituciones".